jueves, 25 de mayo de 2017

PARA MEDITAR


Las puertas parecen más hermosas cuando están abiertas que cuando las vemos cerradas. 

Que tu corazón sea una puerta abierta de par en par para todos; no lo cierres a nadie. 

Quizá alguien te acaba de lanzar una piedra; la piedra de una calumnia, de un desdén, de un desprecio... Cuando aprietes su mano, si lo haces con sinceridad y con amor, le estarás abriendo tu puerta, esa puerta que él inconscientemente quiso apedrear. 

Cuando sonríes de verdad y no fingidamente al que habló mal de ti, en lugar de vengarte, estás abriendo tu puerta para que en ella penetre quien no supo ser ni justo ni caritativo. 

Y de esa forma tú harás que, comenzando por ti, todos vayamos siendo un poco mejores; todos abramos las puertas de nuestro corazón; y cuando los hombres no escondan en su corazón falsía ni hipocresía, entonces y sólo entonces, el mundo se sentirá mejor. 

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