sábado, 16 de marzo de 2013

UN PAPA MUY CONOCIDO EN CÁDIZ.

Diario de Cádiz


LA ELECCIÓN DEL PAPA FRANCISCO


El director espiritual del seminario diocesano, José Antonio Medina, o el prior del convento del Carmen, Carlos Quijano, conocieron y trataron en su día al entonces obispo de Buenos Aires
PABLO-MANUEL DURIO CÁDIZ | ACTUALIZADO 15.03.2013 - 08:57
Su nombramiento causó sorpresa por no ser esperado, alegría por cerrar la Iglesia este período de Sede Vacante y tener ya un nuevo Papa que la lidere, ilusión ante la nueva etapa que se inicia... Junto a todos estos sentimientos generalizados en la noche del miércoles, algunos sacerdotes residentes actualmente en Cádiz mostraron también una particular satisfacción, bastante inusual en estos casos. Jorge Mario Bergoglio resulta que es una persona que tiene muchos conocidos actualmente en la ciudad. Algunos sacerdotes que ejercen en templos o instituciones religiosas gaditanas hoy en día, han tenido la suerte de compartir en el pasado experiencias con el que desde el miércoles es el nuevo Pontífice.

Al conocerse que el Papa era argentino, una de las referencias más claras a las que preguntar en la diócesis era la de José Antonio Medina Pellegrini, sacerdote argentino que recientemente llegó a Cádiz para hacerse cargo de la dirección espiritual del seminario diocesano. Al conocerse el nombre del Papa, José Antonio Medina Pellegrini no pudo más que empezar a recordar "tantos momentos de trabajo" que años atrás compartió con Bergoglio y alguna que otra anécdota de entonces.

El primer encuentro de Medina con Bergoglio fue en el subte (el metro para los bonaerenses). "Allí estaba viajando como uno más entre muchos otros, ante la cara de sorpresa de muchos que no podían creer ver al arzobispo de Buenos Aires viajando en transporte urbano como cualquier ciudadano", recuerda. También coincidió con el entonces obispo de Buenos Aires el Jueves Santo de 2001 en una misa en el hospital Muñíz "donde lavó los pies a doce enfermos de Sida". "Recuerdo que le pregunté por qué eligió el hospital y me respondió que la sociedad se olvida de los enfermos y de los pobres y que por eso había preferido ir a lugares donde las personas padecen algún sufrimiento", añade Medina Pellegrini.

A partir de 2003, sus encuentros dejan de ser casuales o puntuales. Medina pasa a ser secretario ejecutivo de la Comisión de Comunicación Social del Episcopado Argentino, nombramiento que el propio Bergoglio firmó -"que ahora tendrá que ponerlo en un cuadro y colgarlo en lugar privilegiado de mi casa cuando pueda ir a Argentina, que es donde está ese documento", bromea-. "Allí lo conocí de otra manera. Durante el período de mi servicio en ese ministerio tuve la oportunidad de estar con él en reiteradas oportunidades, en reuniones o celebraciones especiales".

De toda esta experiencia, Medina destaca que Francisco es un Papa de "marcado compromiso social", con una "cabeza bien formada", con "actitudes sensibles", un hombre "de a pie" y, además, "un hombre de gobierno, algo que también se espera del Papa".

Además, como argentino que es -aunque de ascendencia española-, José Antonio Medina no esconde el "orgullo y satisfacción de decir que un hombre de mi Patria es Papa", aunque para la responsabilidad que encarga Jorge Mario Bergoglio esto será meramente anecdótico.

El carmelita Carlos Quijano, prior del convento del Carmen de Cádiz, también conoció al hoy Papa Francisco a principios de los 90, cuando fue destinado a la Córdoba argentina. "Él acababa de dejar de ser provincial jesuita y estaba de conventual allí", recuerda Quijano, que lo define como un hombre "muy espiritual, como buen jesuita". La relación de Quijano con Bergoglio viene de la mano de los estudiantes que estaban bajo la responsabilidad del carmelita y que se confesaban con el jesuita. "Al poco tiempo lo nombraron arzobispo y le pidió a dos estudiantes que fueran acólitos en su ceremonia, para lo cual yo les dí permiso", comenta el prior del convento gaditano, que tiempo después tendría oportunidad de almorzar con Monseñor Bergoglio tras la ordenación de esos dos carmelitas que años antes actuaron como acólitos en su profesión episcopal. "Es un hombre sencillo, cordial, humilde, muy espiritual, que pisa muy bien a ras de la tierra. Esa es la impresión que me dio, además de ser muy austero en su vida personal", destaca Quijano, quien también reseñaba que el argentino era un cardenal "ajeno a la curia romana, que creo que va a aportar mucho".

Para este carmelita, el nombramiento de Bergoglio como Papa fue una sorpresa "muy grata". "Pensé en ese instante que los destinos de Dios no tienen nada que ver con los destinos de los hombres. Los que iban a ser papas se quedaron cardenales y el que no se esperaba resultó el elegido".

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