Ayer mi Hermandad Sacramental de Medinaceli de San Fernando celebró Cabildo General de Elecciones. Se presentaban dos proyectos diferenciados, con dos candidatos a Hermano Mayor: Eduardo Coto y Agustín Hormigo. El primero garante de la línea oficial y tradicional de los últimos tiempos de la Archicofradía, el segundo presentaba una serie de alternativas aunque manteniendo el fondo de lo que a todos nos une. Los dos proyectos, si hubiera sido uno solo, habría sido un gran macroproyecto para una gran Hermandad. Pero estás cosas, por lo observado, no pueden ser así.
Ganó la candidatura liderada por Eduardo, la mayoría de los hermanos que ejercitaron el derecho y el deber de votar eligieron que siguiera la línea tradicional que caracteriza a la Hermandad.
Antes que nada quiero dar mi sincera felicitación a la Hermandad, a todos los hermanos, porque con sus votos, sea cual fuere, han conseguido una alta participación que es sinónimo de que se preocupan y se interesan por las cosas de la Corporación Nazarena que los alumbra.
Felicitar a Eduardo Coto, nuevo Hermano Mayor Electo, que lleva sobre sí una gran responsabilidad que es haber sido depositario de una gran confianza por parte de los hermanos a su proyecto. Espero que se materialice como él espera en este próximo cuatrienio. Tiene proyectos de suma importancia entre sus manos, gran parte de tipo patrimonial, pero le pido que prime el segundo y gran patrimonio que tiene, después de los Amantísimos Titulares, que son los hermanos y más concretamente los que lo estén pasando mal por culpa de esta crisis que está destrozando y asolando a España. Que preste gran atención a una, preferente, labor social y caritativa que se demanda, más que nunca, en estos tiempos porque atender a la culminaciones de grandes proyectos patrimoniales dejando de lado lo demás sería un auténtico antitestimonio. Sé que tú y tu candidatura estáis en la línea de trabajar más por los necesitados, por dar de comer y beber al hambriento, dando preferencia a los necesitados, que lo eminentemente material. ¡De casta le viene al galgo!
Y aunque no haya ganado, también quiero felicitar a Agustín Hormigo por haber dado un paso al frente cuando lo cómodo hubiera sido quedarse en casa. Presentar un proyecto alternativo aunque similar en el fondo porque, todos, han bebido de la fuente de la Hermandad y de la Iglesia.
Tengo la sensación que cuando se presentan dos candidaturas en cualquier institución es como si hubiera una guerra civil en los que se enfrentan hermanos contra hermanos y deja muchos heridos y muertos en la cuneta. No debe ser así, en cambio, en una Hermandad que es parte de la Santa Madre Iglesia donde todos somos hermanos, en lo más importante, en Cristo Jesús. Todos somos necesarios, imprescindibles para trabajar, desde donde Él quiera, por el Reinado de Dios.
Queridos Eduardo y Agustín:
Recibid, ambos, un fuerte abrazo y mi admiración personal porque con vuestro compromiso habéis demostrado que queréis a nuestra Archicofradía y que trabajáis por la Iglesia por medio de nuestro Apostolado Cofrade.
Jesús Rodríguez Arias
Muchas gracias por tus sabias palabras.
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