Vicente Sabido, in memoriam
Ha muerto Vicente Sabido, del que no tengo más que cosas buenas que contar, además de las inmejorables que él cantó:
La noche oscureció labios y rosas.
La noche acarició labios y rosas.
La noche vino fiel a nuestra cita.
Sonaba tu sonrisa en la negrura.
Sonaba tu sonrisa sobre el llanto
del viento y las cascadas en lo oscuro.
Un órgano barroco, un clavicémbalo
tremaba en mi interior y respondían
las fibras de tu sangre a mis adagios.
Las uvas del otoño, los jarales,
el cielo acharolado, la hojarasca
del parto vegetal eran el ámbito
mullido del amor. Y puse un beso
en la fresa partida de tu boca
que dulce se rindió. Pensé: supieras
quién es el que te abraza y te susurra
requiebros encendidos. Si pudieras
llegar a tocar fondo en el misterio
del triste vagabundo que acaricias
que está muriendo a chorros y no puede
morirse de una vez porque tú existes.
Sentí tu corazón dentro del mío
latir a mi compás. Y juré al cielo
luchar hasta morir por merecerte.
[de Aunque es de noche, Renacimiento, 1994]
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