La marcha del levante, dip paso al buen tiempo,y eso proporcionó al Martes Santo de La Isla el esplendor, la brillantez y el protagonismo lógico de uno de los días más grande de la Semana de Pasión. Con el buen tiempo, La Isla se echó a la calle y la ciudad fue ayer mágica, entrañable, emocionante en sus momentos y para recordar.
El Martes regaló una tarde espléndida de la que las tres cofradías del día sacaron partido. Supieron aprovechar cada minuto para devolverle a La Isla ese Martes pleno y cofrade, el de los barrios y las devociones marianas que se reparten entre San Francisco, la Pastora y el Parque. Y supieron resarcirse de la malograda jornada del año pasado, en la que la lluvia empañó las tres salidas procesionales.
Fue, de nuevo, la jornada que más hermanos de fila pone en la calle. Tan solo el Huerto, que batió su récord de los últimos años, puso en la calle cerca de 650 hermanos, la cifra más alta de la Semana Santa isleña que pone de manifiesto el poderío de la hermandad de penitencia más antigua de la Pastora. A los sones de todo un himno -Oración en el Huerto de Agripino Lozano, la marcha isleña que más se toca fuera- enfiló el misterio su camino hacia la Carrera Oficial pasadas las seis y media de la tarde. Fue uno de los grandes momentos que deparó el inicio de una jornada que llegó como deberían llegar todas, con absoluta tranquilidad.
Justo en ese momento de la salida se cumplía además una semana de la aprobación por parte del Ayuntamiento de la concesión de la Medalla de la Ciudad a la cofradía, un reconocimiento civil que viene a refrendar que el Huerto -con la única dolorosa coronada que existe en la localidad- es todo un referente de La Isla y de su Semana Santa.
Pero ayer, qué duda cabe, fue también un día tremendamente especial para los hermanos de la Caridad, que celebran este año su 75 aniversario fundacional y que desde el pasado mes de noviembre recuerdan con una serie de actos extraordinarios. Entre ellos, el estreno de la marcha Caridad y Salvación, compuesta especialmente para este aniversario por José Ribera Tordera, que ayer pudo escucharse con la banda de música Maestro Agripino Lozano. La salida que ayer realizaron los hermanos desde la parroquia de San Francisco, evidentemente, estuvo marcada en todo momento por la efeméride: ¡Tres cuartos de siglo dando vida al Martes Santo isleño!
Ayer, además, Caridad protagonizó la nota más destacada de la jornada al modificar sustancialmente su recorrido a la salida y buscar la entrada de la Carrera Oficial por las calles Dolores y San Diego de Alcalá. Por aquel entonces, el centro de la ciudad era un hervidero de gente.
Aires de barrio se respiraron también -y mucho- en el Parque con su cofradía del Prendimiento, que ayer se encargó de abrir la jornada al filo de las seis de la tarde. Destacaron en el cortejo las flores de tonalidad rosa que lució la imagen de María Santísima del Buen Fin en su paso de palio, un gesto con el que la hermandad quiso mostrar su solidaridad con las mujeres que día a día luchan contra el cáncer de mama. Así, la salida procesional se revistió también de otras connotaciones sociales que fueron más allá de lo estrictamente cofrade.
Aunque para los hermanos del Prendimiento fue también una tarde de ausencias. La reciente marcha de las capuchinas privó a la cofradía -y a la Semana Santa isleña- de uno de los momentos más reseñables de su salida: su estación de penitencia en el convento. Por eso ayer, simbólicamente, la hermandad quiso tener un recuerdo para con estas religiosas. Al pasar junto a la ventana en la que se asomaban cada Martes Santo y ante la que se giraban los pasos de Jesús Prendido y de la Virgen del Buen Fin se hizo fondo y cantó el coro San Juan de la Cruz. Fue otro de los gestos que ayer tuvo la cofradía del Parque.
La noche fue de momentos inolvidables y los barrios de La Pastora, San Francisco y El Parque se vistieron de gala para ver a sus tres cofradías llegar a sus templos. El tiempo acompañaba, y con él llegó la brillantez y la emoción a una gran jornada de Martes Santo.
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