lunes, 4 de marzo de 2013

PARA MEDITAR.


Si amas, sabes que has de cuidar el amor cada minuto de tu vida, sabes que la única manera de que el amor no se extinga, de que siga viva la llama que encandila tu espíritu y calienta tu corazón, es vigilar, proteger y alimentar constantemente el amor. 
Lo mismo que con el amor debes hacer con tu fe. Si has recibido en don de la fe, no dejes que esta se debilite: Vigílala, protégela, aliméntala, manténla siempre viva. Como el amor. 

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