lunes, 2 de septiembre de 2013

EL "CURA BROCHERO" CONTAGIABA ALEGRÍA, NO ERA UN CRISTIANO TRISTE.

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“Estamos viviendo tiempos muy especiales como Iglesia y como argentinos”, comienzan los obispos argentinos que muestra la alegría por la beatificación del Padre Brochero y también la gracia “la beatificación de la Hna. María Crescencia Pérez, religiosa argentina”, así como la elección del Papa Francisco: “el gozo de que un hermano nuestro fuera elegido por Dios como Obispo de Roma y Pastor Universal”.
 
“José Gabriel del Rosario Brochero, un verdadero Pastor con olor a oveja, al decir del Papa Francisco”, empiezan los obispos argentinos para explicar la vida del nuevo beato: “Pastor dotado de gran espíritu de sacrificio y extraordinaria caridad pastoral y social, sirvió a la gente más pobre del campo, compartió su vida y promovió en ella la elevación humana y religiosa, especialmente a través de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola”.
 
La devoción del cura Brochero a la Virgen María, también es destacada por los prelados: “Como la Virgen en las Bodas de Caná, también Brochero supo decir a Jesús: “no tienen agua”, “no tienen educación”, “no tienen caminos”, “no tienen medios acordes para encontrarse como hermanos y comercializar sus productos...” y muestran algunos de sus proyectos: “abrió escuelas, fue pionero en abrir un colegio para niñas, proyectó el ferrocarril, y entre todos hicieron caminos, acequias, diques, telégrafos, y la misma Casa de Ejercicios”.
 
“Él no fue un cristiano triste. Sabía de la alegría que da Jesús y la quería contagiar”, explican los obispos argentinos: “Por eso al visitar a la gente en sus casas, les decía: “Aquí vengo a darles música”. La música de saberse amados por Dios”.
 
En su carta explican que la beatificación del Padre Brochero le permitirá multiplicar sus brazos, sus pies, su corazón, “a través a través de cada uno de nosotros” y recuerdan una de sus frases: “Si en mi corazón no llevo la caridad, ni a cristiano llego”.
 
A las periferias, como ya ha explicado en multitud de ocasiones el Papa Francisco es donde el “cura brochero” anima a estar, explican los obispos argentinos: “A ir hacia los que no conocen el amor de Dios porque no se les ha anunciado o porque la cruda realidad que les toca vivir les habla de que Dios pareciera estar ausente de sus vidas” y lo califican de “gracia singular para la Iglesia en nuestra Patria”.
 

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