Gerardo Rodríguez
Desde el primer día de la guerra miembros del clero polaco murieron bajo el ataque de los bombardeos aéreos o fueron asesinados junto con la población civil. Especialmente trágicos fueron los meses de septiembre, octubre y noviembre de 1939. Entonces murieron 524 miembros del clero. Cuando se emplea la palabra clero en general se está hablando: del clero diocesano (sacerdotes y seminaristas), del clero religioso (sacerdotes, hermanos y clérigos) y de las religiosas (hermanas y novicias)
En septiembre murieron 89 sacerdotes, 34 seminaristas, 12 hermanos y 53 religiosas. En la campaña bélica murieron ocho capellanes; durante el asedio de Varsovia, ocho sacerdotes. Entre ellos el padre Víctor Rostkowski, canónigo de la Catedral por el impacto directo de una bomba mientras cruzaba la plaza detrás de la catedral hacia donde se dirigía para celebrar la santa misa. Entre los 14 seminaristas, hay que incluir 8 en el momento en que impactaba una bomba en el seminario diocesano. Además dos hermanos y 22 religiosas. Dignas de mención son las 20 Hermanas de la Caridad que perecieron en el bombardeo del Hospital del Niño Jesús. En el resto del país murieron 27 sacerdotes, 16 seminaristas, 7 hermanos y 36 hermanas. En varios otros lugares 46 sacerdotes fueron asesinados, cuatro seminaristas y 3 hermanos.
El primer asesinato planificado del clero polaco tuvo lugar en Pomerania y en la región de Gdansk. En la diócesis de Gdansk a principios de septiembre fueron detenidos diez sacerdotes polacos, de los cuales cinco fueron asesinados en Stutthof (el artículo precedente nos remite a estos hechos) uno en Sachsenhausen y otro en Dachau. De los tres supervivientes, el padre Muzalewski pasó los años de la guerra por diferentes campos de concentración hasta su liberación de Dachau por el ejército americano. Los padres Bemke y Dydymski sufrieron períodos de prisión más breves.
El mismo 1 de septiembre, después del arresto de los sacerdotes fueron cerradas las iglesias destinadas a la atención de los polacos: Cristo Rey en Gdansk-Wrzeszcz, la capilla Nuestra Señora de Czestochowa en Gdansk-Nowy Port, San Estanislao mártir en Gdansk-Wrzeszcz y la Casa Polaca en Pieklo. Al mes la iglesia de Cristo Rey fue entregada a los palotinos alemanes de Wrzeszcz.
De la diócesis de Chelmno hemos hablado en el artículo de presentación sobre una visión general del clero polaco durante la segunda guerra mundial ahora añadiremos algunos otros datos
El 10 de noviembre fusilaron a nueve jesuitas y un franciscano de Gdynia en el bosque de Piaśnica cerca de Wejherowo. Al día siguiente pereció de la misma forma la hermana Alicia Kotowską, directora de la escuela secundaria y superiora de la casa de la congregación de las Hermanas de la Resurrección de Wejherowo. Testigos oculares vieron como aquel 11 de noviembre sacaron un gran número de prisioneros de la cárcel y los colocaron en una columna. Al frente de la misma un grupo de niños judíos asustados… La hermana Alicia fue la última en salir. Cuando vio a los niños, rápidamente corrió hacia ellos y tomando de la mano a los más cercanos subió con ellos a uno de los camiones preparados.
En otros lugares 12 sacerdotes fueron asesinados, llegando a 29 en aquel trágico otoño. También fueron asesinados 6 seminaristas.
Muchos sacerdotes fueron encerrados en los campos, donde murieron de hambre y el trabajo verdaderamente esclavo y en condiciones inhumanas o fueron directamente asesinados (16 en Stutthof, 3 en Mauthausen, 26 en Sachsenhausen y 36 en Dachau).
En agosto de 1939 la diócesis de Chelmno contaba con 701 eclesiásticos, y en diciembre en las parroquias sólo había alrededor de 40. Las pérdidas totales en los años 1939–1945 ascienden a 321 eclesiásticos: 309 sacerdotes y 12 seminaristas.
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