Jaime Septién
Daniel Ortega Saavedra, presidente de Nicaragua, está llevando a cabo una consulta sobre reformas a la Constitución de su país que pretende llevar a cabo. Dentro de ese proceso de consultas, tocó el turno a la Iglesia católica.
Pero el presidente Ortega sabe que, a partir de ahora, no podrá contar con la Iglesia pues los obispos nicaragüenses consideraron que las reformas propuestas por el Ejecutivo no son necesarias y están dirigidas “a favorecer la perpetuación de un poder absoluto a largo plazo, ejercido por una persona o un partido, de forma dinástica o por medio de una oligarquía política y económica".
Ortega –junto con los sandinistas que tienen la mayoría absoluta en el Asamblea Nacional con 64 diputados—pretende realizar una reforma parcial a la Constitución que, entre otras cuestiones, derogue la prohibición de la reelección y las prohibiciones que tienen los militares para ocupar sitios públicos que no sean de elección popular, facilitándoles con ello el acceso a cargos judiciales y electorales.
El documento de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) fue consensado por los obispos tras su Asamblea General Ordinaria comienza recordando las conclusiones a las que llegaron se enmarcan en la Doctrina Social de la Iglesia y en el Magisterio de los Santos Padres, especialmente Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Tomar decisiones en el momento
En la parte medular del documento de los obispos nicaragüenses reafirman su convicción “de que lo más urgente en Nicaragua en este momento no es realizar cambios a la Constitución Política, sino purificar y rectificar la mentalidad y la práctica en relación con el ejercicio de la política”.
En una postura de firmeza, la CEN, a cuyo frente está monseñor Sócrates René Sándigo Jirón, obispo de Juigalpa, expresó en su documento de rechazo a las reformas parciales de la Constitución que “lo que urge en Nicaragua más bien es el cumplimiento de las normas constitucionales de parte de quienes ejercen el poder y el compromiso de todos los sectores de la nación y del pueblo en general por fortalecer los valores que conformen una auténtica democracia”.
“Consideramos que la actual propuesta de reformas a la Constitución, vista en su conjunto, está orientada a favorecer el establecimiento y perpetuación de un poder absoluto a largo plazo, ejercido por una persona o un partido de forma dinástica o por medio de una oligarquía política y económica”, en clara referencia a los ánimos reeleccionistas de Ortega Saavedra.
Por esos y otros motivos los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua ·no estamos de acuerdo con este proyecto de reformas constitucionales. Creemos que su aprobación no traerá beneficio alguno para la nación”.
Y recordaron el discurso del Papa Francisco a la clase dirigente en Brasil en el que el Santo Padre en el que invitaba a todos en la Iglesia a tomar conciencia de que “es nuestra responsabilidad, aunque siempre sea limitada la comprensión de la totalidad de la realidad, observando, sopesando y valorando, tomar decisiones en el momento presente, pero extendiendo la mirada hacia el futuro, reflexionando sobre las consecuencias de las decisiones”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario