sábado, 9 de marzo de 2013

SUPERMARTES EN LA SIXTINA.

La Razón

El cardenal Renato Martino, ayer, a su llegada al Aula Nueva del Sínodo

Por fin hay fecha de inicio para el cónclave: empezará el martes. En la octava congregación general, celebrada ayer por la tarde, los cardenales decidieron cuándo comenzarán las votaciones de las que saldrá el sucesor de Benedicto XVI. Será en la mañana del 12 de marzo cuando se celebre en la basílica de San Pedro la misa «Pro eligendo Romano Pontífice», presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, el italiano Angelo Sodano. En esta ceremonia participarán todos los miembros del Colegio Cardenalicio. Por la tarde los 115 purpurados con derecho al voto y que han confirmado su asistencia entrarán en la Capilla Sixtina antes de que el maestro de las ceremonias pontificias, monseñor Guido Marini, diga el «Extra omnes!» («¡Todos fuera!») y cierre sus puertas con llave, «cum clave».
El lunes por la noche, los «electores», como se conoce a los príncipes de la Iglesia con menos de ochenta años y que, por tanto, pueden elegir al sucesor de Pedro, se trasladarán a la Casa Santa Marta, la residencia dentro del Vaticano donde residirán, aislados del mundo, hasta que tomen una decisión y resuene en la Plaza de San Pedro el «Habemus Papam». Será también en Santa Marta, en la habitación más amplia y cómoda del complejo, donde residirá el sucesor de Benedicto XVI durante los primeros días del pontificado. El propio obispo de Roma emérito vivió en ella durante algunas semanas hasta que fue acondicionado el apartamento pontificio tras su elección en 2005.
A los cardenales les quedan aún dos días de congregaciones generales, pues estas reuniones se celebrarán también hoy y pasado mañana, lunes. Tras una semana de encuentros, en los que han analizado la situación de la Iglesia católica y han trazado el perfil del próximo Pontífice, se espera que el cónclave no se prolongue mucho. Varios cardenales se han expresado en este sentido en los días pasados. De esta forma, el nuevo Papa tendría tiempo suficiente para tomar las riendas del gobierno de la Santa Sede antes de la Semana Santa. Si se cumplen los pronósticos –congregaciones largas, cónclave corto–, la misa de entronización tendría lugar bien el domingo 17 de marzo o el martes 19, coincidiendo con la festividad de San José. Los miembros del Colegio Cardenalicio, además, gozarían así de la oportunidad de retornar a sus respectivas diócesis en todo el mundo para celebrar con sus feligreses este importante momento del calendario litúrgico católico.
El sucesor de Benedicto XVI necesitará los votos de al menos dos terceras partes de los 115 purpurados electores para ser elegido. La cifra, que se redondea por encima, será pues de 77 papeletas, según explicó ayer el portavoz vaticano, el jesuita Federico Lombardi. En su comparecencia ante la Prensa tras la primera de las congregaciones generales celebradas ayer (hubo sesión matutina y vespertina), Lombardi recordó que los purpurados no sólo hablan durante estos encuentros y subrayó la importancia de los coloquios informales que mantienen en los almuerzos, cenas y otras citas.
«Las congregaciones generales no son lo único que sucede en estos días. Los cardenales tienen conversaciones entre ellos en las que encuentran la información que necesitan. Hablan de los candidatos según ellos más aptos al pontificado», dijo el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede. Las intervenciones que están teniendo lugar estos días en la Sala del Sínodo de los Obispos, situada dentro del Aula Pablo VI, sirven para «ver el perfil del candidato» y tratar los temas que «el elegido deberá tener en mente». «En ellas no se habla de nombres», reconoció. Dado el gran número de cuestiones tratadas, no se llega a una gran profundización en ninguna de ellas, por lo que si un miembro del Colegio Cardenalicio quiere saber más, «le pregunta al cardenal encargado de este tema y ya está». «El diálogo y la búsqueda de información específica es una parte fundamental de este proceso», dijo el portavoz.
En la séptima congregación general, celebrada en la mañana de ayer, participaron 151 cardenales, de los que 115 eran electores. Además de los asuntos tratados en las jornadas anteriores, en las 18 intervenciones que se produjeron se habló de la posición de la mujer en la Iglesia, del diálogo interreligioso, de la bioética y de la justicia en el mundo. Otros purpurados trataron el anuncio evangélico como anuncio del amor, la alegría y la misericordia y la cuestión de la colegialidad. En los cinco días que ya han transcurrido de estas reuniones se han sucedido ya más de 100 intervenciones. Todavía hay un buen número de purpurados que han solicitado la palabra: deberán hablar en las congregaciones generales de hoy y del lunes.
En la sesión de ayer por la mañana, los miembros del Colegio Cardenalicio aceptaron en votación los motivos esgrimidos para no ir a Roma por los dos príncipes de la Iglesia menores de 80 años que no se presentaron.
EL FRAILE TAMBIÉN ESTARÁ
Como prescribe la constitución apostólica «Universi Dominici Gregis», aprobada por Juan Pablo II en 1996, durante el cónclave se celebrará una predicación. Si en las congregaciones generales el encargado de dirigirla fue el capuchino Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, durante el encierro en la Capilla Sixtina esta responsabilidad recaerá en el purpurado maltés Prosper Grech, de más de 80 años y ya sin derecho al voto en el cónclave del que saldrá el sucesor de Benedicto XVI.

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