miércoles, 1 de febrero de 2012

YA ESTAMOS EN FEBRERO.

Ya iniciamos el segundo mes del año; los días ya se van pasando y el tiempo con ellos y la vida con él.
La gente vulgar sólo piensa en pasar el tiempo; la gente de talento piensa más bien en aprovecharlo; porque, entre el pasado que ya no es y el futuro que aún no es, está el presente en el que residen nuestros deberes y que está bajo nuestra responsabilidad.
Una cosa es perder el tiempo y otra es emplearlo; el poeta lo dijo con acierto: "Y continuo se te acuerde/del que el tiempo bien gastado/ aunque parezca pasado/ ni se pasa, ni se pierde".
¿Quién será el que pierde el tiempo? El que lo pasa sin ser útil para Dios ni para el prójimo.
A veces nos preguntamos qué día habrá sido el más feliz de nuestra vida; no es difícil responder: Cada día es el más feliz, porque cada día se nos presenta la oportunidad de emplearlo mejor en el servicio de Dios y de los projimos, y en ese servicio precisamente radica nuestra felicidad y la de los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario