jueves, 25 de julio de 2013

* A IGNACIO BUSTAMANTE MOREJÓN: MI QUERIDO HERMANO EN LA ETERNIDAD.

Ignacio Bustamante, a mi derecha, saludando al Cardenal Amigo Vallejo.


Mi querido Ignacio que estás en el Cielo:

Hace muy poco que te has ido para siempre y ya te estoy echando de menos. Te has ido sin avisar, sin despedirte, sin poder tener la oportunidad de darte un buen abrazo y decirte lo que te aprecio, te admiro, te respeto y te quiero. 

Perdóname que hable en presente, es que para mí no te has ido del todo porque me quedan tantas cosas compartidas, tantas intensas y sentidas conversaciones donde abrías tu alma y compartíamos tantas cosas... Las que yo te he hecho partícipes se han ido contigo a la Gloria y las que tu depositaste en mí quedaran grabadas en mi corazón y en mi memoria como el mayor tesoro que puedo tener.

Tu carácter activo, inquieto, siempre con ganas de aprender, de hacer cosas, de trabajar, de echar un cable a todo el que te lo pedía hizo que fueras la persona tan especial que eres y que hoy recuerda, recordamos, en La Isla.

¡La Isla! Uno de tus grandes amores. Amas La Isla como pocos, te embebías en su aire, rebuscaba los rincones para expandir tu corazón con las cosas de nuestra tierra. Eterno paseante de nuestra Calle Real, Rosario, San Rafael, Murillo... Lo mismo se te ve en el centro que en una salina, junto al zaporito o contemplando un amanecer en cualquier estero. ¡Ese es y será siempre Ignacio Bustamante!

Otros de tus amores, aunque creo que tu Gran Amor, han sido las Hermandades y Cofradías a las que serviste desde la sencillez y eficacia de un verdadero apóstol. Amas a Jesús y  a María, te podía la Virgen del Carmen del que eres fervoroso devoto, y te entregaste más allá de las racionales fuerzas que tiene cualquier ser humano a tu queridos Titulares de Jesús Orando en el Huerto del Getsemaní y por María Santísima de Gracia y Esperanza.

Lo has sido todo en tu Hermandad del Huerto de San Fernando, has sido el verdadero artífice de que esta populosa Hermandad sea lo que hoy es en realidad. Son legión de hermanos los que te quieren y te profesan admiración por el buen trabajo desarrollado en pos de esta querida Corporación Nazarena santo y seña del Martes Santo en San Fernando.

Por tu Cristo del Huerto y tu Virgen de Gracia y Esperanza eres capaz de todo, ¡De todo! ¡Eso es Amor y Devoción! ¡Eso es Fe!

Como también has sido todo en el mundo cofrade isleño, culminando con la Presidencia del Consejo de Hermandades y Cofradías. Pregonero de la Semana Santa de San Fernando y autor de diversos pregones entre los que se encuentran el que te hizo más ilusión, el que tributaste a tu pequeña Virgen del Huerto por su Coronación Canónica.

Trabajador incansable de la Santa Madre Iglesia. Cuando Cristo le pidió al Padre que mandara trabajadores a sus mies creo que estaba pensando en ti. Pero este trabajo, estas labores, los has realizado desde el anonimato, huyendo de cualquier atisbo de protagonismo.

El Beato Marcelo Spínola no podía tener en la Tierra un discípulo que propagara tanto su devoción en él. Siempre llevabas una estampita, estabas organizando alguna conferencia, muestra, exposición para dar a conocer, en  la ciudad que lo vio nacer, la devoción por este Beato del Cielo.

Inmenso estudioso de las costumbres de tu tierra además de faceta de eterno estudiante porque para aprender algo en esta vida hay que estudiar todos los días, leer, aprender de todo y de todos. ¡Valiosa es la biblioteca que posees en tu casa!

Buen Funcionario del Ayuntamiento de San Fernando donde has prestado tus servicios durante más de tres décadas. Te has convertido, por derecho propio, en uno de los más conocidos y queridos por la plantilla municipal a la cual también pertenezco. 

El pertenecer los dos a la plantilla del Ayuntamiento, al estar incardinados en el Área de Economía y Control de Gestión ha hecho que nuestra relación haya sido diaria y en muchas ocasiones yo me iba a tu despacho o tu te venías al mío y allí conversábamos de lo divino, de lo humano, de lo celestial o de lo eminentemente terrenal. ¡Qué bien se habla contigo! Eres de las pocas personas que comparto mis inquietudes espirituales, que son correspondidas, pues los dos somos verdaderos AMANTES DE JESÚS Y MARÍA. Dos Adoradores frente a frente conversando sobre la trascendencia de lo más sublime. Eran pocos los minutos que podíamos dedicarnos a estas meditaciones aunque verdaderamente profundas.  

Y siendo Hortelano y teniendo como devoción al Jesús Orando en el Huerto eres un auténtico amante de la ORACIÓN y sabes del poder que tiene para nuestros cuerpos y nuestras almas. Por eso comprenderás, mejor que nadie, porque lo has sentido en tu propio ser todas las que se han encomendando y se están encomendando por ti, tu mujer, tus amigos así como por las demás víctimas, mortales o no, del terrible accidente ferroviario acaecido anoche en Santiago de Compostela y que, porque así lo ha querido Dios, has vívido en primera persona. Todos, sin excepción, hemos rezado al Padre Eterno.

Me gusta el recordar momentos, soy de esos que disfruto con lo poco porque en lo mucho me suelo ahogar. Un momento que recordaré toda la vida fue el haber compartido contigo la Misa en el Convento de las Capuchinas que ofreció el Cardenal Amigo Vallejo cuando estuvo en San Fernando hace tan solo unos meses. ¡Compartimos juntos la Eucaristía! ¡Qué privilegiado soy y que de gracias le tengo que dar a Dios! Después los dos saludamos a D. Carlos. Tú lo conocías de antes pues mantenías una buena relación de cuando era Arzobispo de Sevilla y tu Hermano Mayor del Huerto. ¡Las Capuchinas, otros de tus amores! Al igual que la Virgen de la Pastora, el Cristo de la Vera+Cruz, en definitiva Jesús y Su Madre.

He ido desgranando un poco tu intensa vida, se me quedan muchas cosas en el tintero, y no puedo abarcar todo porque casi no puedo escribir. Mi querido Ignacio has hecho que me cueste lo indecible que me salgan las palabras.

Por último y no en el último lugar, el Gran Amor compartido con la devoción a Cristo y María: ¡Tu FAMILIA! Pepa y tu sois de esos matrimonios que siempre van juntos a todo, sois un solo cuerpo que han dado vida a dos preciosas hijas, que son tus mayores orgullos, y que estarán por siempre orgulloso de su Padre: Gracia y Esperanza llevan por nombre la sangre de tu sangre. 

Hoy, desde primera hora, La Isla está envuelta en dolor; en un primer lugar porque las noticias eran muy preocupantes porque no aparecías por ningún lado y junto a ti otros buenos amigos que te acompañaban. Puedo definir estas horas como un goteo interminable de preocupación y dolor. Nos íbamos enterando de noticias, siempre oficiosas, y nos agarrábamos al "palo ardiendo" de la Esperanza y de la Gracia de la Fe. Horas, minutos, interminables.

Tengo que decirte que cuando me enteré que estabas en el pasaje del tren accidentado, a primera hora de esta mañana, encomendé una oración al Padre y le dije lo que le digo siempre: ¡Qué se haga Tu Divina Voluntad! Desde entonces una profunda tranquilidad invadió todo mi ser. No sabía si estabas vivo o muerto, pero sabía, lo sentía, que Dios estaba contigo.

Luego los peores presagios se hicieron realidad y nos enteramos que habías aparecido y que ya no estabas con nosotros, que te habías ido con Jesús para que oraras con Él en el Huerto del Getsemaní Eterno. Me imagino la satisfacción que habrá sentido tu alma cuando te hayas encontrado, en un Dulce Reencuentro, con María que es Vida, Dulzura, Gracia y Esperanza Nuestra. 

¡Ya estás con Dios! Nosotros te echaremos en falta, ya lo estamos haciendo, y una multitud de sentimientos encontrados se harán presentes: Unos rezarán, otros te encomendarán, otros meditarán, otros te recordarán y así una Ciudad entera que está de luto porque unos hijos suyos se han ido para siempre y otros derraman lágrimas de dolor en los hospitales de Santiago de Compostela.

¡Qué difícil va a ser la vida sin ti! Aunque sé que estás en las mejores manos, que estás donde todo discípulo de Cristo quiere estar porque el Cielo en nuestra fin y no este valle de lágrimas y dolor. 

La Isla de San Fernando ha perdido a un ilustre hijo, una persona muy querida, respetada y admirada porque ha entregado su vida, hasta el final de sus días, por sus Devociones y sus Amores.

Hoy te hablo en presente porque no te has ido ni te irás nunca de mi corazón, mañana, siempre habrá un mañana, diré que te quería, te respetaba, te admiraba...

Desde el Cielo, donde estás instalado en la morada que te ha preparado Dios, vela por tu mujer, tus hijos, tu familia, tus amigos, tus hermanos en la fe, por tu Isla, por España. ¡Hasta para morirte has sido Patriota! Tenerte en la Gloria, querido Ignacio, es toda una garantía.

¡Qué Dios te bendiga hermano! Recibe un fuerte y cálido abrazo en la eternidad.

Jesús Rodríguez Arias

"SED VALIENTES" permanecerá callado hasta el día de mañana. Ya no caben más palabras tan solo la ORACIÓN y el SILENCIO.

3 comentarios:

  1. Conmovedoras palabras que a los que tuvimos el honor de conocerlo nos ha hecho revivir momentos inolvidables junto a él.
    Descanse en paz nuestro querido Ignacio, un hombre singular admirado por toda una pluralidad.

    ResponderEliminar
  2. Conocí a Ignacio cuando tenía unos ocho años. Desde mi casa, en la C/ Carraca, cogía el agua para limpiar el paso de la hermandad "La oración del Huerto" y bromeaba con todos los de la casa, siempre cordial y correcto. En agradecimiento por los favores que mi madre les prestaba, solía regalarle flores de las que llevaban en el paso, una vez que éste volvía a ser guardado hasta el próximo año.
    Con los años, siempre hubo ese saludo amable y ese interés por la familia.
    Su mujer, Josefa, fue profesora de mis hijos mayores en el colegio.
    Estoy segura que Ignacio descansa en paz y vela por sus seres queridos desde su Cielo.

    ResponderEliminar
  3. Jesus quiero agradecerte desde estas lineas las palabras que dedicas a mi hermano,seguro que el tambien.Ignacio desde el cielo ya estaras preparando la tunica verde y blanca y junto al padre Arenas que tu tanto queria pasareis juntos otra vez por la calle ancha,Ignacio, cuida de Pepa,Macarena,Gracia y de todos los que aqui esperamos volver a verte,hasta luego hermano.Jesus.B.M

    PD : estas palabras las digo desde la cuenta de mi hijo Ignacio Bustamnte Conde

    ResponderEliminar