Madrid (Miércoles, 28-11-2012, Gaudium Press) Con tres vigilias diocesanas; una de la Catedral de la Almudena, otra en la Basílica de la Merced y otra en el Santuario de María Auxiliadora, madrileños celebrarán a la Inmaculada Concepción en la noche del próximo 7 de diciembre.
La Gran Vigilia de la Inmaculada, que se realiza cada año en todas las diócesis de España, se vivirá especialmente en la Archidiócesis de Madrid con el lema "Bienaventurada la que ha creído", que son las palabras con las cuales el Papa Benedicto XVI termina la Carta Apostólica "Porta Fidei", con la que convocó el Año de la Fe.
Las vigilias, que se harán en simultánea desde las 9:00 de la noche, contarán con gran afluencia de fieles, especialmente de jóvenes y familias, tal como viene ocurriendo en años anteriores. El Cardenal Antonio María Rouco, Arzobispo de Madrid, será el encargado de presidir la Vigilia en la Catedral de la Almudena. Por su parte, Mons. César Franco, Obispo Auxiliar de Madrid, presidirá la Vigilia la Basílica de la Merced; y Mons. Juan Antonio Martínez Camino, Secretario del Episcopado Español, presidirá la vigilia en el Santuario de María Auxiliadora.
Estas vigilias, según dicen los promotores en una nota de prensa, tienen este año el objeto de hacer "una súplica a la virgen, para que la humanidad alcance la fe", y al mismo tiempo, "pretenden impulsar los enormes frutos espirituales que representó la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Madrid en agosto del año pasado, caracterizada por el fervor, amor y testimonio de casi dos millones de jóvenes asistentes".
Como ha ocurrido en años anteriores se espera que el Santo Padre envíe su tradicional mensaje y Bendición Apostólica para quienes participen en las vigilias en honor a la Inmaculada Concepción.
Patrona de España
Las festividades de la Inmaculada son de gran importancia para los católicos españoles. Mucho antes de que el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen fuera proclamado por el Papa Pío IX en 1854, María Inmaculada ya había sido proclamada Patrona de España por el Papa Clemente XIII, mediante la bula "Quantum Ornamenti", del 25 de diciembre de 1760, por petición de las Cortes Generales Españolas, tras solicitud del Rey Carlos III.
No en vano el mismo Papa Pío IX, posterior a la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, hizo construir en la plaza de España en Roma el monumento a la Inmaculada. En esa ocasión el Pontífice señaló:
"Fue España, la Nación, que por sus reyes y por sus teólogos, trabajó más que nadie para que amaneciera el día de la proclamación del dogma de la Concepción Inmaculada de María".
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