Cuando hay una tarea que realizar, ¿Eres el primero en dar un paso adelante, o te echas para atrás, aguardando a ver si alguien más cualificado toma la iniciativa? El problema de aguardar a que alguien más se presente como voluntario es que la tarea podría no hacerse nunca.
Aunque podríamos pensar que no somos la mejor persona para una tarea determinada, a menudo Dios tiene una idea diferente. No importa si alguien más podría hacer el trabajo mejor o más fácilmente. Lo que importa es si hacemos lo que podemos con lo que nos ha sido dado.
Reflexionemos: ¿Qué es lo que hago mejor? ¿Cómo puedo utilizar mis capacidades para hacer más fácil la vida de otros?
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