viernes, 10 de febrero de 2012

LATIDOS DE AYUNO VOLUNTARIO; POR AGUSTÍN DOMINGO MORATALLA.

Sección - Marinero en tierra

Latidos de ayuno voluntario

Hoy celebramos uno de los días más significativos de todo el año. No por el hecho de que esta madrugada se hayan alcanzado las temperaturas mínimas en alguna de nuestras comarcas. Tampoco por la aparición de algún indicador económico que agrava la situación social de la península. Se trata de un día tradicional en la narrativa de la cooperación al desarrollo que hace 53 años puso en marcha Manos Unidas. Aunque era una costumbre propia de otros tiempos, otras confesiones religiosas y otros pueblos, el núcleo de mujeres de acción católica que eligió este día para el inicio de su campaña no se podía imaginar que con un día de ayuno pudiera llegarse tan lejos.

Este año han escogido una causa urgente, un lema sorprendente y una puesta en escena verdaderamente entrañable. Al escoger el derecho a la salud, han recogido el 6º de los objetivos que Naciones Unidas propuso como urgentes para el desarrollo. Aunque no tenemos derecho a la salud sino a la atención sanitaria, estas mujeres se han empeñado en reivindicarlo con la única finalidad de llamar la atención para que esta mal llamada sociedad del bienestar despierte de su letargo consumista y atienda las emergencias sanitarias de los empobrecidos.

Aunque la salud no sea un derecho, el lema de este año nos recuerda que la actual distribución de recursos sanitarios no es de justicia. En un momento histórico en el que con pocos recursos podría evitarse la desnutrición, la desatención sanitaria o la prolongación de epidemias, los países desarrollados están ensimismados en el ombligo del crecimiento y se olvidan no ya del sostenible desarrollo sino de una mínima esperanza de vida. El SIDA, la malaria o el paludismo no son catástrofes naturales ante las que sólo quepa la resignación, han sido causadas por decisiones humanas que pueden ser corregidas y que deben ser evitadas.

La salud es uno de los problemas más urgentes de la justicia global. No para que se incremente el número de sofistas y demagogos que instrumentalizan la globalización sino para que miles de personas puedan sencillamente vivir. Cuando las revisiones terapéuticas nos recuerdan la necesidad de un ayuno dietético, los nutricionistas nos aconsejan la importancia del ayuno terapéutico y los endocrinos reclaman el valor del ayuno neurológico,  el coraje de unas voces voluntarias hace valiente memoria de un  ayuno intempestivo,  revolucionario y voluntario.


Agustín DOMINGO MORATALLA
Para el viernes10 de febrero de 2012, en LAS PROVINCIAS. GRUPO VOCENTO


No hay comentarios:

Publicar un comentario