CIUDAD DEL VATICANO, domingo 25 noviembre 2012 (ZENIT.org) - El Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana (7-28 octubre 2012) concluyó con la entrega al papa Benedicto XVI de una lista de 58 Propositionum (Propuestas), previamente votadas por los padres sinodales.
En el texto, los obispos abordaron la naturaleza de la nueva evangelización, su contexto, las respuestas pastorales a las circunstancias contemporáneas y los agentes de esta misión. De las 58 propuestas, escritas en latín, solo hay una versión "oficiosa" en inglés, que ZENIT ha ofrecido traducida de modo no oficial en lengua española y en otras de sus ediciones, como material de estudio y trabajo.
He aquí las 58 Propuestas, traducidas al castellano.
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Introducción
Propuesta 1: DOCUMENTACIÓN PRESENTADA AL SANTO PADRE
Además de toda la documentación sobre “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana” referida a este Sínodo, presentada a la consideración del santo padre, es decir, losLineamenta, el Instrumentum laboris, la Relatio ante disceptationem, la Relatio post disceptationem, las intervenciones, sean aquellas realizadas en el aula del sínodo, como aquellas in scriptis, el Mensaje al Pueblo de Dios, las Relaciones de los Círculos menores y sus discusiones, los padres sinodales han dado una cierta importancia a las proposiciones siguientes.
Los Padres sinodales solicitan humildemente al Santo Padre que considere la posibilidad de publicar un documento sobre la transmisión de la fe cristiana a través de una nueva evangelización.
Propuesta 2: EL SÍNODO EXPRESA SU GRATITUD
Los padres sinodales reconocen con gratitud el legado de las enseñanzas de los papas, que a menudo han enriquecido los frutos de las asambleas sinodales anteriores al sínodo, y que ha sido fundamental para el trabajo durante estas sesiones del sínodo sobre la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Las reflexiones del sínodo se basan en documentos como Evangelii Nuntiandi de Pablo VI, Catechesi Tradendae, Redemptoris Missio yNovo Millenio Ineunte del beato Juan Pablo II, así como Deus Caritas Est, Sacramentum Caritatisy Verbum Domini del papa Benedicto XVI. El ejemplo más reciente de esta enseñanza es el Año de la Fe, proclamado por nuestro Santo Padre a principios de este sínodo. Estamos muy agradecidos por este ministerio profético.
Propuesta 3: LAS IGLESIAS ORIENTALES CATÓLICAS
Las Iglesias católicas orientales sui iuris, iluminadas por la tradición, que se ha transmitido desde los apóstoles por los Padres, son el patrimonio de toda la Iglesia de Cristo (cf.Orientalium Ecclesiarum, 2, Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium, 39). Estas iglesias son parte de la herencia apostólica mediante la cual la Buena Nueva ha sido llevada a tierras lejanas (cf. Ecclesia in Medio Oriente, 88).
Todos ellos están agradecidos por la oportunidad que se les ha ofrecido para llevar a cabo tareas pastorales entre los fieles migrantes en los países de tradición latina. Esperan también que su tradición puede ser mejor conocida y respetada entre los fieles y el clero de las Iglesias particulares esparcidas por el mundo.
1) La naturaleza de la nueva evangelización
Propuesta 4: LA SANTÍSIMA TRINIDAD, FUENTE DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
La Iglesia y su misión evangelizadora tienen su origen y fuente en la Santísima Trinidad según el plan del Padre, la obra del Hijo, que culminó con su muerte y gloriosa Resurrección, y la misión del Espíritu Santo. La Iglesia continúa esta misión del amor de Dios en nuestro mundo.
La evangelización debe ser entendida en un amplio y profundo contexto teológico-doctrinal, como una actividad de palabra y de sacramento que, especialmente a través de la Eucaristía, nos admite a la participación en la vida de la Trinidad, y por lo tanto suscita, con la gracia del Espíritu Santo, el poder de evangelizar y dar testimonio de la Palabra de Dios con valentía y entusiasmo.
La nueva evangelización reconoce la primacía de la gracia de Dios y cómo en el bautismo se renace a la vida en Cristo. Este énfasis sobre la filiación divina debe conducir a los bautizados a una vida de fe que muestra claramente la identidad cristiana, en todos los aspectos de su actividad personal.
Propuesta 5: NUEVA EVANGELIZACIÓN E INCULTURACIÓN
Jesús nos ofrece el don del Espíritu Santo y nos revela el amor del Padre.
La nueva evangelización es el momento del despertar, de un entusiasmo renovado y de un nuevo testimonio de que Jesucristo es el centro de nuestra fe y de nuestra vida cotidiana. Él es el centro de nuestra fe y de nuestra vida cotidiana. Invita a cada miembro de la Iglesia a una renovación de la fe y a un esfuerzo real por compartirla.
También requiere discernir en el mundo los signos de los tiempos que inciden en el ministerio de la Iglesia y de las Iglesias particulares en sus propios territorios. Entre los signos, ciertamente se debe reconocer una creciente toma de conciencia de las circunstancias cambiantes de la vida actual.
Asimismo, esta llama a la Iglesia a tender una mano a aquellos que están lejos de Dios y de la comunidad cristiana, para invitarlos a escuchar de nuevo la palabra de Dios con el fin de encontrar al Jesucristo de una manera nueva y profunda.
La nueva evangelización exige una atención especial a la inculturación de la fe que pretende transmitir el Evangelio desde la capacidad de valorizar lo positivo de todas las culturas, purificándolas al mismo tiempo de los elementos que en estas fuese contrarias a la plena realización de la persona, según el plan de Dios revelado en Cristo. La inculturación implica un esfuerzo por hacer "encarnar el Evangelio en las culturas de los pueblos" (Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), 854).
Propuesta 6: LA PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO
Dios, nuestro Salvador, quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cf. 1 Tm. 2, 4). Debido a que la Iglesia cree en este plan divino de la salvación universal, debe ella ser misionera (cf. Evangelii Nuntiandi, 14, CIC, 851). Ella también sabe que "quienes, ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan, no obstante, a Dios con un corazón sincero y se esfuerzan, bajo el influjo de la gracia en cumplir con obras su voluntad, conocida mediante el juicio de la conciencia, pueden conseguir la salvación" (Lumen Gentium, 16). El Evangelio de Jesucristo es la proclamación de su vida y del misterio pascual de su pasión, muerte, resurrección y glorificación.
El Concilio nos recuerda, sin embargo, que la evangelización es necesaria para la salvación de todos, porque "Pero con mucha frecuencia los hombres, engañados por el Maligno, se envilecieron con sus fantasías y trocaron la verdad de Dios en mentira, sirviendo a la criatura más bien que al Creador (cf. Rm. 1,21 y 25), o, viviendo y muriendo sin Dios en este mundo, se exponen a la desesperación extrema. Por lo cual la Iglesia, acordándose del mandato del Señor, que dijo: «Predicad el Evangelio a toda criatura» (Mc 16,15), procura con gran solicitud fomentar las misiones" (Lumen Gentium, 16).
Propuesta 7: LA NUEVA EVANGELIZACIÓN COMO UNA PERMANENTE DIMENSIÓN MISIONERA DE LA IGLESIA
Se propone que la Iglesia proclame la permanente dimensión global de su misión con el objetivo de animar a todas las Iglesias locales a evangelizar.
Evangelización puede entenderse de tres maneras. En primer lugar, la evangelización ad genteses el anuncio del Evangelio a aquellos que no conocen a Jesucristo. En segundo lugar, esta también incluye el continuo crecimiento de la fe que es la vida ordinaria de la Iglesia. Por último, la nueva evangelización está dirigida principalmente a aquellos que se han alejado de la Iglesia.
De este modo, todas las Iglesias particulares serán animadas a valorizar e integrar a todos sus distintos agentes y sus capacidades. Al mismo tiempo, cada Iglesia particular debe tener la libertad para evangelizar en función de sus características y tradiciones, siempre en unidad con su Conferencia Episcopal o con el Sínodo de la Iglesia católica oriental.
Tal misión general responderá a la acción del Espíritu Santo, como en un nuevo Pentecostés, a través de una convocatoria lanzada por el Romano Pontífice, invitando a todos los fieles a visitar a todas las familias y a traer la vida de Cristo a todas las situaciones humanas.
Propuesta 8: DAR TESTIMONIO EN UN MUNDO SECULARIZADO
Somos cristianos que vivimos en un mundo secularizado. Mientras que el mundo es y siga siendo la creación de Dios, la secularización entra en la esfera de la cultura humana. Como cristianos no podemos permanecer indiferentes ante el proceso de secularización. De hecho, nos encontramos en una situación similar a aquella en la que estaban los primeros cristianos, y como tal debemos percibir esta situación como un desafío y una oportunidad. Vivimos en este mundo, pero no somos de este mundo (cf. Jn. 15,19; 17,11, 16).
El mundo es creación de Dios, y expresa su amor. En Jesucristo, y por Él, recibimos la salvación de Dios y somos capaces de discernir
la evolución de su creación. Jesús nos abre de nuevo la puerta, de modo que, sin miedo, abracemos con amor las heridas de la Iglesia y del mundo (cf. Benedicto XVI).
En nuestra época actual, que muestra aspectos más difíciles que en el pasado, a pesar de que somos el "pequeño rebaño" (Lc. 12,32), damos testimonio del mensaje evangélico de la salvación y que estamos llamados a ser sal y luz en un mundo nuevo (cf. Mt. 5,13-16).
Propuesta 9: LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LA PRIMERA PROCLAMACIÓN
La base de cualquier anuncio, la dimensión kerigmática, la Buena Nueva, destaca el anuncio explícito de la salvación. "Les transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y luego a los Doce" (1 Cor. 15, 3-5).
El "primer anuncio" es el lugar donde el kerigma, el mensaje de la salvación del misterio pascual de Jesucristo, es proclamado con gran poder espiritual, capaz de provocar el arrepentimiento del pecado, la conversión del corazón y la decisión de la fe.
Al mismo tiempo, debe haber continuidad entre el primer anuncio y la catequesis que nos instruye en el depósito de la fe. Consideramos que es necesario contar con un Plan Pastoral para el primer anuncio, que muestra un encuentro vivo con Jesucristo. Este documento pastoral proporcionaría los primeros elementos de un proceso catequético, permitiendo su integración en la vida de la comunidad parroquial. Los padres sinodales han propuesto que se redacten líneas guías para el primer anuncio del kerigma.
Este compendio incluiría:
--La enseñanza sistemática sobre el kerigma en la Escritura y en la Tradición de la Iglesia católica;
--Enseñanzas y citas de santos misioneros y mártires en nuestra historia católica, que nos ayudaría en nuestros desafíos pastorales de hoy;
--Cualidad y directrices para la formación de evangelizadores católicos hoy.
Propuesta 10: DERECHO A ANUNCIAR EL EVANGELIO Y ESCUCHAR
Proclamar la Buena Nueva y la persona de Jesús es una obligación para todo cristiano, fundado en el Evangelio: "Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt. 28, 19).
Al mismo tiempo, es un derecho inalienable de toda persona, cualquiera que sea su religión o ausencia de religión, de ser capaz de conocer a Jesucristo y el Evangelio. Esta proclamación, dada con integridad, debe ser propuesta con un respeto total de cada persona, sin ningún tipo de proselitismo.
Propuesta 11: LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LA LECTURA ORANTE DE LA SAGRADA ESCRITURA
Dios mismo se ha comunicado en el Verbo encarnándose. Esta Palabra divina, escuchada y celebrada en la Liturgia de la Iglesia, en particular en la Eucaristía, fortalece interiormente a los fieles y los hace capaces de un auténtico testimonio evangélico en su vida cotidiana. Los Padres sinodales quieren que la palabra de Dios "sea cada vez más el corazón de toda actividad eclesial" (Verbum Domini, 1).
La puerta a la Sagrada Escritura debe estar abierta a todos los creyentes. En el contexto de la nueva evangelización, todas las oportunidades para el estudio de la Sagrada Escritura deben ser puestas a disposición. La Escritura debe impregnar las homilías, la catequesis y todos los esfuerzos para transmitir la fe.
Dada la necesidad de la familiaridad con la Palabra de Dios para la nueva evangelización y para el crecimiento espiritual de los fieles, el Sínodo anima a las diócesis, parroquias y pequeñas comunidades cristianas a continuar un estudio serio de la Biblia y de la Lectio divina, que es la lectura orante de las Escrituras (cf. Dei Verbum, 21-22).
Propuesta 12: DOCUMENTOS DEL CONCILIO VATICANO II
Los padres sinodales han reconocido las enseñanzas del Vaticano II como una herramienta vital para transmitir la fe en el contexto de la nueva evangelización. Al mismo tiempo, creen que los documentos del Concilio deben ser leídos e interpretados correctamente. Por lo tanto, quieren mostrar su apoyo al pensamiento de nuestro santo padre, el papa Benedicto XVI, quien indicó el principio hermenéutico de la reforma en la continuidad, para estar en grado de descubrir en estos textos el verdadero espíritu del Concilio.
"Está la 'hermenéutica de la reforma', de la renovación dentro de la continuidad del único sujeto-Iglesia, que el Señor nos ha dado; es un sujeto que crece en el tiempo y se desarrolla, pero permaneciendo siempre el mismo, único sujeto del pueblo de Dios en camino.[...] Mas allí, donde esta interpretación ha sido la pauta que ha guiado la recepción del Concilio, ha crecido una nueva vida y han madurado nuevos frutos" (Benedicto XVI, Discurso a la Curia romana, 22 de diciembre de 2005). De esta manera, se puede responder a la necesidad de renovación requerido por el mundo moderno y, al mismo tiempo, preservar fielmente la naturaleza de la Iglesia y de su misión.
2) El contexto del ministerio de la Iglesia hoy
Proposición 13: LOS DESAFÍOS DE NUESTRO TIEMPO
La proclamación de la Buena Nueva en contextos diferentes del mundo --marcados por procesos de globalización y secularización--, plantea varios desafíos a la Iglesia: a veces por una persecución religiosa abierta, otras veces por una indiferencia generalizada, injerencia, restricción o acoso.
El Evangelio ofrece una visión de la vida y del mundo no se puede imponer, sino solo propuesta, como la Buena Noticia del amor gratuito de Dios y de la paz. Su mensaje de verdad y de belleza puede ayudar a las personas a salir de la soledad y de la falta de sentido, a las cuales las condiciones de la sociedad postmoderna a menudo la relegan.
Por lo tanto, los creyentes deben esforzarse por mostrar al mundo el esplendor de una humanidad basada sobre el misterio de Cristo. La religiosidad popular es importante, pero no es suficiente: se debe hacer más para ayudar a reconocer el deber de anunciar al mundo la razón de la esperanza cristiana y de proclamarla a los católicos alojados de la Iglesia, a aquellos que no siguen a Cristo, a las sectas y a quienes vienen experimentando con diferentes tipos de espiritualidad.
Propuesta 14: NUEVA EVANGELIZACIÓN Y RECONCILIACIÓN
En un mundo destrozado por la guerra y la violencia, un mundo herido por un individualismo generalizado que separa a los humanos y los pone a unos contra los otros, la Iglesia debe ejercer su ministerio de reconciliación con serenidad y firmeza. La Iglesia en el espíritu de la Nueva Evangelización asume esta tarea de la reconciliación. Fiel al mensaje de Jesús ("romper el muro de separación", Ef. 2,14), la Iglesia debe hacer un esfuerzo para derribar los muros que separan a los seres humanos.
Con el mensaje de amor, ella debe predicar la novedad del Evangelio salvífico de nuestro Señor, que vino a liberarnos de nuestros pecados, y nos invita a construir la armonía, la paz y la justicia entre todos los pueblos.
Propuesta 15: NUEVA EVANGELIZACIÓN Y DERECHOS HUMANOS
En consonancia con el énfasis puesto sobre la dignidad humana de la Nueva Evangelización, este Sínodo exhorta a los legisladores, maestros y otras personas que trabajan en el campo de las ciencias humanas a garantizar el pleno respeto de la persona humana, tanto en la política como en la práctica pública.
Al mismo tiempo, cada oportunidad debe ser encaminada en las diferentes situaciones locales y en las asociaciones, para articular, defender y proteger, tanto en la teoría como en la práctica, estos derechos que derivan de una comprensión adecuada de la persona humana, tal como se establece en la ley natural.
Propuesta 16: LIBERTAD RELIGIOSA
Los Padres sinodales reafirmaron que la libertad religiosa es un derecho humano fundamental. Este derecho comprende la libertad de conciencia y también la libertad de elegir libremente su propia religión. Estamos en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo que sufren de falta de libertad religiosa e incluso de persecución.
A la luz del reconocimiento del Concilio Vaticano II como una herramienta para la Nueva Evangelización, y la creciente necesidad de proteger la libertad religiosa de los cristianos en el mundo, los padres sinodales han propuesto un compromiso renovado y una mayor difusión de las enseñanzas de la Dignitatis Humanae. Esta renovación se propone afirmar y promover la libertad en materia religiosa para los individuos, las familias y las instituciones a fin de proteger el bien común de todos. Esta libertad comprende el derecho de enseñar la fe cristiana --sin compromiso sobre sus principios--, a los niños en la familia y/o la escuela.
Los Padres sinodales proponen que el Santo Padre considere la posibilidad de crear un comité de autoridades de la Iglesia, en representación de las diferentes regiones del mundo, o encomendar esta tarea al Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, para responder a los ataques a la libertad religiosa y de obtener información precisa para el testimonio público al derecho fundamental a la libertad religiosa y a la libertad de conciencia.
Propuesta 17: PREÁMBULOS DE LA FE Y LA TEOLOGÍA DE CREDIBILIDAD
En el contexto actual de una cultura global, muchas dudas y obstáculos causan escepticismo extenso e introducen nuevos paradigmas de pensamiento y de vida. Es de suma importancia, para una Nueva evangelización, destacar el papel de los preámbulos de la fe. Es necesario no solo mostrar que la fe no se opone a la razón, sino también el poner de relieve una serie de verdades y realidades que pertenecen a una antropología adecuada, iluminada por la razón natural. Entre estos, está el valor de la Ley natural y las consecuencias para la sociedad en su conjunto. Las nociones de "ley natural" y de "naturaleza humana", son capaces de demostraciones racionales, tanto a nivel académico como popular.
Este hecho y el esfuerzo intelectual ayudarán al diálogo entre fieles cristianos y personas de buena voluntad, abriendo un camino para reconocer la existencia de un Dios Creador y el mensaje de Jesucristo Redentor. Los padres sinodales piden a los teólogos desarrollar una nueva apologética del pensamiento cristiano, es decir, una teología de la credibilidad adecuada para una nueva evangelización.
El Sínodo lanza un llamado a los teólogos a aceptar y responder a los desafíos intelctuales de la Nueva evangelización, participando en la misión de la Iglesia de anunciar a todos el Evangelio de Cristo.
Propuesta 18: NUEVA EVANGELIZACIÓN Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL
El uso de los medios de comunicación social tienen un papel importante que desempeñar para alcanzar a cada persona con el mensaje de salvación. En este campo, especialmente en el mundo de las comunicaciones electrónicas, es necesario que los cristianos convencidos sean formados, preparados y capacitados para transmitir fielmente el contenido de la fe y de la moral cristiana. Deben tener la capacidad de hacer un buen uso de las lenguas y las herramientas actuales que están disponibles para la comunicación en la aldea global.
La forma más eficaz de esta comunicación de la fe es el intercambio del testimonio de vida, sin el cual los esfuerzos de los medios no serán capaces de una transmisión eficaz del Evangelio.
La educación para el uso racional y constructivo de los medios de comunicación social, son una herramienta importante para la nueva evangelización.
Propuesta 19: NUEVA EVANGELIZACIÓN Y DESARROLLO HUMANO
El magisterio papal, en su doctrina social, ha demostrado los vínculos teológicos, antropológicos y pedagógicos entre la evangelización, el desarrollo y la libertad, sea de la persona como de la sociedad.
Hoy ya no es posible pensar en la Nueva Evangelización sin la proclamación de la plena libertad de todo lo que oprime al ser humano, es decir, el pecado y sus consecuencias. Sin un compromiso serio con la vida y la justicia, y sin un cambio de las situaciones que generan la pobreza y la exclusión (Cf. Sollicitudo rei socialis, 36), no puede haber progreso. Esto es especialmente cierto en vista de los desafíos reales de la globalización.
Propuesta 20: LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y EL CAMINO DE LA BELLEZA
En la Nueva Evangelización, se debe prestar una especial atención al camino de la belleza: Cristo, el "buen pastor" (cf. Jn. 10,11), es la verdad en persona, signo de la belleza revelada, que se da a sí mismo sin medida. Es importante dar testimonio a los jóvenes que siguen a Cristo, no solo de su bondad y verdad, sino también de la plenitud de su belleza. Como dijo san Agustín: "No se puede amar lo que no es bello" (Confesiones, IV, 13,20). La belleza nos lleva hacia el amor, donde Dios nos revela su rostro en el que creemos.
En este sentido, los artistas se sienten interpelados por la Nueva Evangelización y, al mismo tiempo, se sienten comunicadores privilegiados de esta.
En la educación de los seminaristas no debe pasarse por alto ni la educación a la belleza, ni la educación a las artes sagradas, como nos lo recuerdan las enseñanzas del Concilio Vaticano II (cf. Sacrosanctum Concilium, 129). La belleza debe ser siempre una dimensión especial de la Nueva Evangelización.
Es necesario que la Iglesia preste atención al cuidado y a la promoción de la calidad del arte, permitido en los espacios sagrados reservados a las celebraciones litúrgicas, preservando la belleza y la verdad de su expresión.
Es importante para la Nueva Evangelización que la Iglesia esté presente en todos los ámbitos del arte para apoyar, con su presencia espiritual y pastoral, a los artistas en su búsqueda de la creatividad y promover una viva y verdadera experiencia espiritual de la salvación que se hace presente en su trabajo.
Propuesta 21: LOS MIGRANTES
Así como muchos países se han beneficiado enormemente de la presencia de personas llegadas de otras partes, también la Iglesia se ha nutrido significativamente del testimonio y de la acción evangelizadora de muchos de ellos, comprometidos en el mandato misionero: "Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación" (Mc. 16,15).
Dados los riesgos y amenazas a la fe de los pueblos migrantes, es importante que la Iglesia les de su apoyo a través de un plan pastoral que los incluya –y con ellos a sus familias--, y les recuerde la importancia de dicho lugar como célula viva de la sociedad y de la Iglesia doméstica. Las parroquias deben ayudar a los migrantes a integrarse en la sociedad y en la comunidad cristiana.
El plan pastoral de la Iglesia para los migrantes no solo debe acoger a los migrantes y promover su dignidad humana, sino sobre todo, debe ayudarles a integrarse en la vida de la Iglesia, respetando su propia tradición ritual; este plan debería también ayudar a prevenir que la Iglesia católica los pierda.
Los migrantes no son solo receptores, sino también protagonistas de la proclamación del Evangelio en el mundo moderno.
Frente a los grandes movimientos migratorios, es importante insistir en la centralidad y dignidad de la persona, en particular a la luz de graves fenómenos como la nueva esclavitud ligada al tráfico vergonzoso de personas, especialmente de niños, y la compraventa de órganos. Esta toma de conciencia debe aumentar cuando se trata de refugiados, personas desplazadas, migrantes por mar, viajeros y gente sin hogar.
Propuesta 22: LA CONVERSIÓN
El drama y la intensidad del choque de siempre entre el bien y nunca el mal, entre la fe y el miedo, deben ser presentados como la base esencial, como parte integrante de la llamada a la conversión a Cristo. Esta lucha continúa a un nivel natural y sobrenatural. "Mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran" (Mt 7, 14). Muchos obispos han hablado de la necesidad de una renovación en la santidad de sus propias vidas, si quieren ser agentes verdaderos y efectivos de la Nueva Evangelización.
La Nueva Evangelización exige una conversión personal y comunitaria, nuevos métodos de evangelización y una renovación de las estructuras pastorales, para ser capaces de pasar de una estrategia pastoral de mantenimiento a una posición pastoral que sea verdaderamente misionera.
La Nueva Evangelización nos guía hacia una auténtica conversión pastoral, que nos empuja a actitudes y acciones que conduzcan a la vez a evaluaciones y cambios en la dinámica de las estructuras pastorales, que ya no cumplen con las exigencias del Evangelio en la era actual.
Propuesta 23: SANTIDAD Y NUEVOS EVANGELIZADORES
La llamada universal a la santidad es constitutiva de la Nueva Evangelización, que ve a los santos como modelos eficaces de las variadas formas en la que se puede alcanzar esta vocación. Lo que es común en las diferentes historias de la santidad, es el seguimiento de Cristo que se expresa en una vida de fe activa en la caridad, que es una proclamación privilegiada del Evangelio.
Reconocemos en María un modelo de santidad que se manifiesta en los actos de amor, que van hasta el don supremo de sí mismo. La santidad es una parte importante de todo trabajo evangelizador para aquel que evangeliza, y para el bien de los que son evangelizados.
Propuesta 24: DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
Para promover una nueva evangelización en la sociedad, se debe prestar más atención a la doctrina social de la Iglesia, entendiendo que se trata de un anuncio y un testimonio de la fe, un medio indispensable de la educación a la fe (cf. Caritas in veritate, 15). Esta adhesión a la doctrina social de la Iglesia debe estar presente en el contenido de la catequesis, en la educación cristiana, en la formación de los seminaristas, de religiosos y religiosas, en la formación permanente de los obispos y sacerdotes, así como de modo particular en la formación de los laicos.
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia es un recurso valioso en el desarrollo de esta formación permanente.
Propuesta 25: ESCENARIOS URBANOS DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
La Iglesia reconoce que las ciudades humanas y la cultura que expresan, así como las transformaciones que tienen lugar en ellas, son un lugar privilegiado para la Nueva Evangelización. Insertándose a sí misma en el designio salvífico de Dios, la Iglesia reconoce que la "Ciudad santa, la nueva Jerusalén" (cf. Ap. 21, 2-4) está en cierta medida ya presente en las realidades humanas.
Mediante la implementación de un plan de pastoral urbana, la Iglesia quiere identificar y comprender estas experiencias, lenguajes y estilos de vida que son típicos de las sociedades urbanas. Tiene la intención de hacer sus celebraciones litúrgicas, sus experiencias de vida comunitaria y el ejercicio de la caridad, relevantes para el contexto urbano, para encarnar el Evangelio en la vida de todos los ciudadanos. La Iglesia también sabe que en muchas ciudades, la ausencia de Dios se verifica en constantes ataques a la dignidad humana.
Estos incluyen: la violencia relacionada con el narcotráfico, la corrupción en sus diversas formas y muchos otros crímenes. Creemos que el anuncio del Evangelio puede ser la base para la restauración de la dignidad de la vida humana en estas zonas urbanas. Es el Evangelio de Jesús, que ha "venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn. 10, 10).
3) Las respuestas pastorales a las circunstancias contemporáneas
Propuesta 26: PARROQUIAS Y OTRAS REALIDADES ECLESIALES
Los obispos reunidos en Sínodo afirman que la parroquia sigue siendo la primera presencia de la Iglesia en los barrios, el lugar y el instrumento de la vida cristiana, que es capaz de ofrecer oportunidades para el diálogo entre las personas, para escuchar y proclamar la Palabra de Dios, para una catequesis orgánica, para la formación en la caridad, para la oración y la adoración, así como para la celebraciones gozosas de la Eucaristía. Además, los padres sinodales quieren animar a las parroquias a encontrar maneras de orientarse hacia un mayor énfasis en la evangelización, que podría incluir misiones parroquiales, programas de renovación de las parroquias y retiros parroquiales.
La presencia y la acción evangelizadora de las asociaciones, movimientos y de otras realidades eclesiásticas son un estímulo útil para la realización de esta conversión pastoral. Las parroquias, como realidades eclesiales tradicionales y nuevas, están llamadas a hacer visible la comunión de la Iglesia particular reunida en torno al obispo.
Con el fin de llevar la Buena Nueva de Jesús, como lo exige la nueva evangelización, todas las parroquias y sus pequeñas comunidades deben ser las células vivas, lugares para promover el encuentro personal y comunitario con Cristo, para experimentar la riqueza de la liturgia, para proporcionar una educación cristiana inicial y permanente, y para educar a todos los fieles en la fraternidad y la caridad, especialmente con los pobres.
Propuesta 27: EDUCACIÓN
"Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo les he mandado" (Mt. 28,19-20). La educación es una dimensión constitutiva de la evangelización. Proclamar a Cristo resucitado, es acompañar a todos los seres humanos en su historia personal, en su desarrollo y en su vocación espiritual. La educación debe, al mismo tiempo, promover todo lo que es verdadero, bueno y bello que hace parte de la persona humana, es decir, la educación del espíritu y de las emociones para apreciar la realidad.
Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes tienen el derecho de ser evangelizados y educados. Las escuelas y universidades católicas responden de esta manera a esta necesidad. Las instituciones públicas deberían reconocer y apoyar este derecho.
Las escuelas deben ayudar a las familias a introducir a los niños a la belleza de la fe. Las escuelas ofrecen una gran oportunidad para transmitir la fe, o al menos de hacerla conocida.
Los padres sinodales están agradecidos por la labor educativa realizada por miles de profesores, hombres y mujeres, en las instituciones educativas católicas de los cinco continentes. Debido al papel único de los docentes, es importante que reciban capacitación permanente en el desempeño de sus responsabilidades. Las escuelas deben tener la libertad de enseñar. Esta libertad es un derecho inalienable.
Por lo tanto, con el fin de asegurar que nuestras instituciones sean agentes de evangelización, y no solo de los productos de la evangelización, el Sínodo:
--Alienta a las instituciones educativas católicas a hacer todo lo posible para preservar su identidad como instituciones eclesiásticas;
--Invita a todos los docentes de asumir su liderazgo como discípulos bautizados de Jesús, testimoniando a través de su vocación como maestros;
--Insta a las Iglesias particulares, familias religiosas y a todos los que tienen responsabilidades en las instituciones educativas, que faciliten la corresponsabilidad de los laicos, ofreciendo una formación y un acompañamiento adecuado para este fin.
Propuesta 28: CATEQUESIS DE ADULTOS
No se puede hablar de la Nueva Evangelización si la catequesis de adultos es inexistente, fragmentada, débil o descuidada.
Cuando estos defectos están presentes, el ministerio pastoral se enfrenta a un serio desafío.
Las etapas y los niveles del catecumenado de la Iglesia muestran cómo, en el plano bíblico, catequético, espiritual y litúrgico, la historia de una persona y su camino de fe pueden ser entendidas como una vocación a través de su relación con Dios (cf. Evangelii Nuntiandi 18, Instrumentum Laboris, 92).
En todo esto, el carácter público de la decisión de fe que asume el catecúmeno, que crece poco a poco en la comunidad y en la diócesis, tiene un impacto positivo en todos los fieles.
Propuesta 29: LA CATEQUESIS, LOS CATEQUISTAS Y EL CATECISMO
Una buena catequesis es fundamental para la Nueva Evangelización. El Sínodo destaca los servicios esenciales que dan los catequistas a las comunidades eclesiales y expresa su profunda gratitud por su dedicación. Todos los catequistas, que son al mismo tiempo evangelizadores, tienen que estar bien preparados. Todos los esfuerzos deben hacerse, en función de la capacidad de la situación local, para ofrecer a los catequistas una sólida formación eclesial que es espiritual, bíblica, doctrinal y pedagógica. El testimonio personal de fe es en sí mismo una poderosa forma de catequesis.
El Catecismo de la Iglesia Católica y el Compendio son, ante todo, un recurso para la enseñanza de la fe y para apoyar a los adultos de la Iglesia en su misión de evangelización y catequesis.
Conforme a la Carta Apostólica Ministeria Quaedam del papa Pablo VI, las conferencias episcopales tienen la oportunidad de pedir a la Santa Sede, para la creación del ministerio del catequista.
Propuesta 30: TEOLOGÍA
La teología, como ciencia de la fe, tiene su propia importancia para la nueva evangelización. Los sacerdotes, los profesores y catequistas deben ser formados en instituciones de educación superior. La Iglesia aprecia y alienta la investigación y la enseñanza de la teología. La teología científica tiene su propio lugar en la universidad, donde se debe dar un diálogo entre la fe y las otras disciplinas y el mundo secular. Los teólogos están llamados a cumplir este servicio como parte de la misión salvífica de la Iglesia. Es necesario que ellos piensen y sientan con la Iglesia (sentire cum Ecclesia).
El Sínodo propone que la Nueva Evangelización se considere un elemento integral de la misión de cada facultad de teología y que se instituya un departamento de estudios sobre Nueva Evangelización en las universidades católicas.
Propuesta 31: NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LA OPCIÓN POR LOS POBRES
El papa Benedicto XVI enseña que "Jesús se identifica con los pobres: los hambrientos y sedientos, los forasteros, los desnudos, enfermos o encarcelados. «Cada vez que lo hiciste con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hiciste» (Mt. 25, 40). Amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí: en el más humilde encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios" (Deus Caritas Est, 15).
Hoy en día existen nuevos pobres y nuevas formas de pobreza: los hambrientos y los sin techo, los tóxicodependientes, los inmigrantes, los marginados, los refugiados políticos, o "ecológicos", los pueblos indígenas. La actual crisis económica afecta seriamente a los pobres. Entre los más pobres de la sociedad están las víctimas de la triste pérdida de respeto por la dignidad inviolable de la vida humana inocente.
La opción preferencial por los pobres nos impulsa a ir a buscar a los pobres y trabajar por ellos, a fin de que puedan sentirse como en casa en la Iglesia. Ellos son tanto receptores como actores de la Nueva Evangelización.
Propuesta 32: LOS ENFERMOS
La Nueva Evangelización debe ser siempre consciente del misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo. Este misterio arroja luz sobre el sufrimiento de la gente, que puede encontrar en la cruz de Cristo, la comprensión y la aceptación del misterio de sufrimiento que da esperanza en la vida futura.
En los enfermos, en los que sufren o en las personas con discapacidad o con necesidades especiales, el sufrimiento de Cristo está presente y tiene una fuerza misionera. Para los cristianos, siempre debe haber espacio para los que sufren y los enfermos. Ellos necesitan nuestra atención, aunque nosotros recibimos aún más de su fe.
A través de los enfermos, Cristo ilumina a su Iglesia, de modo que quien entre en contacto con ellos, encontrará reflejada la luz de Cristo. Por esto los enfermos son protagonistas muy importantes de la Nueva Evangelización.
Todos los que están en contacto con los pacientes deben ser conscientes de su misión. No podemos olvidar, cuando construimos nuevos hospitales, de asegurarse que nunca le falte un ambiente de confort y apoyo, así como un lugar de oración.
Propuesta 33: EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA Y LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
El sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación es un lugar privilegiado para recibir la misericordia de Dios y el perdón. Es un lugar de sanación tanto personal como comunitaria. En este sacramento, todos los bautizados viven un nuevo encuentro personal con Jesucristo y con la Iglesia, que favorece una reconciliación total a través del perdón de los pecados. Aquí, el penitente encuentra a Jesús y, al mismo tiempo, él o ella experimentan un aprecio más profundo de sí mismo o de sí misma. Los padres sinodales piden que este sacramento se vuelve a poner en el centro de la actividad pastoral de la Iglesia.
En cada diócesis, debe haber por lo menos un lugar dedicado de manera especial y permanente a la celebración de este sacramento, donde los sacerdotes estén siempre presentes, para permitirles a los fieles experimentar la misericordia de Dios. El sacramento debe estar especialmente disponible, incluso a diario, en los lugares de peregrinación y en las iglesias especialmente dedicadas a esto.
La fidelidad a las reglas específicas que rigen la administración de este sacramento es necesaria. Todo sacerdote debe considerar el sacramento de la penitencia, como parte esencial de su ministerio y de la Nueva Evangelización, y en cada comunidad parroquial deberá ser reservado un momento adecuado para oír confesiones.
Propuesta 34: DOMINGOS Y FESTIVOS
La Eucaristía debe ser la fuente y la cumbre de la Nueva Evangelización. Los padres sinodales exhortan a todos los fieles a renovar su comprensión y su amor a la celebración eucarística, donde sus vidas sean transformadas y unidas a Cristo que da su propia vida para la gloria de Dios Padre, para la salvación del mundo entero.
Aunque hay un contraste entre el domingo cristiano y el domingo secular, el domingo debe ser recuperado para la Nueva Evangelización, según la enseñanza del beato Juan Pablo II en la Dies Domini. El domingo, con su carácter sagrado y especial ligado a la misa dominical, debe ser el centro de la vida católica.
El propósito es la participación plena, consciente y activa en la liturgia por parte de toda la comunidad. El año litúrgico con sus diversas fiestas, debe ir acompañado de un verdadero programa de evangelización, sobre todo en Navidad y en Pascua.
Propuesta 35: LITURGIA
La celebración digna de la sagrada liturgia, el regalo más precioso de Dios para nosotros, es fuente de la más alta expresión de nuestra vida en Cristo (cf. Sacrosanctum Concilium, 10). Es, por lo tanto, la expresión primera y más poderosa de la Nueva Evangelización.
A través de la liturgia Dios desea manifestar la belleza incomparable de su inmenso e incesante amor por nosotros, y nosotros, por nuestra parte, queremos ofrecer lo que sea más hermoso de nuestra adoración a Dios, en respuesta a su regalo. En el intercambio maravilloso de la sagrada liturgia, en la que el cielo baja a la tierra, la salvación está a la mano, provocando el arrepentimiento y la conversión del corazón (cf. Mt. 4,17; Mc. 1,15).
La evangelización en la Iglesia requiere una liturgia que eleve el corazón de los hombres y de las mujeres hacia Dios. La liturgia no es solo una acción humana, sino, un encuentro con Dios que lleva a la contemplación y a la amistad íntima con Dios. En este sentido, la liturgia de la Iglesia es la mejor escuela de la fe.
Proposición 36: DIMENSIÓN ESPIRITUAL DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
El agente principal de la evangelización es el Espíritu Santo, que abre los corazones y los convierte a Dios. La experiencia de encontrar al Jesucristo, se hace posible por el Espíritu Santo que nos introduce en la vida de la Trinidad, acogida en un espíritu de adoración, de oración y de alabanza, debe ser fundamental en todos los aspectos de la Nueva Evangelización. Es la dimensión "contemplativa" de la Nueva Evangelización, que se alimenta continuamente a través de la oración, comenzando con la liturgia, especialmente la Eucaristía, fuente y cumbre de la vida de la Iglesia.
En consecuencia, se propone que la oración deba ser alentada y enseñada desde la infancia. Los niños y los jóvenes deben ser educados en la familia y en las escuelas a reconocer la presencia de Dios en sus vidas, para alabarlo, darle gracias por los dones recibidos de El, y pedir al Espíritu Santo que los guíe.
Proposición 37: EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN EN EL CONTEXTO DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
Todos los fieles cristianos reciben la misión de evangelizar, en nombre de los sacramentos del bautismo y de la confirmación que han recibido. En estos, los fieles son sellados por la unción del Espíritu Santo y están llamados a participar en el misterio de Pentecostés.
A través de la confirmación, los bautizados reciben la plenitud del Espíritu Santo, sus dones, y la fuerza para testimoniar el Evangelio abiertamente y con valentía.
Es importante que una catequesis mistagógica acompañe la gracia de la adopción filial recibida en el bautismo, haciendo hincapié en la importancia del don del Espíritu Santo, el cual permite participar plenamente en el testimonio eucarístico de la Iglesia y de su influencia en todos los ámbitos de la vida y de la actividad humana.
Por lo tanto, una catequesis adecuada y sistemática antes de recibir estos sacramentos, es de una importancia primordial.
Proposición 38: LA INICIACIÓN CRISTIANA Y LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
El Sínodo quiere afirmar que la iniciación cristiana es un elemento crucial en la nueva evangelización y es el medio por el cual la Iglesia, como madre, genera sus hijos y se regenera. Por lo tanto, proponemos que el proceso tradicional de la iniciación cristiana, que a menudo se ha convertido simplemente en una preparación aproximativa para los sacramentos, sea vista en todo lugar, desde una perspectiva catecumenal, dando más importancia a una mistagogía permanente, y convirtiéndose así en una verdadera iniciación a la vida cristiana a través de los sacramentos (cf. Directorio General para la Catequesis, 91).
En esta perspectiva, no es irrelevante que la situación actual con respecto a los tres sacramentos de la iniciación cristiana, a pesar de su unidad en la teología, sea pastoralmente diferente. Estas diferencias en las comunidades eclesiales no son de carácter doctrinal, sino diferencias de criterio pastoral. Sin embargo, este Sínodo pide que aquello que el santo padre dijo en ‘Sacramentum Caritatis’, se convierta en un estímulo para las diócesis y las conferencias episcopales para revisar su práctica de iniciación cristiana: "Concretamente, es necesario verificar qué praxis puede efectivamente ayudar mejor a los fieles a poner de relieve el sacramento de la Eucaristía como aquello a lo que tiende toda la iniciación". (Sacramentum Caritatis, 18).
Proposición 39: PIEDAD POPULAR Y NUEVA EVANGELIZACIÓN
La piedad popular es un verdadero lugar de encuentro con Cristo y también expresa la fe del pueblo cristiano en la Santísima Virgen y los santos. La Nueva Evangelización reconoce el valor de estas experiencias de fe y las alienta como caminos para crecer en la virtud cristiana.
Las peregrinaciones a lugares sagrados y santuarios son un aspecto importante de la Nueva Evangelización. No solo por los millones de personas que siguen haciendo estas peregrinaciones, sino porque esta forma de piedad popular es en este momento una oportunidad especialmente prometedora para la conversión y el crecimiento en la fe. Por tanto, es importante que se desarrolle un plan pastoral que acoja adecuadamente a los peregrinos y que, en respuesta a su deseo profundo, se les brinde la posibilidad de que el tiempo de la peregrinación pueda ser visto como un momento de gracia.
Proposición 40: EL PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PROMOCIÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
El Sínodo da las gracias al santo padre por la creación del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, como una herramienta al servicio de las Iglesias particulares, y pide que este dicasterio lleve adelante las discusiones sinodales con un posterior estudio y a través del desarrollo y la promoción la Nueva Evangelización.
También invita a considerar el establecimiento por cada conferencia episcopal, de una comisión, a fin de promover el estudio y la difusión del magisterio pontificio relativo a los temas que forman parte de la Nueva Evangelización. De esta manera, se podrá crear una fuerte colaboración entre las Iglesias particulares, y por lo tanto, una mayor eficacia en la implementación de la Nueva Evangelización.
4) Agentes / Participantes en la nueva evangelización
Propuesta 41: NUEVA EVANGELIZACIÓN E IGLESIA PARTICULAR
La Iglesia particular, presidida por el obispo, asistido por los sacerdotes y diáconos, con la colaboración de personas consagradas y los laicos, es el objeto de la Nueva Evangelización. Esto se debe a que en todas partes la Iglesia particular es la manifestación concreta de la Iglesia de Cristo y, como tal, inicia, coordina, y lleva a cabo acciones pastorales a través de las cuales se implementa la Nueva Evangelización.
En la Iglesia resuena el llamado a la santidad, dirigido a todos los bautizados, invitados a seguir a Cristo y a dirigirse con amor y buena voluntad hacia todos los hombres, a fin de discernir la acción del Espíritu Santo en ellos: "como yo os he amado, que también os améis unos a otros. De este modo todos sabrán que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos con los otros" (Jn. 13,34-35). Para las primeras comunidades cristianas, la comunión era un elemento constitutivo de la vida de fe y necesaria para la evangelización: tenían un solo corazón y un solo espíritu. La Iglesia es comunión, es decir, la Iglesia es la familia de Dios.
La Iglesia permite a cada uno de sus miembros, que sean conscientes de su responsabilidad de ser como la levadura en la masa. De esta manera, "la fe que actúa por la caridad" (Gal. 5,6) se convierte en un testimonio contagioso para el mundo en todas sus dimensiones, ofreciendo a cada persona la oportunidad de encontrar a Cristo y llegar a ser a la vez, un evangelizador.
Es conveniente que cada Iglesia particular, cualesquiera que sean las dificultades, desarrolle un sentido de la misión entre sus fieles, cooperando con las otras Iglesias particulares.
Propuesta 42: ACTIVIDAD PASTORAL INTEGRADA
Cada Iglesia particular es la comunidad primaria de la misión de la Iglesia. Debe motivar y conducir una acción pastoral renovada, capaz de integrar la variedad de los carismas, de los ministerios, de los estados de vida y de los recursos. Todas estas realidades deben coordinarse dentro de un proyecto misionero orgánico, capaz de comunicar la plenitud de la vida cristiana a todos, especialmente para los alejados de la atención de la Iglesia. Este esfuerzo debe provenir del diálogo y de la cooperación de todos los componentes diocesanos, tales como: parroquias, pequeñas comunidades cristianas, comunidades educativas, comunidades de vida consagrada, asociaciones, movimientos y creyentes a nivel individual.
Cada programa pastoral debe transmitir la verdadera noticia del Evangelio y centrarse en el encuentro personal y vivo con Cristo; también debe ser estructurado de tal forma, que suscite en todos una adhesión generosa a la fe y una voluntad de aceptar la llamada a ser testigos.
Propuesta 43: DONES JERÁRQUICOS Y CARISMÁTICOS
El Espíritu Santo guía a la Iglesia en la evangelización misionera "con diferentes dones jerárquicos y carismáticos" (Lumen gentium, 4). De hecho, las diócesis son "una porción del Pueblo de Dios confiada al cuidado pastoral del obispo, ayudado por su prebiterio" (Christus Dominus, 11), donde las diversas realidades carismáticas reconocen la autoridad del obispo como parte de su propia acción al servicio de la misión eclesial. El obispo tiene la responsabilidad de dar un "juicio sobre su autenticidad y el buen uso de estos dones" (Lumen Gentium, 12), como un verdadero recurso auténtico para la vida y la misión de la Iglesia.
Los dones jerárquicos y carismáticos, que fluyen del único Espíritu de Dios, no compiten, sino más bien, son co-esenciales para la vida de la Iglesia y la eficacia de su actividad misionera (cf. Juan Pablo II, Mensaje a los participantes en el Congreso Mundial de Movimientos Eclesiales, 27 de mayo de 1998). La vida consagrada tiene un lugar especial en la dimensión carismática de la Iglesia (cfr. Mutuae Relationes, 34, Caminar desde Cristo, 32); y como tal, está completamente inserta en la comunión eclesial, y contribuyen con sus propios dones a la evangelización misionera.
Que se hagan estudios, sea a tanto a nivel diocesano e interdiocesano, para ver en qué medida los dones carismáticos y las jerarquías son capaces de cooperar en la acción pastoral y en la vida espiritual de la Iglesia.
Desde el Concilio Vaticano II, la Nueva Evangelización se ha beneficiado del dinamismo de los nuevos movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades. Su ideal de santidad y de unidad ha sido fuente de muchas vocaciones y notables iniciativas misioneras. El Sínodo reconoce estas nuevas realidades y las anima a usar sus carismas en estrecha colaboración con la diócesis y las comunidades parroquiales, que a su vez se beneficiarán de su espíritu misionero.
Propuesta 44: NUEVA EVANGELIZACIÓN EN LA PARROQUIA
La parroquia, a través de todas sus actividades, debe alentar a sus miembros a convertirse en agentes de la Nueva Evangelización, dando testimonio tanto con sus palabras como con sus propias vidas. Por esta razón, es importante recordar que la parroquia sigue siendo el entorno habitual para la vida espiritual de los feligreses. El Sínodo por tanto, alienta las visitas parroquiales a las familias como un medio de renovación parroquial. A veces sucede que la parroquia se considera solo como un lugar para eventos importantes, o incluso como un centro turístico.
Del mismo modo, los "agentes pastorales" en los hospitales, centros juveniles, fábricas, prisiones, etc., deben tener presente que la Nueva Evangelización debe encontrar espacio en estos lugares. Es un hecho que la Iglesia debe estar presentes en estos lugares, porque Cristo ha mostrado su preferencia por las personas allí presentes. Por cuanto a ellas corresponde, a todas las Iglesias se les exhorta a abrirse a esta misión, dondequiera que estén.
Propuesta 45: EL ROL DE LOS FIELES LAICOS EN LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
La vocación y la misión propia de los fieles laicos es la transformación de las estructuras terrenas, para que cada comportamiento y actividad humana sea informada por el Evangelio. Este es el motivo por el cual es tan importante orientar a los laicos cristianos hacia un conocimiento íntimo de Cristo, a fin de formar una conciencia moral por medio de una vida en Cristo.
El Concilio Vaticano II señala cuatro aspectos principales de la misión de los bautizados: el testimonio de sus vidas, las obras de caridad y de misericordia, la renovación del orden temporal y la evangelización directa (cf. Lumen Gentium, Apostolicam actuositatem). De esta manera, serán capaces de dar testimonio de una vida que sea verdaderamente coherente con su fe cristiana, como individuos y como comunidad.
Los laicos cooperan en la obra de evangelización de la Iglesia, como testigos y al mismo tiempo como instrumentos vivos de la misión salvífica que comparten (cf. Ad Gentes, 41). Por lo tanto, la Iglesia reconoce los dones con que el Espíritu obra en todos los bautizados para la construcción del cuerpo, y debe proporcionar un estímulo y preparación adecuados para favorecer su celo apostólico en la transmisión de la fe.
Propuesta 46: COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y DE LA MUJER EN LA IGLESIA
La Iglesia reconoce la misma dignidad de mujeres y hombres en la sociedad, como creados a imagen de Dios; y en la Iglesia, según su vocación común como bautizados en Cristo. Los pastores de la Iglesia han reconocido las capacidades especiales de las mujeres, así como su atención hacia los demás y sus dones para la educación y la compasión, de una manera muy especial en su vocación de madres. Las mujeres, junto con los hombres, dan testimonio del Evangelio de la vida con su dedicación a la transmisión de la vida en la familia. Juntos ayudan a mantener viva la fe.
El Sínodo reconoce que hoy en día, las mujeres (laicas y religiosas), junto con los hombres, contribuyen a la reflexión teológica a todos los niveles y comparten las responsabilidades pastorales en una forma nueva, llevando adelante la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe.
Propuesta 47: FORMACIÓN PARA LOS EVANGELIZADORES
Este Sínodo considera que es necesaria la creación de centros de formación para la Nueva Evangelización, donde los laicos aprendan a hablar acerca de la persona de Cristo de manera persuasiva, adaptada a nuestro tiempo y a grupos específicos de personas (jóvenes, agnósticos, ancianos, etcétera).
El cristocentrismo trinitario (cf. Directorio General para la Catequesis, 98-100) es el criterio más esencial y fundamental para la presentación del mensaje del Evangelio en los tres momentos de la evangelización, sea por la proclamación inicial, la catequesis o la formación continua ( cf.DGC, 60-72). Toda la enseñanza y los recursos deben ser evaluados bajo esta luz.
Propuesta 48: LA FAMILIA CRISTIANA
Instituida por el sacramento del matrimonio, la familia cristiana como Iglesia doméstica es el lugar y el primer agente del don de la vida y del amor, de la transmisión de la fe y de la formación de la persona humana según los valores del Evangelio. Imitando a Cristo, toda la Iglesia debe dedicarse a apoyar a las familias en la catequesis de los niños y los jóvenes. En muchos casos, los abuelos tendrán un papel muy importante.
Al mismo tiempo, la Nueva Evangelización debe hacer esfuerzos para abordar los problemas importantes en relación con el matrimonio, en el caso de los divorciados y vueltos a casar, en la situación de sus hijos, el destino de los cónyuges abandonados, en las parejas que viven juntas sin casarse, y en la tendencia de la sociedad a redefinir el matrimonio. La Iglesia, con atención materna y espíritu evangélico, debe buscar las respuestas adecuadas a estas situaciones, siendo un aspecto importante de la Nueva Evangelización. Cada plan pastoral de evangelización también debe incluir una invitación respetuosa a todos los que viven solos, para que experimenten a Dios en la familia de la Iglesia.
Es necesario educar a la gente sobre la manera de vivir la sexualidad humana de acuerdo con la antropología cristiana, tanto antes del matrimonio, como durante el matrimonio mismo.
El Sínodo mira con aprecio a las familias que dejan sus hogares para ser evangelizadores de Cristo en otros países y culturas.
Propuesta 49: DIMENSIÓN PASTORAL DEL MINISTERIO ORDENADO
Los Padres sinodales alientan a los obispos y a los presbíteros a conocer la vida de las personas a las que sirven, de una manera más personal. Las personas buscan testigos auténticos y creíbles en sus obispos y presbíteros que viven y dan forma a la fe y a la Nueva Evangelización. El obispo es un evangelizador que predica con el ejemplo y comparte con todos los bautizados, la bendición de ser llamado a evangelizar.
La formación permanente del clero sobre la Nueva Evangelización y los métodos de la evangelización en la diócesis y la parroquia, son necesarios para aprender modos eficaces que movilicen a los laicos en el compromiso de la Nueva Evangelización.
Invitamos a los obispos, como principales responsables de todo el trabajo pastoral de la Iglesia, a desarrollar un plan que anime y acompañe en modo directo y personal, el trabajo pastoral del presbiterado, el núcleo del liderazgo decisivo de la Nueva Evangelización.
En comparación con los escándalos relacionados con la vida y el ministerio sacerdotal, que deploramos profundamente, proponemos no obstante, que se manifieste gratitud y aliento al fiel servicio de muchos presbíteros. Y que se den orientaciones pastorales a las Iglesias particulares sobre un plan pastoral sistemático y organizado, que sostenga la auténtica renovación de la vida y del ministerio de los presbíteros, que son los principales agentes de la Nueva Evangelización (cf. Pastores dabo vobis, 2).
Para que los presbíteros estén adecuadamente preparados para la obra de la Nueva Evangelización, el Sínodo confía en que se cuide de formarlos en una espiritualidad profunda, en una doctrina sólida, en la capacidad de comunicar la catequesis y en una toma de conciencia de los modernos fenómenos culturales.
Los seminarios deben tener la Nueva Evangelización como un objetivo, de modo que se convierta en el hilo conductor y unificador de los programas de formación humana, espiritual, intelectual y pastoral en el ars celebrandi, en la homilética y en la celebración del sacramento de la Reconciliación, que son todos elementos muy importantes de la Nueva Evangelización.
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