Abuja (Agencia Fides) - “Un acto vil, bárbaro y horrible, que cualquier persona común sólo puede condenar. Es impensable que alguien pueda cometer tales acciones, pero por desgracia, sucede”, dice a la Agencia Fides Su Exc. Mons. Matthew Man-oso Ndagoso, Arzobispo de Kaduna, la capital del estado con el mismo nombre en el norte de Nigeria, donde el domingo 28 octubre, al menos ocho personas murieron en un atentado suicida contra la iglesia de Santa Rita en la zona de Malali. El atentado, que causó centenares de heridos, fue realizado por un terrorista suicida que conducía un coche bomba y que se inmoló estrellándose contra el lugar de culto, lleno de fieles que asistían a la misa dominical. La acción no ha sido reivindicada, pero se sospecha que los autores son miembros del grupo islamista Boko Haram. Algunos medios de comunicación informan de episodios de exasperación violenta y de represalias por parte de grupos cristianos. “No tengo conocimiento directo de acciones de venganza - dice Mons. Ndagoso - pero apenas se han difundido noticias sobre episodios de venganza por parte de los cristianos, de inmediato he realizado un llamamiento por radio a la calma y a la paz. Lamentablemente no se puede controlar a todos”. “La situación ahora está en calma, la policía y el ejército controlan las calles. Incluso en la zona del atentado la población se dedica a sus actividades normales”, dice el Arzobispo, quien concluye: “el Presidente de la Asamblea, que es musulmán, ha condenado el atentado, hoy veremos si otros líderes musulmanes se asociarán esta condena”. (L.M.) (Agencia Fides 29/10/2012)
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