jueves, 18 de diciembre de 2014

PARA MEDITAR.


Un escritor invita a pedir perdón a Dios por aquellos mármoles, que en los Templos no fueron mármoles, sino marmolina o mármol pintado; y por la seda que fue sedalina; y por las velas, que sólo tuvieron de velas su forma alargada y fueron palos largos pintados de blanco; y por los ramos de flores, que fueron papeles o trapos u objetos de plástico. 

Más que un obsequio al Señor, un objeto auténtico, es una mueca de desprecio al Unico Auténtico y además un índice desdichado de nuestras falsías, de nuestras ilegitimidades y de nuestros fingimientos humanos. 
De eso sí deberás pedir perdón a Dios: De todo aquello que mostraste, sin ser en realidad; de tu piedad fingida, de tu  amor falsificado, de tu entrega con dobles finalidad, cuando no con triple o más inconfesables intenciones. 
Con ojos de carne no es posible ver y con labios de barro no es posible orar; te sobra carne y te falta espíritu. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario