La evidencia también lo llevó a concluir que Payá y otro disidente, Harold Cepero, sobrevivieron el accidente automovilístico y fueron asesinados luego por la Seguridad del Estado, dijo Carromero al diario cubano El Nuevo Herald este martes durante su relato más detallado del choque hasta el momento.
Ángel explicó que antes del accidente les siguieron tres coches. El primeros se trataba de un patrullero que comenzó a seguirles después de pasar por un puesto de control al salir de La Habana. Carromero cuenta que fueron conscientes de que les seguían en el momento en que el patrullero hizo el mismo cambio de sentido que ellos en una gasolinera. Después se sumó a la persecución un Lada rojo cuando iban rumbo a Santiago. Finalmente, en el último tramo del trayecto apareció el coche azul. “Pude verles los ojos, la fiereza en la mirada. Tuve una sensación aterradora”. En la entrevista al medio cubano, Carromero explicaba que el vehículo iba tan cerca que pudo ver que en su interior iban dos hombres de mediana edad. “El coche cada vez estaba más cerca y cuando sentí el impacto perdí el control del coche”, añadió.
El político popular también contó que lo siguiente que recuerda después del accidente es que dos hombres le metieron en una furgoneta blanca con puerta corredera. Al parecer, estos le condujeron hasta el hospital. Una vez allí, preguntó a una enfermera por los otros tres ocupantes del coche. “Cuando pregunté a una enfermera por ellos me dijo que enseguida vendría. Pensé que los demás estarían igual de bien que yo. Sin embargó pasaron de decir que éramos cuatro a decir que eramos dos”.
Las declaraciones del español, hechas por teléfono desde Madrid, arrojan nueva luz sobre un incidente fatal que ha llevado a la familia de Payá, al gobierno de Estados Unidos, a otros gobiernos y a muchos activistas de derechos humanos de todo el mundo a exigir una investigación independiente de las muertes.
Carromero dijo que ahora él está hablando detalladamente sobre el accidente y sus consecuencias para ayudar a los familiares de Payá y que “está dispuesto a testificar en cualquier demanda que ellos presenten contra Cuba”.
La versión de Cuba es que él iba conduciendo un Hyundai alquilado a exceso de velocidad y chocó contra un árbol cerca de la ciudad oriental de Bayamo. Payá murió en el acto, y Cepero más tarde en el hospital de Bayamo. Otro pasajero, Jens Aron Modig, originario de Suecia, no sufrió lesiones. Carromero fue condenado por homicidio imprudente y fue puesto en libertad para cumplir su condena de cuatro años en España. Sin embargo, Carromero cree que la versión cubana “no tiene ninguna lógica”, ya que las instituciones han ofrecido fotos del siniestro que muestran el coche accidentado en diferentes terrenos. Además, según el entrevistado, el árbol contra el cual impactó el coche que conducía debería de haber quedado “destrozado, roto o torcido” si fuera verdad que conducía a una velocidad excesivamente alta. “Lo han preparado muy mal”, afirmaba.
Carromero afirma que un hombre cubano en uniforme militar le “abofeteó un par de veces” para persuadirlo de que él estaba equivocado al insistir que un coche con chapa del gobierno había embestido su vehículo por detrás y causado el choque. “Eso no ha pasado. Tumba, tumba”, recordó que le dijo el oficial. “No me pegaron una paliza. Sólo un par de bofetadas porque me quisieron cambiar la versión”.
Evidenciando la intensidad del interés del gobierno cubanos en Payá y en Ángel Carromero y Harold Cepero, ya que los dos son miembros de partidos políticos conservadores que a menudo apoyan a la oposición de la isla, “Yohandry Fontana”, de quien muchos creen que no es más que una fachada de operaciones de la Seguridad del Estado, envió un mensaje de Twitter seis horas antes del choque diciendo que Payá estaba en camino a la playa de Varadero.
Carromero dijo que ellos nunca fueron a Varadero. Pero el día anterior, añadió, él había cambiado 4.000 euros a moneda cubana en La Habana. Cuando el cajero le preguntó por qué estaba cambiando tanto dinero, él respondió que iba a Varadero.
El patrullero policial que los siguió al inicio cedió el turno a un viejo Lada rojo a medida que viajaban hacia la zona oriental, dijo, y poco antes del choque fue reemplazado por un auto azul más nuevo, también con chapa azul claramente visible y dos hombres a bordo.
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