jueves, 25 de mayo de 2017

DOMINICOS Y FRANCISCANOS JUNTOS EN LA FIESTA DE SANTO DOMINGO

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Es una tradición ya consolidada que los frailes dominicos y franciscanos de Jerusalén celebren juntos las fiestas de sus padres fundadores. Así sucedió el pasado octubre en la iglesia de San Salvador con motivo de la solemnidad de San Francisco y así ha sido el 22 de mayo en la iglesia de San Etienne para recordar el tránsito de San Domingo de Guzmán. El santo español (1170-1221) fundó en Tolosa la orden de los Frailes Predicadores, dedicados a la predicación itinerante. En 1212 tuvo una visión de la Virgen que le entregó el rosario como un poderoso instrumento para combatir las herejías. El Papa aprobó la regla de su orden en 1216 y murió en 1221. Fue canonizado en 1234.

En la espléndida sede de los dominicos en Nablus Road, donde se encuentra la EBAF (Ècole Biblique et archeologique francaise – Escuela bíblica y arqueológica francesa), el secretario de la Custodia, fray David Grenier ha presidido la misa solemne en recuerdo del tránsito de Santo Domingo. Entre los franciscanos asistentes se encontraba el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton y el vice-ecónomo de la Custodia, fray Stephane Milovitch. La festividad, aunque caía el 24 de mayo, se ha adelantado al 22 debido a la vigilia de la fiesta de la Ascensión. Al comienzo de la celebración fray David ha expresado la alegría de poder continuar la tradición que reúne a franciscanos y dominicos. De igual manera comenzaba su homilía el Custodio de Tierra Santa: «Es significativo que nuestras órdenes celebren juntas la fiesta de los respectivos fundadores. Es un signo de unión profunda». A continuación, fray Patton citaba la famosa obra de la literatura italiana “La Divina Comedia” de Dante Alighieri, en cuya tercera parte (el Paraíso) hay dos capítulos dedicados a San Francisco y Santo Domingo. «La fiesta de Santo Domingo sugiere una mezcla de sentimientos: es alegría y dulzura – afirmaba el custodio -. La vida de Santo Domingo fue evangélica de forma ejemplar y radical».

Celebraban al santo frailes, religiosas de diferentes órdenes y algunos miembros de la comunidad francesa, que es bastante numerosa en Jerusalén.
Fray Martin Staszak, prior de los dominicos, concluía la misa hablando de la comunión entre las dos órdenes: «Esta fiesta muestra que existe la posibilidad de tender puentes entre dominicos y franciscanos, y que cada uno puede ayudar a entender al otro».

BG - NS

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