miércoles, 21 de agosto de 2013

EL PRECIO DE SER CRISTIANO EN EGIPTO.



El precio de ser cristiano en Egipto

Pocos saben por estos lados del mundo, en Occidente, que en lugares como Egipto ser cristiano puede costarle a uno la vida. Y de hecho ya le ha costado la vida a varios, a muchos anónimos y otros no tan anónimos que no tienen culpa de nada. Su gran “falta” fue que son (o eran) cristianos.

Lo sabe bien ese joven que filmó a una hora de radicales musulmanes asesinando al taxista que portaba la cruz. Lo saben bien muchos y ni siquiera la agencia Associated Press, que suele ser tan agresiva con la Iglesia, ha dejado de informar sobre estos brutales ataques contra los cristianos. Hablan de 63 lugares atacados por los “Hermanos Musulmanes”.
Lo saben bien también los otros miles de cristianos que han visto arder sus casas, negocios, escuelas, iglesias, conventos y propiedades en un Egipto convulsionado en el que, ya no queda duda, se muestra la peor cara del Islam, esa que tan valientemente denunció en Ratisbona en 2006 Benedicto XVI y que le valió muchos ataques.
Lo sabe bien el Obispo de Luxor, encerrado en su obispado desde hace 20 días por recomendación de las autoridades, a quien quisieron matar hace unos días a la voz de “muerte a los cristianos”.
Es conocido el dicho aquel que los mártires son semillas de nuevos cristianos. Yo espero que la entrega y la muerte de los cristianos asesinados en estos días puedan cuestionar a muchos cristianos anestesiados, aletargados y con “cara de funeral” en la Iglesia.
Espero que la muerte de estos hermanos no pase desapercibida. Que más personas sepan, denuncien y hablen de estos actos bárbaros; que recemos mucho por ellos y por los que aún resisten la embestida de esos musulmanes que no toleran el cristianismo.
Espero que, como dijo hace poco el sacerdote viudo de 71 años con ocho hijos y 18 nietos que acaba de ser ordenado en México, los laicos que somos de la Iglesia hagamos algo: “desde el Concilio Vaticano II se reconocía al laicado como un gigante dormido y a la fecha sigue adormilado, pero cuando despierte el mundo de la política, la economía y la sociedad cambiará y se establecerá el reinado de Dios”.

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