jueves, 4 de mayo de 2017

GUADALUPE ORTIZ DE LANDÁZURI ES DECLARADA VENERABLE




El Papa Francisco ha autorizado esta mañana que la Congregación de las Causas de los Santos promulgue los decretos relativos a doce causas de canonización. Entre estos, se encuentra el decreto sobre la heroicidad de las virtudes de Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975), una persona del Opus Dei.
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Al conocer la noticia, el prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz, ha comentado: «Como repite el Papa Francisco, los santos son el rostro más bello de la Iglesia. Estos nuevos decretos son, por tanto, motivo de profundo agradecimiento a Dios, que es la fuente de toda santidad. Él actúa en las almas de tantas mujeres y hombres de nuestro tiempo, y nos deja esos ejemplos como luz y apoyo para nuestra vida».
Mons. Ocáriz señaló que «cada causa de canonización nos ayuda a descubrir el amor de Dios y la alegría del caminar cristiano. Precisamente la alegría es un rasgo central de la vida de Guadalupe. Irradiaba alegría cristiana en las distintas ocupaciones de su vida: como química, en las tareas del hogar, en la enseñanza y en la extensa e intensa dedicación apostólica que desplegó en España, México e Italia. El ejemplo de Guadalupe nos recuerda que, cuando Dios llama a la santidad, hasta las cosas más ordinarias adquieren un horizonte amplio y bello, y son motivo para acercar a muchas personas a la felicidad de la unión con Dios».
«Pido a Dios que su ejemplo nos ayude a recorrer el camino cristiano difundiendo paz y alegría a nuestro alrededor», añadió el prelado.
En una entrevista, el postulador de la causa, el sacerdote Antonio Rodríguez de Rivera, define a Guadalupe como «una mujer enamorada de Dios, llena de fe y de esperanza, que con su trabajo y optimismo, ayudó a los demás en sus necesidades espirituales y materiales. Era manifiesta la alegría que impregnaba todo su que hacer, también ante situaciones más difíciles».

Nació en Madrid en 1916, el día de la Virgen de Guadalupe. Estudió Ciencias Químicas en la Universidad Central de su ciudad natal. Fue una de las cinco mujeres de su promoción. Durante la Guerra Civil española confortó a su padre, que era militar, en las horas previas a su ejecución. Perdonó desde el primer momento a los responsables. Tras el conflicto bélico, acabó la carrera universitaria y fue profesora de Física y Química en el colegio de las Irlandesas y en el Liceo Francés de Madrid.
A comienzos de 1944, a través de un amigo, conoció al fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá, quien le enseña que el trabajo profesional y la vida ordinaria pueden ser lugar de encuentro con Cristo. Más tarde afirmaría: «Tuve la sensación clara de que Dios me hablaba a través de aquel sacerdote». Aquel mismo año se incorpora al Opus Dei.
A partir de entonces, Guadalupe se entrega sin condiciones a buscar la santidad y tratar de acercar a Dios a muchas personas. En Madrid y luego en Bilbao se dedicó de modo primordial a la formación cristiana de gente joven.
De 1950 a 1956 estuvo en México donde empezó el trabajo apostólico del Opus Dei. Fue una aventura que vivió con generosidad y con una gran fe. Quienes la trataron subrayan que su prioridad era cumplir la voluntad de Dios y ponerse al servicio de los demás. Movidas por el aliento de Guadalupe, varias de sus amistades impulsaron actividades de promoción humana y cristiana, como un centro de capacitación humana y profesional para campesinas, en una zona rural del Estado de Morelos.
En 1956 se estableció en Roma, donde colaboró con san Josemaría en el gobierno del Opus Dei. Después de dos años, por motivos de salud, se trasladó a España y reemprendió la enseñanza y la investigación en ámbito científico. Concluyó su tesis doctoral en Química con la máxima calificación. Fue pionera del Centro de Estudios e Investigación de Ciencias Domésticas (CEICID). Más tarde recibió la medalla del Comité International de la Rayonne et des Fibres Synthétiques, por un trabajo de investigación sobre fibras textiles. Al mismo tiempo, continuó ocupándose de tareas de formación cristiana en el Opus Dei. En todas sus acciones se refleja su anhelo de amar a Dios con su trabajo, su amistad y su ejemplo de alegría.
Como consecuencia de una enfermedad del corazón, falleció en Pamplona, con fama de santidad, el día la Virgen del Carmen del año 1975. Tenía 59 años.
Desde entonces, la devoción privada a Guadalupe se ha ido extendiendo cada vez más. Según el postulador, las personas que acuden a su intercesión reciben gracias muy variadas: curaciones, favores relacionados con el embarazo y con el parto, obtención de puestos de empleo, compaginar trabajo y familia, resolución de problemas económicos, reconciliaciones familiares, acercamiento a Dios de amigos y compañeros de trabajo, etc.
El itinerario de la causa de canonización (resumen de la cronología de la causa que se encuentra aquí)
El proceso sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad de Guadalupe se instruyó en Madrid. Comenzó el 18 de noviembre de 2001 y finalizó el 18 de marzo de 2005. El tribunal interrogó a 32 testigos en Madrid y a 22 testigos en la Ciudad de México.
El 17 de febrero de 2006 la Congregación de las Causas de los Santos otorgó el decreto de validez del proceso y el 4 de agosto de 2009 fue presentada en ese dicasterio la Positio sobre la vida y las virtudes de Guadalupe.
El 7 de junio de 2016, el congreso peculiar de los consultores teólogos dio respuesta positiva a la pregunta sobre el ejercicio heroico de las virtudes por parte de Guadalupe Ortiz de Landázuri. El 2 de mayo de 2017, la sesión ordinaria de los cardenales y de los obispos se pronunció en el mismo sentido.
El 4 de mayo de 2017, el Papa Francisco recibió del cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, una relación detallada de las fases de la causa, ratificó el voto de la Congregación de las Causas de los Santos y autorizó que se publique el decreto por el que se declara venerable a la sierva de Dios Guadalupe Ortiz de Landázuri.
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