New Delhi – Varios episodios de violencia, que han comportado la violación de la libertad religiosa, han turbado a las comunidades cristianas en la India en los últimos días. La policía de Chennai, en el estado indio de Tamil Nadu, está buscando a los padres de una chica de 23 años de edad, a la que han secuestrado porque se oponían a su conversión al cristianismo y su deseo de convertirse en religiosa. Según la información que la Agencia Fides ha recibido de fuentes de la Iglesia local, Lakshmi Priya, una joven mujer graduada en ingeniería, de una familia hindú residente en Hyderabad , se había convertido al cristianismo y se preparaba para ser religiosa, siguiendo el camino de la formación a la vida religiosa en Chennai, aunque sin el consentimiento de sus padres, que en los últimos días han recurrido al uso de la fuerza para disuadirla.
Otro episodio de violencia ha ocurrido en Jharkhand, el 19 de agosto. Un niño de siete años, que asistía a una escuela católica, la San Francisco Javier, dirigida por los jesuitas y algunas religiosas, ha muerto repentinamente de un paro cardíaco. Después del evento, una multitud ha atacado a los sacerdotes y religiosas de la misión jesuita en Jharkhand, pidiendo una indemnización de un millón de rupias. Las Hermanas de la Congregación de María Inmaculada , que trabajan en la escuela desde 2005, han sido atacadas por vándalos que han destruido su convento. Uno de los sacerdotes que ha intervenido, el p. Salomon, ha sufrido un trauma en la cabeza y ha sido trasladado de urgencia al hospital. Según un comunicado enviado a la Agencia Fides, los jesuitas sospechan que el ataque fue instigado por un grupo de fanáticos hindúes.Unos días antes, en el estado de Rajasthan, la madre de un pastor cristiano fue brutalmente golpeada por unos extremistas hindúes que la amenazaron con matarla y cortar en pedazos si no se convertía al hinduismo. El episodio ocurrió en Jaipur, Rajasthan, el 13 de agosto. Cuatro hombres armados irrumpieron en la casa del pastor Vishaal Behl, asegurándose de que no estaba en casa, comenzaron a saquear la casa. A continuación, amenazaron a su madre, en un intento de conseguir que revelase dónde estaba su hijo, golpeándola y causándole heridas graves en la cabeza y los brazos.
Otro episodio de violencia ha ocurrido en Jharkhand, el 19 de agosto. Un niño de siete años, que asistía a una escuela católica, la San Francisco Javier, dirigida por los jesuitas y algunas religiosas, ha muerto repentinamente de un paro cardíaco. Después del evento, una multitud ha atacado a los sacerdotes y religiosas de la misión jesuita en Jharkhand, pidiendo una indemnización de un millón de rupias. Las Hermanas de la Congregación de María Inmaculada , que trabajan en la escuela desde 2005, han sido atacadas por vándalos que han destruido su convento. Uno de los sacerdotes que ha intervenido, el p. Salomon, ha sufrido un trauma en la cabeza y ha sido trasladado de urgencia al hospital. Según un comunicado enviado a la Agencia Fides, los jesuitas sospechan que el ataque fue instigado por un grupo de fanáticos hindúes.Unos días antes, en el estado de Rajasthan, la madre de un pastor cristiano fue brutalmente golpeada por unos extremistas hindúes que la amenazaron con matarla y cortar en pedazos si no se convertía al hinduismo. El episodio ocurrió en Jaipur, Rajasthan, el 13 de agosto. Cuatro hombres armados irrumpieron en la casa del pastor Vishaal Behl, asegurándose de que no estaba en casa, comenzaron a saquear la casa. A continuación, amenazaron a su madre, en un intento de conseguir que revelase dónde estaba su hijo, golpeándola y causándole heridas graves en la cabeza y los brazos.
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