Stefano se quedó de piedra cuando cogió el teléfono en su casa y escuchó al Papa Francisco al otro lado de la línea. Hace unos días, este joven de 19 años estudiante de Padua había entregado en Castel Gandolfo una carta para el Santo Padre. Y el Papa le respondió llamándole por teléfono en persona, e incluso le pidió que se tutearan.
"Yo no lo podía creer -dijo Stefano Cabizza-; nos reímos y bromeamos por casi ocho minutos. Me llamó a las cinco de la tarde, después de no encontrarme en casa una primera vez. Me dijo que entre Jesús y los Apóstoles se hablaban de tú y me pidió que rezara mucho a san Esteban y también por él. Me dio la bendición y sentí crecer una gran fuerza".
Stefano no pudo contener su alegría: "Por supuesto este fue el día más feliz de mi vida", concluyó.
Francisco ya había telefoneado anteriormente a otros fieles que le habían escrito, o a periodistas que había conocido como cardenal, para preguntar por su estado de salud o el resultado de un examen o para felicitarlos.
Hace unos días, asombraba con su llamada a la familia de Andrés Ferri, un empresario de 51 años de Pesaro abatido a tiros el 4 de junio pasado durante un robo.
El hermano del fallecido publicaba en su página de Facebook el siguiente mensaje: "Hoy recibimos una llamada telefónica inesperada. A mi '¿Hola?" me responde una voz diciéndome: 'Hola Michele, soy el Papa Francisco'. Una emoción única".
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