Debo reconocer que me gusta mucho leer y releer las publicaciones que en su día se publicaron en "Raíces de Grazalema" que es ese lugar en la red que creara junto a un grupo de inestimables colaboradores nuestro querido y siempre añorado Diego Martínez Salas.
Hoy os traigo un relato de esas historias que se contaban en Grazalema y que iguales o similares se han relatado incluso donde hemos nacido pues forman parte de la indiosincracia, de la historia de cada pueblo o ciudad.
"El miedo de San José" así se titula esta publicación con la que hoy cerramos edición en SED VALIENTES y que no tiene desperdicio además de ser sumamente interesante.
Sirva como siempre este artículo de cada miércoles como mi sincero y cálido homenaje a la memoria de nuestro querido Diego Martínez Salas así como mi reconocimiento a ese grupo de amigos y colaboradores que hicieron posible el rescatar parte de la historia de Grazalema y que gracia a ellos no ha caído en el olvido.
Sirva este artículo como muestra de cariño sincero a su viuda, hijos, madre, familia, amigos así como a todo el pueblo de Grazalema y los grazalemeños cuyas Fiestas Mayores solo restan días para que comiencen y la puedan disfrutar.
Recibid todos un abrazo con sabor a eternidad,
Jesús Rodríguez Arias
raicesdegrazalema.wordpress.com
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La creencia en la existencia de fenómenos paranormales provenientes del más allá, no es una novedad en Grazalema. Ya durante el año 1.902, nuestro paisano Cándido Ruiz Ruiz, maestro regeneracionista, y creador de la Estación Meteorológica de Grazalema, dejó constancia en una carta escrita a su amigo Pepe Casas, de una “presencia” que se manifestó en las desiertas estancias de la Iglesia y Convento de San José, y mantuvo alterada durante varias noches a las pacíficas gentes de nuestro pueblo.
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La carta nos la remite Luís Ruiz Navarro quien nos informa del principal implicado en estos miedos, palabra antigua con la que denominaban los grazalemeños a los espectros, y que era el hijo de “Chicharrón” farolero y sacristán del pueblo, marido de la famosa “Guerrita”, cantor en los entierros de posibles; famosísimo por sus destrozos del latín… y sus borracheras épicas. Virtudes y oficios a los que al parecer su hijo “opositaba” con éxito. La carta dice así:
Escucha y pon atención
del hecho que aquí ha ocurrido
y que ha metido gran ruido
en ésta población.
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Todo el pueblo se ha alarmado
guardias, municipales,
las personas principales,
alguaciles y el Juzgado.
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Explicarte yo no puedo
como decirlo no sé;
allí arriba, en San José
dicen que salía un miedo
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Te digo, siéndote franco
que empezó tan grande afán
por causa de un sacristán,
uno al que llaman “El Manco.”
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La gente acudía en tropel
de noche. Porque al instante,
por detrás y por delante
golpeaban la pared.
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Y es cosa que maravilla,
te voy a ser sincero
volaban las campanillas,
corrían los candeleros…
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¿Quién creerás, en conclusión
que armó tal ventolera..?
¡¡asómbrate!! el miedo era
el hijo de Chicharrón…
¡¡con otra gran borrachera…!!
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