En una Sociedad cada vez más maltrecha, con abundantes necesidades, falta de la mínima esperanza, donde la precariedad se ha convertido en moneda de uso común, donde hay cada vez más pobreza, más hambre y, por supuesto, más injusticias, donde todas las manos son pocas para ayudar a los necesitados, se valora el sobreesfuerzo, la entrega sin medida ni límites, la donación de la persona, con todo lo que ella conlleva, el servir a Dios por medio de los hombres.
España no estaría igual si no existiera la Iglesia, ni Cáritas, ni los comedores sociales, ni la Real y Benemérita Institución de los Caballeros Hospitalarios de San Juan Bautista. De esta última quiero escribir el día de hoy, porque me coge muy cerca, porque sé la labor que realiza, porque quiero y admiro a todas las Damas y Caballeros Hospitalarios que dan todo lo que pueden y tienen para abrir una mano de esperanza que mitigue tanto sufrimiento.
El domingo próximo se celebra el Día de los sin Techo y en la Sede de la Institución, sita en la calle Benjumeda de Cádiz, habrá diversas actividades en unión con los albergados, esas personas que careciendo de todo, tienen, al menos, un techo donde dormir, unos alimentos que llevarse a la boca, poder ducharse con agua caliente, una cosa tan normal, se convierte en un privilegio para ellas que conocen lo que es el frío de verdad, la soledad más acuciante, más ignominiosa y desoladora.
En un mundo cada vez menos consumista, no porque hayamos cambiado, sino por la falta de poder adquisitivo, en un mundo materialista el ver al hombres y mujeres sufriendo la indigencia, durmiendo en las calles y plazas, comiendo mal y poco, pidiendo una mísera limosna hace que, la mayoría, vuelvan sus caras para no ver esa dramática y dura realidad. Preferimos vivir un mundo “feliz”, donde el dolor, el sufrimiento, la carestía de valores, los compromisos no existen, o no deben existir, en nuestra hoja de ruta, en nuestro caminar diario.
Por eso quiero manifestar desde aquí mi profunda admiración por la Benemérita Institución de los Caballeros Hospitalarios, que con su Presidente, el Excmo. Sr. D. Francisco Súnico Varela, dan de comer al hambriento, de beber al sediento, posada al peregrino...
Hoy viernes 23 a las diez de la mañana se ha inaugurado la Tómbola Benéfica pro CC.HH. En la Calle Ancha, 33 en la ciudad de Cádiz y que estará abierta hasta el domingo 25 de Noviembre. Todo un fin de semana para ayudar a una Institución, que como otras, necesita de fondos para cubrir las cada vez más cuantiosas necesidades que, por culpa de esta crisis, han aumentado de forma muy considerable.
Lo dije en un anterior post, justamente por el mes de junio cuando cumplí mi primer año de haber ingresado como Caballero Hospitalario, y lo ratifico ahora. El ser miembro de esta Ilustre, Benemérita y querida Institución ha supuesto para mí un antes y un después en mi vida como cristiano y en mi concepción personal de la misma. Hombres y mujeres entregados al noble y encomiable ejercicio de la caridad cristiana, que es el fin primordial de los Caballeros Hospitalarios, es una de las experiencias más reconfortantes que se puede experimentar. Saberte útil y realizando lo mandado por el Padre, desde la humildad y la sencillez, se llega a convertir en una auténtica experiencia de vida.
Aunque lo he dicho en reiterada ocasiones, hoy lo vuelvo a repetir sin temor a ser pesado, como soy cofrade desde pequeño, he desarrollado toda mi vida el apostolado cofrade como una forma de servir a Dios y a la Santa Madre Iglesia por medio del apasionante mundo de las Hermandades y Cofradías, he vivido lo que es un Hermandad desde que tengo uso de razón y sé de lo que estoy hablando, aunque el sentido más profundo, más hondo, de lo que significa verdaderamente HERMANDAD, lo he encontrado en la Institución de los Caballeros Hospitalarios. Allí todos somos HERMANOS, es una GRAN FAMILIA, donde TODOS estamos a disposición de TODOS.
Y esta percepción la he podido experimentar en primera persona gracias a Paco Súnico, Rafael Melgar, José Luis Sancho y su esposa, Jaime Rocha, Miguel Ángel Medina Bastardi así como tantos otros Caballeros y Damas que hacen de esta Institución una gran familia: UNA AUTÉNTICA HERMANDAD.
Si todos somos hermanos en Cristo y en la caridad, todos ejercemos la misión confiada con verdadero sentido de entrega, de donación personal, de amor.
El fin, en este caso, si justifica los medios. Para dar al que no tiene de nada porque ya le falta de todo no importa que hagamos para paliar el sufrimiento que vemos y sentimos al alrededor y si eso supone entregar tu tiempo, rascarse el bolsillo y pedir a los demás para beneficios de otros que están mucho peor, se hace y punto. En definitiva esas son las medallas que son valoradas por nuestro Padre Celestial cuando nos llame a su presencia, momento que solo Él sabe cuando será, ya que todo lo que hagamos por nuestros hermanos más débiles y desfavorecidos está siendo observado por Dios, Nuestro Señor.
Os animo a todos a visitar la Tómbola pro CC.HH. en este fin de semana. Tu ayuda es imprescindible para hacer felices a muchos.
Gracias a todos por vuestra entrega y generosidad.
Jesús Rodríguez Arias
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