El otro día escribía que no soy hombre de "extremos". ¡Me equivocaba!
Y lo hacía porque desde hace seis años vivo en la EXTREMA FELICIDAD junto a Hetepheres. Hoy hace justamente seis años que nos casamos. A las doce del mediodía de un uno de septiembre recibíamos el Sacramento del Matrimonio en la Iglesia de Los Descalzos de Jerez de la Frontera rodeado de familia y amigos. Lo hacíamos plenamente convencidos de que estábamos hecho el uno para el otro y que gracias a esta unión de dos cuerpos en uno solo íbamos a ser fructíferos para la misión que Dios nos tenía encomendada aquí en la Tierra.
Hetepheres es una mujer extraordinaria: Cálida, sensible, sincera, entregada, impetuosa, con genio más que con carácter, práctica, pragmática, culta con deseos de aprender siempre, gran lectora, de amena y cultivada conversación. Siempre tiene ideas rondando su cabeza, aunque algunas me hagan temblar, que cuando se materializan suelen ser éxitos garantizados y no puede con las injusticias. Su espontaneidad arrasa por donde quiera que va.
En cambio yo soy más de carácter que de genio, muy meditativo, espiritual, de trato sosegado y tranquilo y pienso cada palabra que digo o escribo aunque con el pasar de los años junto a ella me estoy convirtiendo en algo más impetuoso y expresivo. También me apasiona la lectura, la buena música, los grandes paseos por el campo o por la playa, el trato directo con la gente y la buena conversación.
Llevamos tan solo seis años casados aunque parece que nos conocemos de toda la vida pues coincidimos en casi todo. Tenemos los mismos gustos, las mismas aficiones, estamos involucrados en las mismas cosas, compartimos amigos, lo compartimos TODO.
Nos alentamos y apoyamos en los distintos apostolados que estamos inmersos y no sé como agradecerle el que haya estado siempre a mi lado en todos los momentos y situaciones que he vivido, algunas no muy fáciles de comprender aunque necesarias para nuestra vida de maduración personal y de fe.
Ella es la gran "perjudicada" de la atención que le presto al blog. La actualización, casi permanente, de "SED VALIENTES" hace que reste mucho tiempo de estar con ella. Lo mismo ha sucedido cuando he desarrollado distintas responsabilidades en otros apostolados que he vivido intensamente. Todo lo admite como parte de la misión evangelizadora que tengo encomendada.
En definitiva, vivir y convivir con Hetepheres, desde hace seis años mi mujer, es un privilegio, un honor, sumamente fácil porque los dos estamos compenetrados hasta límites insospechados.
Este aniversario lo estamos celebrando en nuestro hogar, en Villaluenga del Rosario, lugar que nos ha enamorado y que vivimos con verdadero apasionamiento. Somos tan iguales que hemos hecho de un pequeño Pueblo metido entre montañas nuestra verdadera casa.
Seis años van y toda una vida por delante, pero siempre juntos uno al lado del otro.
Jesús Rodríguez Arias
Enhorabuena por esos seis años de felicidad y que sigan muchos más. Un fuete abrazo.
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