Mediante un mensaje dirigido a los comunicadores católicos de América Latina y El Caribe, reunidos en la asamblea OCLACC-Signis América Latina 2013, monseñor Adalberto Martínez Flores, Obispo Castrense del Paraguay y presidente del Departamento de Comunicación y Prensa del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), ha delineado las estrategias de comunicación social que se deben seguir en el continente, tras la V Asamblea General del CELAM en Aparecida, Brasil.
Si la mayoría es católica, ¿por qué la comunicación no lo es?
Monseñor Martínez Flores comenzó recordando que América Latina es un continente católico, en el que se concentra casi la mitad de la población católica del mundo y que en el ámbito de los comunicadores sociales, la conformación religiosa debería ser mayoritariamente católica.
“Sin embargo, a nuestro criterio, el principal desafío es que los comunicadores y periodistas católicos sientan la necesidad de unirse para orar y trabajar juntos en proyectos de formación humana, cristiana y profesional para dar testimonio de su fe en Jesucristo y ser levadura del Reino en su ambiente profesional y social”, constató monseñor Martínez Flores.
Acto seguido recordó que hay muchos comunicadores dentro de la Iglesia de América Latina, pero la mayoría de ellos “dispersos en nuestros proyectos”. Esta dispersión ha restado a los comunicadores católicos y a la propia Iglesia poca capacidad de presencia entre los ambientes en los que debe estar la comunicación católica.
La unión de los comunicadores católicos es una demanda sentida por ellos mismos y por la propia herencia de los precursores en cada país de América Latina y El Caribe. Pero, si esto es así, se preguntó el Obispo Castrense del Paraguay “¿por qué nuestras organizaciones, tanto en los contextos nacionales, como en el ámbito continental, no logran suscitar con fuerza la adhesión, el compromiso y la acción perseverante de la mayoría de los comunicadores identificados con la fe católica?”
Las nuevas tecnologías de comunicación han roto las distancias y las fronteras. En Aparecida se habló de la necesidad de “reconocer los nuevos lenguajes, que pueden ayudar a una mayor humanización global”. Estos nuevos lenguajes configuran un elemento articulador de los cambios en la sociedad”. Es ahí donde se deben “establecer lazos de comunión y de trabajo en red desde nuestra identidad católica”, según el encargado de Comunicación del CELAM.
Consejos y sentido de pertenencia a la Iglesia
Las nuevas tecnologías, escribió monseñor Martínez Flores, “posibilitan el trabajo colaborativo, el compartir nuestros sueños y proyectos, el fortalecernos mutuamente en nuestro sentido de pertenencia a la Iglesia, nuestra Madre, que nos cobija, nos forma, nos anima y nos envía a ser discípulos misioneros de Jesucristo”.
Pidió a los responsables católicos de la comunicación pensar creativamente en nuevos modos de relación y articulación en los países, de los comunicadores y periodistas católicos, e hizo a éstos cuatro recomendaciones:
1. Crear grupos de estudios interdisciplinarios, con alta capacidad profesional y corazón católico.
2. Construir, para los habitantes del continente digital una “agencia de sentido” que ayude a colocar los acontecimientos y las ideas según una escala de valores y ante un horizonte de esperanza.
3. Constituirse, los periodistas y comunicadores católicos, en líderes de los procesos comunicativos al servicio del Evangelio.
4. Trabajar en equipo, en red. Es necesario y urgente crear sinergias y abandonar el individualismo pastoral.
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