lunes, 24 de junio de 2013

LA MISERICORDIA LLEGA A LAS PERIFERIA DEL ABORTO.


Promovido por el padre Jorge, se implanta el Proyecto Raquel, en Argentina

No era un saludo más. Durante la celebración de la Jornada Evangelium vitae, el Papa Francisco exhortó en especial a la asociación Grávida-Argentina: «¡Muchas gracias por lo que hacen! ¡Ánimo y vayan adelante!» En su país, 150 personas se están formando estos días para, a través de Proyecto Raquel, hacer llegar la «pastoral de la misericordia» a las personas que sufren tras un aborto. El Papa conocía bien este encuentro: él mismo ayudó a organizarlo
«¡Qué maravilla reconciliar a las mamás con los bebés
que ya están en el Cielo, y las quieren perdonar!»
Desde hace casi 25 años, la Iglesia en Argentina se ha hecho presente, a través de Grávida, en la «problemática candente» de los ataques contra la vida, «pero siempre con una mirada amorosa, que quiere salir a abrazar a esos que están en los lugares lejanos. Dios nos ha ido marcando el camino» para atender, de forma especial, a «los sectores más vulnerables, a las mamás más pobres. El cardenal Bergoglio siempre alentó mucho nuestro trabajo, y resaltaba la mirada evangélica y evangelizadora en el servicio»; una mirada que se funda «en el amor y la misericordia». Lo explica doña Diana Castillo, Directora Nacional de esta asociación privada de fieles, presente en casi la mitad de las diócesis argentinas. «Nos sorprende -recalca- la magnitud que está tomando, la cantidad de voluntarios y comunidades que se forman. Es una obra de Dios a través de la Virgen. La Virgencita nos enseña a comunicar a su Hijo y la Buena Noticia de la vida en el lenguaje de la simpleza, del amor, que todos entendemos».
Testigos de la gracia de Dios
En esta labor de «anunciar la vida desde la misericordia, el programa de sanación post-aborto era una asignatura pendiente. Nos llegaban embarazadas que compartían con nosotros sus historias y sus dolores. Entre ellos, aparecía con frecuencia un aborto anterior. Esta realidad nos interpelaba, y siempre las hemos acompañado hacia la reconciliación. Nos ha tocado ser testigos de ese perdón liberador, y de cómo la gracia de Dios actúa. ¿Cómo no seguir trabajando por esta pastoral de la misericordia?»
Buscando precisamente un método para continuar esta labor, un equipo de Grávida participó, el año pasado en Ecuador, en un curso de formación internacional de Proyecto Raquel. Volvieron ansiosos por ponerlo en marcha: «Primero, hablamos con el obispo de la diócesis donde tenemos la sede central, y luego nos dirigimos al cardenal Bergoglio, con el que siempre dialogábamos estos proyectos y los nuevos desafíos. Nos animó mucho a poner el programa en marcha, a insistir en la pastoral de la misericordia, llegando a esas periferias existenciales que tanto menciona: son las situaciones de dolor extremo, de aquellos que no pudieron ser abrazados por ese amor de Dios que los bautizados estamos llamados a llevar al mundo. Y, ¿qué dolor hay más grande que el de una mamá que se ve involucrada en rechazar la vida de su hijo? ¡Qué maravilla reconciliar a las mamás no sólo con los bebés en gestación, sino también con los que ya están en el Cielo, y las quieren perdonar!»
Pocos días después de esa conversación, el cardenal Bergoglio «nos llamó para decirnos que ya había una casa de retiro reservada. El padre Jorge siempre tenía esas delicadezas», y se siguió implicando en todo el proceso. Ahora acompaña, desde la distancia, este encuentro formativo, que co-dirige la responsable de Proyecto Raquel en España, María José Mansilla, y en el que participan 100 laicos y 50 sacerdotes. Doña Diana reconoce que «las palabras del Papa, el domingo, nos hicieron saltar de alegría, porque estamos en su corazón. Lo hemos conocido así como arzobispo, pero ahora está sorprendiendo a todos como el gran Papa de la misericordia».
María Martínez López

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