miércoles, 20 de noviembre de 2013

EL CARDENAL HUMMES HABLA SOBRE LA "OPCIÓN POR LOS POBRES" DEL PAPA FRANCISCO.

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Solidaridad, cercanía e inclusión para cambiar la cultura dominante basada en el egoísmo e indiferencia: es una llamada a la misión de estar de la parte de los pobres y marginados lanzada a los católicos de Paraguay por el cardenal Cláudio Hummes en nombre de Papa Francisco. Como enviado especial del Pontífice el purpurado brasileño presidió una serie de celebraciones y encuentros culminada, el domingo 17 de noviembre, con la misa en el santuario de Caacupé.
 
“Papa Francisco, dijo el cardenal en la homilía, nos recuerda siempre que debemos ir hacia los que sufren, a los marginados de nuestras periferias”. Y es fundamental “ir hacia las periferias y no ponerse al servicio solamente de los que ya vienen hacia nosotros”. Papa Francisco, explicó el purpurado, “nos dice que la sociedad hoy vive en una cultura egoísta que se olvida siempre de los más pobres, de los excluidos; una cultura que permanece indiferente a los sufrimientos del pueblo”. Esta es la llamada a la acción: nosotros cristianos, la Iglesia de Jesucristo, debemos, sin embargo, construir una cultura de la cercanía, especialmente a los pobres, de la solidaridad, del encuentro, de la inclusión y no de la exclusión.

No son solo bellas palabras porque es el estilo de vida que Papa Francisco testifica todos los días. “Vemos como el Papa se acerca a los pobres, los abraza, los consuela, los anima”. El Pontífice nos recuerda que nos hay lugar para la desesperación y por la violencia. Y “nos recuerda a los niños indefensos, los ancianos abandonados, los inmigrantes”. Verdaderamente Papa Francisco “es una gran luz para el mundo de hoy, una bella sorpresa que Dios ha concedido a su Iglesia”. El purpurado nos ha llevado al pueblo de Paraguay el saludo personal y la bendición del Papa: palabras que pronunció incluso guaraní y que han asumido un significado todavía más fuerte en el contexto espiritual del santuario de Caacupé que, recordó, “es el corazón mariano de los católicos paraguayos” donde “vienen madres que presentan a la Virgen a sus hijos”, familias enteras, jóvenes, adultos y ancianos; sacerdotes, religiosos, religiosas, obispos, autoridades públicas. “Pero vienen sobre todo los pobres, los marginados, los enfermos y todos los que sufren en las diversas periferias sociales y existenciales”. Y vienen para buscar la mirada de la Virgen, su protección y su intercesión.
 
La misma historia del santuario de Caacupé, recordó el purpurado, muestra que “Dios está siempre al lado de su pueblo y camina con su pueblo. Sobre todo con los más pobres, con los que sufren”. Y “Papa Francisco no se cansa de repetir que Dios es un Padre que nos ama profundamente. Dios está siempre a nuestro lado, está siempre con nosotros, no para condenarnos, sino para hacernos sentir su amor”. Podemos estar seguros de que “también la Virgen María está siempre a nuestro lado”.
 
El enviado especial del Papa ha reafirmado el papel central “de la Iglesia católica en la historia de Paraguay, desde el principio hasta hoy”. En especial ha hecho revivir la obra de los misioneros que evangelizaron a los indios, “defendiéndolos contra la avidez y la violencia de los colonizadores”. Una misión que llevó a algunos de ellos al martirio, “a dar la vida por la fe y por los indios”, como los tres santos mártires Roque González, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo. “Hoy la Iglesia, dijo, recuerda esos tiempos de misión y se inspira en ellos para relanzar con nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas expresiones, la obra de la evangelización del pueblo paraguayo”. Un testimonio que vuelve a proponer la necesidad de “mantenerse firmes en la fe católica”. El cardenal Hummes advirtió sobre los predicadores no católicos que invitan a muchas personas a dejar la Iglesia. “Papa francisco, dijo, está muy preocupado y sufre mucho por este fenómeno que ve a muchos católicos a abandonar la Iglesia sobre todo en América Latina. Y el Papa es argentino, tiene un gran amor por nosotros los latinoamericanos y conoce nuestra realidad religiosa”. Por esto el Pontífice “nos pide que nos mantengamos firmes en la fe” y ayudar a los más débiles a no dejarse atraer hacia otras creencias.
 
Finalmente el cardenal sugirió a los católicos a familiarizarse con la lectura de la Biblia, especialmente de los Evangelios, invitando a leerlos también “en forma de oración” para abrirse a “un encuentro personal con Dios que nos habla y nos ilumina”. Un deber este, remarcó, que es sobre todo de los padres que son los primeros evangelizadores de los hijos “en casa y en familia”.

Publicado en la edición italiana de L'Osservatore Romano, 19 de noviembre 2013.

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