La guasa de mi subconsciente. Sueño que en una librería de Barcelona me compro dos volúmenes del Tomás Moro de Shakespeare & cía. Hasta ahí, normal, porque la editorial sólo me ha dado dos. La librera me cuenta que se está vendiendo mucho, y que se trata de una excelente traducción (hasta aquí el subconsciente dándome coba fina) de una profesora y un colombiano. "¡¿Colombiano?!", voy a clamar por mis derechos de propiedad intelectual, hasta que de pronto caigo en lo de García Márquez... Joe con la onírica librera.
La guasa de mi hija. Muy temprano, su madre la sube a nuestro cuarto, pero le dice: "Psch, que papá está frito". Y ella replica: "¿Nos lo comemos?" Y como adivina que ni su madre ni yo, que he abierto un ojo, lo hemos pillado a la primera, se explica: "Porque está frito". Joe con la niña.
La guasa de mi hijo. Apenas habla aún, pero señala el salero y dice "Papá, papá". No es que me vea muy gracioso, me temo, sino que se ha unido a las huestes de mi familia política, siempre escandalizada por la sal que le echo a mis comidas. Joe con el niño.
egmaiquez-blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario