Richard John Santorum, católico, americano de segunda generación, de familia humilde, fue el hijo mediano de un matrimonio de clase media de origen italiano. Nació y se crió enVirginia, en el condado de Berkeley. Allí pasó su infancia y asistió al colegio público, donde le apodaron Rooster (gallo), no se sabe muy bien si porque luciera cresta o por su fama de retador.
Sin embargo, su fuerte carácter sí le ayudó en la Universidad. Fue un alumno brillante en Pensilvania, donde se graduó con matrícula de honor en Ciencias Políticas. Después vino el MBA en Pittsburg y un posgrado en leyes en la Dickinson School of Law. Los primeros años de su carrera profesional los pasó Rick ejerciendo la abogacía en Pensilvania, hasta que en 1990 salió elegido para la Cámara de Representantes. Entonces tenía sólo 32 años y había conseguido nada menos que un escaño republicano por un distrito eminentemente demócrata. El joven senador tuvo siempre claro cuál era su cometido, nunca traicionó sus principios. Hubo incluso quien le criticó por poner por delante de la creación de empleo o del grave déficit la lucha contra el aborto, la denuncia del lobby gay o su oposición al matrimonio homosexual. Acabó siendo la mano derecha del mismísimo presidente de la Cámara, ni más ni menos que el propio Newt Gingrich.
Pero, además, el senador Santorum desarrolló una frenética actividad legislativa, en pro de los enfermos de sida o para el desarrollo de la investigación de enfermedades raras. De aquella época viene su conexión con los más desfavorecidos, por su defensa de la condonación de la deuda o de las ayudas sociales.
Cuando en 2006 la mayoría demócrata llegó al Capitolio, Rick Santorum perdió su escaño y volvió a la actividad privada y aprovechó para escribir un libro, It Takes a Family, en el que describe la “aventura” que ha supuesto crear junto a Karen, su mujer, una familia de siete hijos y defiende los valores tradicionales, la familia, el matrimonio entre hombre y mujer o la educación de los hijos en casa. Su familia ha estado presente en toda la campaña presidencial, empezando por la pequeña Bella, que nació con una alteración cromosómica y a la que los médicos dieron un año de vida, sin embargo Rick cuenta que para ellos Bella ha sido un “don” que les ha dado una gran lección. El fallecimiento de su hijo Gabriel, a las cuatro horas de nacer, el recuerdo de su abuelo Pietro, un italiano que llegó a América en busca de un sueño, y la defensa a ultranza de los valores que han hecho de América lo que es hoy..., las menciones del candidato del american dream.
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