Jaime Septién
La Semana Nacional de Migración, organizada por la Comisión de Servicios de Refugiados y Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, se va a celebrar del 5 al 14 de enero del 2014.
El tema no puede ser más sugerente: “Salir de la Oscuridad”. Se trata de volver a la luz a los migrantes, “particularmente a los más vulnerables de entre ellos: los niños, los indocumentados, los refugiados y las víctimas del tráfico de seres humanos” quienes, de manera sistemática permanecen en las tinieblas y cuyas opciones de vida son limitadas y restringidas, frecuentemente expuestos a la violencia y la explotación.
La Iglesia católica estadounidense tiene especial interés en proteger a los niños migrantes, a las familias y a los refugiados, así como las víctimas de la trata de personas, “esclavizadas y tratadas como objetos de utilidad en lugar de ser tratados como seres humanos”. Y en evitar la deportación, la disgregación familiar y la ruptura de los vínculos íntimos del migrante, que nunca debe ser visto como alguien “fuera de la ley”.
“Estoy destrozado”
En ese sentido, no es de sorprender que el joven inmigrante en San Francisco, California, de nombre Ju-Hong haya interrumpido el discurso del presidente de Estados Unidos, Barak Obama quien trataba de persuadir a los representantes republicanos en Washington para que apoyen la nueva ley migratoria que podría dar estatus de nacionalidad a cerca de once millones de personas que viven en Estados Unidos sin papeles de ciudadanía.
El joven oriental, situado a la espalda del presidente Obama, interrumpió el discurso del presidente diciendo: “Nuestras familias están separadas. Es Día de Acción de Gracias y no puedo ver a mi familia. Estoy destrozado. Señor presidente, por favor utilice su poder ejecutivo para detener las deportaciones“.
Ante la mirada atónita del primer mandatario de Estados Unidos, el joven Ju-Hong le rebatió a Obama sobre la necesidad de evitar las deportaciones que rompen familias completas. Dijo: “Estamos de acuerdo con que necesita pasar una reforma de migración muy elaborada, pero también tiene el poder para detener las deportaciones”-
Obama se enfrentó al joven y con un auditorio a su favor dijo que no tenía esas facultades, que Estados Unidos era una nación de leyes y que por eso se encontraba él ahí, tratando de hacer pasar la nueva ley migratoria a la que se oponen algunos miembros del Partido Republicano.
Otras personas comenzaron a gritar, en conjunto, “no más deportaciones”. Agentes del Servicio Secreto se acercaron a las gradas en donde los jóvenes gritaban, pero el presidente los detuvo. “Se pueden quedar aquí. Déjenlos. Respeto la pasión de estos jóvenes“. Un fuerte aplauso se escuchó en la sala en el barrio chino de San Francisco.
La gente si la quiere
Pero la cuestión sigue pendiente. Hay millones de trabajadores en Estados Unidos que han sufrido en carne propia las deportaciones de familiares a sus lugares de origen. Cabe resaltar que la administración federal que encabeza Barak Obama ha sido la número uno en la historia en lo que se refiere a deportaciones de inmigrantes sin documentos: 409 mil 849 en 2012. En 2011 la cifra fue de 396 mil 906 personas.
La reforma migratoria –que ha tenido en la Iglesia católica de Estados Unidos a una de las voces principales para lograr una reforma integral-- ha pasado un lento y complicado proceso en el Congreso de Estados Unidos. Los republicanos, por un lado, ven el tema de la seguridad y los demócratas están más por la legalización de los indocumentados. Pero, hasta el momento, no se ha logrado consensar la ley que Obama y que es una reforma legislativa a la ley de migraciones que –dice el presidente—evitará las deportaciones.
Una encuesta realizada recientemente por el Instituto de Investigaciones Públicas y Religiosas, reveló que 63 por ciento de los estadounidenses están de acuerdo con que los migrantes indocumentados se vuelvan ciudadanos si cumplen con ciertos requisitos, mientras que 14 por ciento dijo que deberían de ser legalizados sin ningún proceso de por medio y 18 por ciento dijeron que todos los migrantes, sin falta, deberían ser regresados a sus países.
Cabe recordar que en las últimas elecciones, Barak Obama recibió el mandato del electorado para ocupar por segunda ocasión la Casa Blanca con un significativo 70 por ciento del voto hispano. Mismo que sigue esperando la pretendida reforma migratoria prometida por Obama desde su primer período de gestión.
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