Hoy quiero escribir un artículo de un gran hombre, un señor de la cabeza a los pies, un auténtico referente en el laicado católico en esta Nación que se vuelve a llamar España.
Tengo la suerte de conocer a Alfredo desde hace seis años, justamente cuando vino a impartir una conferencia en mi Hermandad de los Afligidos, en el prestigioso y tristemente desaparecido Ciclo de Conferencias en torno a Santo Tomás de Aquino, la cual supuso un auténtico éxito por los temas de los que habló y del interés que despertó. Su ponencia se titulaba: “Aconfesionalidad, laicidad y laicismo”. Cuando recaló por estas tierras del sur, concretamente en San Fernando, era un destacado Socio del Centro de Madrid de la AcdP, que dirigía por aquel entonces Alfonso Coronel de Palma.
Al tiempo supe que era el candidato a Presidente de esa prestigiosa e insigne Institución. Los que habían ido a buscarle para que se presentara no se equivocaron ni lo más mínimo. Alfredo sabía donde se metía y sacrificó todo, su profesión, tu trabajo, su familia..., pero no le importó porque era consciente del momento histórico que estábamos viviendo y que la Asociación tenía que estar a la altura de la circunstancias como, históricamente, siempre lo ha hecho. En España se estaba viviendo una auténtica revolución de ingeniería social que iba a transformar e intentar aniquilar todos los pilares básicos que sustentan a la Sociedad así como ataques permanentes hacia todo lo que significara catolicismo.
Alfredo Dagnino, cogió “el toro por los cuernos” y convirtió a la ACdP en un referente en todos los sentidos. Los propagandistas pasaron de ser un carisma casi desconocido por la Sociedad para ser un punto de referencia dentro de las realidades y movimientos eclesiales. Eso unido a una gestión brillante al frente del CEU que hizo que sus Universidades y centro de enseñanzas adquirieran un grado de excelencia difícil de conseguir, de afianzar y de mantener.
Pero el éxito no es producto de casualidades, sino de trabajo y un buen equipo. Se rodeó con personas de un calibre personal y profesional inmejorables. Rafael Sánchez Saus, Antonio Urzáiz Gutiérrez de Terán, Julián Vara Bayón, Paco Serrano Oceja, Alejandro Rodríguez de la Peña, Carmen Fernández de la Cigoña, José María Díaz y Pérez de la Lastra, Javier Almagro entre otros.
Para Hetepheres y para mí es parte de nuestra familia y lo queremos como tal. Fue Testigo de nuestra Boda junto a queridos y entrañables amigos como Rafael Sánchez Saus o Manuel Bustos Rodríguez.
Con el pasar de los años hemos visto crecer a su hijo y a su esposa le tenemos especial cariño.
Recuerdo, con especial emoción, la Apertura del Primer Centenario de la Asociación, recuerdo la brillante homilía de Monseñor D. Fidel Herráez, quien nos iba a decir que acabaría siendo nuestro Consiliario Nacional, y luzco con orgullo la insignia que me impuso Alfredo Dagnino personalmente.
Todo tiene un final. Su brillante etapa al frente de la Asociación Católica de Propagandistas cesó en febrero de 2011 y con él también dejaron sus cargos el importante equipo humano que lo acompañaba, como es “natural” como se produce una renovación en toda institución.
Al poco tiempo el Grupo de Intereconomía realiza un auténtico “fichaje” al nombrar a Alfredo Dagnino como Presidente de la Fundación Intereconomía, la cual crea, consolida y levanta. Brillante su labor en la puesta en marcha de la Universidad Tomás Moro. En esta labor académica se ha hecho acompañar de un gran amigo y prestigioso historiador como nuevo Director Académico de la susodicha Univesidad: Rafael Sánchez Saus.
Pasado el verano, tan buenos y brillantes servicios al servicio de España y del Grupo Intereconomía fueron recompensados por su Presidente y Editor, D. Julio Ariza, al nombrarle Consejero-Delegado de este importante Grupo de Comunicación nacional que se ha convertido en auténtico referente en el panorama de la buena y creíble información.
El martes día 7 de febrero lo vi participando como invitado en el exitoso programa “El Gato al Agua” que tan bien dirige Antonio Jiménez. Habló sobre la familia y toda la polémica de los matrimonio de homosexuales tras los comentarios del Ministro Gallardón. Hizo una valiente defensa de la familia, de los valores del Humanismo Cristiano, de nuestras creencias.
Escribir de Alfredo Dagnino Guerra es muy difícil y también muy fácil porque las palabras salen solas y directas desde el corazón.
Nos consideramos amigos de Alfredo y estamos orgullosos de serlo, es un auténtico honor el compartir sentimientos de fraternal lealtad, de verdadera y auténtica amistad con una persona de un calibre moral, personal y profesional como el de Alfredo Dagnino Guerra.
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