

Como todos los años la iglesia estaba llena de fieles devotos que no faltan al encuentro de la Madre, cada día de la misma ‘participó una parroquia local y su párroco fue el que presidió la solemne Eucaristía.
Durante estos días, la predicación se ha centrado en diversas advocaciones de la Virgen recogidas en las Letanías del Santo Rosario: Madre de Dios, Madre del Amor Hermoso, Madre nuestra, Salud de los Enfermos, Auxilio de los Cristianos o Reina de la Familia o el rezo del Santo Rosario en sí.
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