viernes, 21 de junio de 2013

¡QUÉ SABE NADIE DE MI VIDA!

¿Qué sabe nadie lo que me gusta y no me gusta de esta vida? Lo canta Raphael, en una hermosa canción de las suyas, de las de siempre y de las de ahora mismo porque todo cuanto dice permanece en el tiempo sin diluirse para nada.

Y eso me pregunto en voz alta: ¿Qué sabe nadie?

Todo el mundo enjuicia, te cataloga, te asigna un puesto en un perfil determinado, en una columna preestablecida de lo que llamamos vida. Todos, ocupemos el lugar que ocupemos, tenemos puesta una etiqueta pegada con fuerte pegamento y esa, por más que lo queramos evitar, no nos la quita nada ni nadie de este mundo vacío y lleno de intereses y mezquindades.

Cuarenta y tres años alumbran mis canas y las arrugas que adornan mi cuerpo, sufrido cuerpo, mi cara, mi pelo. ¡Las arrugas que te proporciona la vida! ¿Quién dijo que esto iba a ser fácil?

Siendo el mismo durante cuarenta y tres años. Más maduro, no lo oculto, pero el mismo. El irreductible defensor de "causas" perdidas, dando la cara ante las injusticias, el honor, el valor de las personas, el valor de la fe.

No os creáis que esto es un halago, más bien para este mundo manejable y tan frágil como la porcelana china es todo lo contrario.

El ser de sea es una deshonra. Aquí lo que se premia es la falsedad, la ignominia, la traición, las maledicencias interesadas, el ser injusto caiga quien caiga, pisando las cabezas que hagan falta para conseguir los objetivos marcados. El ser siempre el mismo es molesto para muchos que se creen que vale el todo por el todo en este mundo que vivimos sin vivir.

Me he educado y vivido en una familia numerosa, el cuarto de cuatro hermanos, donde la figura paterna desapareció pronto de mi vida porque Dios quiso llevárselo a Su Divina Presencia y desde entonces mi madre lo fue todo en mi familia. Mujer fuerte, con carácter, decidida, de una valía impresionante y una fuerza sacada de no donde para llevar a sus hijos hacia adelante haciéndolos hombres y mujeres de bien. Ahora es una anciana entrañable que lo da todo y en todo momento. 

Le doy gracias a Dios por poderla disfrutar, de habérmela dado y haberme educado en su forma y en su modo de ser y vivir la vida y la fe.

Soy lo que soy y soy como soy gracias a Dios y a mi madre que me educó en un código de honor y en el cual baso mi vida y aunque muchas veces no me vaya bien, a los ojos del mundo, actúo en conciencia y con honor ante todos los problemas que me acontecen.

Hoy, un muy querido amigo me ha dicho que es noche de plenilunio y ante la oscuridad de este cielo que me rodea, en medio del jardín solo iluminado con la tenue luz del salón que refleja sus luminosidad a esta altura acompañado por la luz de la pantalla, que es más que suficiente, escribo este post en medio de las dulces canciones de Raphael que hacen que mi soledad, Hetepheres está con su madre en el hospital, sea más leve y así poder desgranar un poco mi corazón a todos mis queridos amigos y lectores de este blog.

En estos cuarenta y tres años no he cambiado mucho, físicamente si, porque sigo siendo el mismo a pesar de los pesares. Y soy lo que soy gracias, en primer lugar, a Dios que ha diseñado a este hijo suyo, parte de su Obra Creadora, de la forma que lo ha hecho, a mi madre, venerable mujer que todo lo ha entregado por sus hijos, su familia, su casa. Y también gracias a mi mujer, Hetepheres, a la que debo tanto y amo con locura. Soy lo que soy y muy orgulloso de serlo.

A estas alturas no voy a cambiar. La raíces las tengo ya muy profundas para ir con las "modas" y los "modos" de los tiempos cambiantes y llenos de mucho sinsentido. Ahora ya no valen las medias tintas, ni las falsedades. Cada uno es como es y hay que aceptarlo.

Mi vida no es una provocación, ni mucho menos, es coherencia entre lo que pienso, lo que digo y lo que hago. Son las tres premisas que intento llevar a rajatabla en mi día a día. No es fácil, como os podéis suponer, pero al final es lo que queda. 

Tengo mucho en la mente que debo decir hacer en próximas fechas. Decidir, lo que ya está decidido, e intentar que los otros lo comprendan que suele ser materia difícil.

Mi ideal de vida es servir, siempre, al Señor, a mi Dios y Creador, por medio de los caminos de evangelización que Él quiera señalarme. Ahora, y sobre todo, por medio de este blog: sedvalientes.blogspot.com donde he conseguido, con el tiempo transcurrido, formar una verdadera familia de hermanos que permanecemos en comunión desde todos los lugares del mundo. Desde todas las redes internacionales a las que pertenezco y que me hacen ser un cristiano, un católico, un discípulo de Cristo con información veraz de todo cuanto acontece en nuestro mundo, tan avanzado, tan desarrollado y tan atrasado en tantas cosas.

Mi ideal de vida es también ser un buen marido, un buen hijo, un buen hermano, un buen amigo, un buen compañero, una persona que se entrega a diario por todo y por todos como medio del único fin que persigue en la vida: Conseguir la santificación para el que todos los hijos Dios estamos llamados a ser. Mi ideal de vida es conseguir vivir y estar hasta la eternidad en mi querido pueblo, al que tanto echo en falta, Villaluenga del Rosario. El estar con mi gente, el ser como soy, como me han enseñando a ser.

Sí, es verdad, puedo decir a los ojos del mundo que te etiqueta por lo más mínino: ¡Qué sabe nadie!

Recibid, mis queridos hermanos, un fuerte abrazo y que Dios os bendiga.

Jesús Rodríguez Arias

2 comentarios:

  1. Ánimo! La honestidad es una de las virtudes más despreciadas con la boca y más admiradas con el corazón. Un abrazo Jesús :D

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  2. Mi madre me decía: sólo tú y nadie má que tú sabe como eres, lo que tienes que intentar es que todo lo que haces y todo lo que piensas sean pensamientos puros porque ellos son los que te darán la felicidad, cerca del Señor vas encontrar ese camino, no te aleges nunca de él y verás como todo estará en su sitio.
    Ahora después de todo lo que he vivido, pienso y creo que mi madre tenía razón, las grandes obras no se hacen en unos días, se necesitan años y aún así te faltará tiempo, por eso lo mejor es ser uno mismo sin dobleces, porque todo tiene un final más tarde o mas temprano.

    Un abrazo fuerte querido amigo y sigue siendo como eres, no cambies.
    (soy Lucía Gutiérrez te lo digo porque no se como publicarlo)

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