sábado, 22 de junio de 2013

LA TRINIDAD MOZÁRABE.

Foto de portada

ANÁLISIS PICTÓRICO LITÚRGICO

III. 2 - La Trinidad mozárabe

EL DOGMA DE LA TRINIDAD Y EL RITO HISPANO MOZÁRABE

Don Rodrigo Jiménez de Rada hizo hablar a las tres personas de la Trinidad en las pinturas de San Román de Toledo. De hecho, en Toledo sabían del tema de la Trinidad. Sin los postulados del XI Concilio de Toledo, jamás hubiese existido el Dogma de la Trinidad. Un dogma que se acompaña, entre otros, con los postulados de IV Concilio de Letrán tal y como recoge el mismo Catecismo de la Iglesia Católica:

“El dogma de la Santísima Trinidad: 253 La Trinidad es una... El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 530). "Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la naturaleza divina" (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS 804). 254 Las Personas divinas son realmente distintas entre sí.... El que es el Hijo no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el Padre o el Hijo" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 530).... El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede" (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS 804). La Unidad divina es Trina. 255 Las Personas divinas son relativas unas a otras... "En los nombres relativos de las personas, el Padre es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas tres Personas considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o substancia" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 528).

Mientras en sólo dos de los tres artículos en los que se articula el Dogma de la Santísima Trinidad se hace referencia al IV Concilio de Letrán, sí se menciona en los tres artículos al XI Concilio de Toledo. Pero, no todo acaba ahí.

Al contemplar iconografías románicas como la que precede al comienzo de este párrafo, en la que contemplamos uno de los capiteles del claustro de la Colegiata de Santa María de Alquézar, Huesca, se puede tener la tendencia de recordar la llamada herejía triteísta: “Al hablar aquí de triteísmo no nos referimos ni a los distintos politeísmos en los que es posible la pluralidad de dioses, ni tampoco a las tríadas divinas que se dan en numerosas religiones donde las divinidades aparecen representadas con tres cuerpos, tres cabezas o tres rostros simultáneos y distintos… Más bien la expresión triteísmo se usa aquí para designar un riesgo latente en la teología trinitaria; es sobre todo una etiqueta aplicada a determinadas interpretaciones que en la historia del pensamiento cristiano han acentuado en exceso la diversidad hipostática entre las personas trinitarias o no han sido capaces de hacerla compatible con la afirmación de su unidad esencial.” (Santiago del Cura Elena, Triteísmo.) 

No se debe olvidar que el Concilio IV de Letrán condenó el error triteísta de Joaquín de Fiore (Dz 428). Además, en Toledo, viven fuertes comunidades de judíos y de musulmanes, las dos religiones que han acusado históricamente al cristianismo de triteísmo por su teología trinitaria. En este contexto, nació el programa iconográfico pictórico de San Román de Toledo.

EL ESPÍRITU SANTO

Es hora de avanzar para intentar desgranar la relación que tiene este programa iconográfico pictórico de San Román con la rica liturgia que la iglesia hispano mozárabe dedica al Espíritu Santo alrededor de la fiesta de Pentecostés. El Espíritu Santo en forma de Paloma se encuentra plasmado iconográficamente en un Tetramorfos o representación simbólica de los cuatro vivientes de los evangelistas. Un tetramorfos que recibe un tratamiento especial, ya que no sólo se produce sin la presencia de la Maiestas Dómini o Pantocrátor, sino que también se colocaron los cuatro vivientes de manera especial. De entrada, se debe dejar claro que, en estas pinturas, se está hablando de la nueva teología surgida después del IV Concilio de Letrán. Normalmente, los Tetramorfos tienden a seguir dos tipos de orientaciones:

1. La que se corresponden con la ordenación de la Vulgata: Hombre (Mateo), León (Marcos), Ternero (Lucas), Águila (Juan)
2. La que se corresponde con la ordenación de los acontecimientos salvíficos: Encarnación (Mateo), Pasión (Lucas), Resurrección (Marcos), Ascensión (Juan).

En San Román de Toledo, se tomó la iniciativa de realizar cada viviente con un tamaño determinado de tal manera que en la pared sólo caben tres juntos, el cuarto queda desplazado a la otra pared. No sólo eso, también se cambió el orden de los vivientes con una ordenación poco usual que ni se corresponde con la Vulgata ni con los acontecimientos salvíficos. El orden se resolvió de la siguiente manera: Marcos, Mateo, Lucas y Juan. Con esta ordenación, San Juan es el que queda desplazado. Si a esta intencionalidad, el desplazamiento de San Juan, añadidos un detalle plástico evidente: la paloma símbolo del Espíritu Santo se coloca junto al viviente de San Marcos, hecho que obliga que el resto de vivientes giren su cabeza hacia él, tenemos una primera evidencia.

¿Por qué el símbolo del Espíritu Santo junto a San Marcos? "Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma." (Mc. I, 10) ¿Por qué se privilegia el viviente de San Marcos? Según la tradición cristiana, San Marcos no sólo fue un discípulo privilegiado sino que llegó a ser una especie de secretario personal del propio San Pedro. Dicho de otra manera, para la tradición cristiana, San Pedro fue el verdadero inspirador del evangelio de San Marcos, de tal manera que este evangelio vendría a ser como una síntesis de las predicaciones del propio San Pedro. Está claro que el arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada fue un hombre profundamente de iglesia romana. El que la hizo colocar, no sólo conocía que la tradición cristiana identificaba el evangelio de San Marcos con las predicaciones de San Pedro, sino que también era consciente de que esa misma tradición sostenía que la casa de la familia de San Marcos fue no sólo en la que Jesús celebró la Última Cena sino también el lugar en el que estaban reunidos los apóstoles el día de Pentecostés cuando recibieron al Espíritu Santo. También la misma tradición cree que San Marcos fue uno de los primeros bautizados el día de Pentecostés ya en el Espíritu Santo.

Pero no todo acaba ahí. Si se colocase por aquellos años, 1221 y siguientes, el símbolo del Espíritu Santo junto al viviente de San Mateo, el que tendría que ir el primero en las dos posibles ordenaciones, como ya se ha explicado, se estaría hablando de la teología milenarista de Joaquín de Fiore quien había profetizado, a través de la Genealogía del Evangelio de San Mateo, que en 1260 se produciría la llegada de la Tercera Era, la del Espíritu Santo. 

¿Por qué la presencia del Espíritu Santo junto al Tetramorfos? Porque así lo recoge la liturgia hispano mozárabe en el Post Sanctus, es decir en la oración después del Sanctus en la Misa In Die Sancto Pentecosten (Annus primus), es decir, el Día de Pentecostés del año primero: "Verdaderamente es Santo el Padre, Santo el Hijo Unigénito y Santo el Espíritu que de los dos procede. Por su fuerza incalculable discurre por todo el orbe la cuadriga de los Evangelios, con sus ruedas ardientes, radios inflamados y eje relampagueante, arrastrada por los extraños animales de múltiples ojos. Cuyo firme auriga, el propio Espíritu de vida, por su propio poder puso el mundo a los pies de Cristo, dando testimonio de la Divinidad del Verbo Unigénito del Padre que se hizo hombre y habitó entre nosotros."

En la iconografía pictórica de San Román de Toledo y en un contexto de clara defensa de la teología del dogma de la Santísima Trinidad que se forjó en el XI Concilio de Toledo, está representada esa cuadriga de los Evangelios, arrastrada por los extraños animales de múltiples ojos cuyo firme auriga es el Espíritu Santo. Tenemos una representación plástica que tomó como base directa de interpretación un texto de la liturgia hispano mozárabe.

LAS LETRAS DEL PADRE

Una vez connotada la presencia del Espíritu Santo en clave trinitaria en la fiesta litúrgica hispano mozárabe de Pentecostés, toca aportar la presencia del Padre. De entrada, hay que volver a recordar que es una lástima que se haya perdido parte tanto del programa iconográfico pictórico como de las inscripciones pictóricas de San Román de Toledo. Pero, algo queda para poder demostrar la tesis que se está intentando construir. En un contexto de contacto con las dos religiones monoteístas, el Islán y el Judaísmo, que acusan al cristianismo de religión triteísta (de adorar a tres dioses) y que, además, se caracterizan por no representar antropomórficamente a Dios (Alá o Yahvé), ¿cómo se representa la imagen del Dios Padre cristiano en el templo de San Román de Toledo? Imitando a las dos religiones que la critican, los cristianos de Toledo optan por hablar del dogma del Padre a través de la escritura, en concreto con el detalle plástico de los versículos del salmo CIII (104) que se hallan en forma de inscripción pictórica y que se han documentado en la segunda parte de este artículo: "3 qui tegis in aquis superiora eius qui ponis nubem ascensum tuum qui ambulas super pinnas ventorum 4 qui facis angelos tuos spiritus et ministros tuos ignem urentem." En la liturgia hispano mozárabe, el versículo 4 junto a los versículos 30-31 se utilizan como Salmo responsorial de las lecturas en la Misa del sábado antes de Pentecostés, versículos que también son utilizados con la misma finalidad el Domingo de Pentecostés: "30 emittes spiritum tuum et creabuntur et renovabis faciem terrae 31 sit gloria Domini in saeculum laetabitur Dominus in operibus suis:" ¿Qué dicen todos estos versículos? "3 edificas sobre las aguas tus moradas superiores. Haces de las nubes tu carro, avanzando sobre las alas del viento. 4 Tienes por mensajeros a los vientos, y por ministros llamas de fuego.30 Si mandas tu espíritu, se recrían, y así renuevas la faz de la tierra. 31 Sea eterna la gloria de Yavé; y gócese Yavé en sus obras". (Biblia BAC)

Si miramos esas imágenes dibujadas junto a los restos de la epigrafía del Salmo CIII (104), vemos que no son ángeles sino una alegoría de los vientos como mensajeros de un Dios visto como el Yavé del Antiguo Testamento. A través de un Salmo del Antiguo Testamento, se hace alusión al Dios Padre cristiano sin olvidar la presencia del Dios Espíritu Santo: "Si mandas tu espíritu". Es decir, se está tomando una cita de un Salmo del Antiguo Testamento que es utilizado en la teología cristiana para hablar de la Trinidad. No sólo eso, sino que, en la exégesis católica, este Salmo se equipara al segundo versículo del capítulo primero del Génesis: "pero el Espíritu de Dios se cernía..." Este paralelismo entre estos dos versículos convertía a este Salmo CIII (104) en un salmo perfecto para la liturgia de Pentecostés, cuando Dios había enviado su Espíritu a los Apóstoles creando el nuevo pueblo, la Iglesia, en sustitución del antiguo pueblo, el judío. Tal vez, porque como dice la liturgia hispano mozárabe en la Oración entre los Dípticos: "Rogamos incansablemente a tu Omnipotencia, Dios santo, Padre omnipotente, que nos llenes del don de tu Unigénito en el gozo inefable y la visita vivificante del Espíritu Santo tuyo y suyo. De forma que a los que has creado y has redimido por el Hijo, te dignes perfeccionarlos por el Espíritu Santo. No porque sea inconexa o diferente la acción de tu Trinidad; sino porque aparezca evidente la igualdad inconfundible de la Deidad en las tres Personas". 

Antes de hablar del Dios Hijo, se debe seguir hablando de inscripciones. En San Román de Toledo, junto a la existencia de textos en latín sorprende la presencia de textos en caracteres cúficos, es decir, en lengua árabe. Esta característica también se puede explicar a través de la liturgia hispano mozárabe: "¿Quién se atreverá a callar con ocasión de la venida del Espíritu Santo, cuando a través de tus Apóstoles las lenguas todas de la gentilidad están hablando? ¿Quién podrá describir de qué admirable modo en este día, con las lenguas de fuego fue distribuido a los discípulos el conocimiento de todas las lenguas del mundo, de modo que, hablando el latino con el hebreo, el griego con el egipcio, el escita con el indio, mientras cada uno habla su lengua entiende la del otro? ¿Y con qué virtud puede acontecer que los predicadores de la verdad revelada repartan voluntariamente por los inmensos ámbitos del mundo el mismo don de la única e indivisible doctrina celestial? No hay disonancias en la unidad de la fe, aunque haya belleza en la distribución de los diversos saberes y maravilla en la multiforme variedad de los acentos, y así se muestra que no empece la diversidad de la lengua a la confesión cristiana, ni obsta que cada uno se manifieste en su lengua, mientras sea uno aquél en quien creemos. Bien sabemos, por tu largueza derramada desde innumerables dones y frutos del Espíritu Santo, lo más sublime concedido a la Iglesia naciente fue que las bocas de los hombres proclamasen el pregón de tu Evangelio en las lenguas de todas las naciones." (Fragmentos de la Illatio o Acción de gracias de la Misa de Pentecostés de la Liturgia hispano mozárabe.)

Con la presencia de diferentes lenguas representadas, el teólogo redactor de todo este programa iconográfico quiere dejar clara la superioridad del cristianismo gracias al don de lenguas dado por el Espíritu Santo a los primeros Apóstoles. Además, la teología de la liturgia hispano mozárabe así lo justifica y lo expresa en la Misa de Pentecostés. La aparición de textos en diferentes lenguas no es tan sólo debido a la presencia de comunidades religiosas islámicas o judías en Toledo que se expresan en otras lenguas, es también el símbolo del triunfo de la Iglesia, una iglesia que controla lo que ha venido llamándose la Escuela de traductores de Toledo. La teología litúrgica de Pentecostés en el rito hispano mozárabe justifica la presencia de esas inscripciones en caracteres cúficos en el interior de un templo cristiano. Desde esta perspectiva, no se deben buscar otras explicaciones. La Iglesia controla el don de las lenguas desde el Pentecostés histórico. El detalle iconográfico de la presencia de otras lenguas tiene una explicación lógica a partir de la teología litúrgica hispano mozárabe.

Después esta eso de que el románico es un arte catequético. Aquí, en Toledo, toda la iconografía pictórica del templo de San Román responde a una exaltación de la Iglesia de Roma a través de uno de los ritos litúrgicos más antiguos tenido como ortodoxo, el hispano mozárabe. De nuevo, el pensamiento del redactor teológico, está muy por encima de los procesos materiales de los maestros artesanos. Una función que por razones obvias tuvo que recaer en don Rodrigo Jiménez de Rada, el gran arzobispo de Toledo en esos momentos. Sólo una persona con el poder, tanto terrenal como espiritual, puede imponer o convencer a su cabildo de que la existencia de caracteres de la lengua de los infieles dentro de un templo cristiano está plenamente justificada por Dios.

Pero no toda la intencionalidad de la presencia de lenguas diferentes acaba allí. La teología de la liturgia hispano mozárabe del domingo de Pentecostés relaciona los pasajes bíblicos de la Torre de Babel y de Pentecostés: "Oh Señor, que por la virtud de tu Espíritu confundiste las lenguas de aquellos que edificaban la torre de la antigua soberbia y luego en la novedad de la Iglesia naciente te serviste de esa multiplicidad de lenguas para signo de tu presencia, de modo que lo que había sido castigo se convirtiera en don, para construir la fe con lo mismo que había destruido la vanidad, otorga a esta asamblea de tu familia la venida del Espíritu Santo que prometes y das. Que destruya en nosotros los deseos contrarios y edifique el mérito de la santidad. (Post Nomina, Oración después de los Dípticos)". La multiplicidad de lenguas es un signo de la presencia de Dios.

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