lunes, 5 de agosto de 2013

AGOSTO AL FIN Y AL CABO.


Hoy quiero cambiar el tono y escribir un post que vaya acorde con el tiempo que estamos disfrutando. 

¡Por fin llego agosto! Mes por excelencia de la vacaciones donde todo está poblado, todo adquiere el color blanco brillante del sol que nos alumbra. Calor de día y agradables noches para disfrutar de las playas, el mar, la montaña, tu pueblo o ciudad. 

En agosto todo se relaja, nosotros mismos lo hacemos, y los crispados nervios de un año difícil se acaban diluyendo en el verano de nuestras vidas que es el actual. 

Siempre podemos recordar fechas pasadas, tiempos que atrás quedaron llenos de recuerdos de niñez, adolescencia o juventud. Tiempo de estar con la familia, tus padres y hermanos, de estar con las pandillas de buenos amigos o cuando el tiempo va pasando con nuestros correspondientes conyuges así como la familia que hemos creado. 

Por eso digo que el verano de mi vida es el que vivo en la actualidad. Otros podrán ser mejores o peores pero ya han pasado. 

En esta parte del mundo, al sur del sur de España, en la Provincia de Cádiz donde tenemos de todo: Playas inmejorables así como una extraodinaria Sierra podemos disfrutar de todo lo bueno que nos ofrece. 

Largos paseos por la límpida arena, blanca y fina como la mejor alfombra y frente a nosotros un plateado mar azul en cuyo horizonte posamos nuestras miradas hasta perderlas en nuestros recuerdos, en nuestras ilusiones, en nuestros anhelos. El mar hace calmar nuestros ánimos y donde había tristeza empieza haber alegría, donde había inquietud, con su aire balsámico, se instala la tranquilidad. 

Puedo estar horas contemplando a la mar y su horizonte que es el nuestro. Amo el mar, la mar donde nos perdemos en su infinito y nos encontramos nosotros mismos con más virtudes porque las miserias se las suelen llevar las alborotadas olas que limpian la costa de las impurezas que nos suelen inundar. 

Y si me pierdo entre montañas contemplando lo más incomensurable del paisaje que me rodea puedo perder la mirada, que nunca el tiempo, hasta alcanzar lo que es sublime. Aire de verde pureza al igual que los árboles que pueblan nuestros montes. 

Agosto en mar o montaña, agosto de vacaciones o de trabajo, agosto al fin y al cabo. 


Mes donde las familias y los amigos se reúnen para comer juntos en torno a las famosa barbacoa. Donde mejor se pasa y más se une aficiones y sentimientos es en torno a una mesa. Donde se consiguen los mejores acuerdos en el tema profesional son en los llamados “almuerzos de trabajo” así como los momentos que más se recuerdan de tal o cual lugar que has visitado es por lo que comiste y bebiste en cada uno de ellos. No olvidemos que la gastronomía es parte de la historia de un pueblo o una ciudad. 

Y este mes sigue su caminar, lento pero seguro, donde millones de personas descansan de sus obligaciones diarias, donde familias enteras están unidas durante treinta y un día seguidos. 

Lo que antes era lo normal ahora se ha llegado a convertir en una excepción. Antes los niños crecían junto a sus padres. En la casa se recibía la educación y en el colegio la cultura necesaria para emprender la vida con ciertas garantías de formación intelectual. Ahora no es así. Los colegios se atiborran de niños cuyos padres trabajan los dos y que no pueden atenderlos en ciertas horas. Su mañana empieza más temprando cuando lo dejan en el centro educativo mientras ellos se marchan a toda prisa al trabajo, donde almuerzan y se quedan en las actividades extraescolares que ofrece el mismo centro. 

Niños que ven a sus padres a partir de las seis de la tarde. Niños y padres que sufren de estrés porque su vida es un continuo ir y venir llena de prisas, obligaciones y carreras. Estas familias, que son más de las que nos suponemos, permanecen realmente unidas durante el mes de las vacaciones, que suele ser agosto. Niños y padres que disfrutan y lo pasan bien juntos e intentan recuperar ese tiempo que por necesidad están separados. 

Me gusta observar porque siempre me gusta aprender de los demás. Observar el comportamiento del ser humano cuando está disfrutando de una jornada en la playa es totalmente distinta si lo está haciendo en la montaña. En el mar te puedes relajar más porque, salvo por los chapuzones y algún que otro paseo, eres un sujeto más pasivo que si estás en plena montaña. Las características son bien diferentes, los comportamientos también y el gozo es el mismo. 

Mes de agosto, mes de descanso, mes de vacaciones para la inmensa mayoría de los habitantes de la vieja Europa y más concretamente de nuestra querida España. Atrás quedaron esas imágenes de familias completas saliendo del inolvidable seiscientos en busca del descanso.

Y así en agosto se vivirá completo en el mar o en la montaña, en la ciudad o en el campo, en bares y restaurantes o en las plazas y en las puertas de las casas donde la animada conversación se hará presente aprovechando el buen tiempo. Agosto al fin y al cabo.


Mes de vivirlo en familia, con los amigos, con las personas queridas. Mes de descanso, de rellenar el depósito para acometer las obligaciones a partir de septiembre donde todo volverá a tener otro color como el mismo sol que, poco a poco, se irá apagando. 

Os deseo un maravilloso mes de agosto estéis o no de vacaciones. 

Recibid un fuerte abrazo, 

Jesús Rodríguez Arias

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