jueves, 18 de diciembre de 2014

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto". (Evangelio del día). La determinación de San José puede resultar justa, propia de un hombre bueno, y hasta plausible, pero hay una cosilla que se "nos cuela" a todos. ¡Juzgamos sin preguntar! Y, aunque la decisión de San José es muy acertada, sin deseo de dañar, tomada con amor, le falta ese "puntito" que la hace evangélica. Por eso lo corrige el Ángel. Y de nuevo aparece la docilidad de San José. Pues mirad que buen ejemplo: Cuántas veces tomamos una decisión, aparentemente justa, buena, sin "mala leche" y hasta buscando el bien del otro, pero nos falta el elemento fundamental: "saber que ha pasado (pero por favor, sin ponerlo en "tela de juicio")". A nosotros no nos vendrá el Ángel (una pena), pero sí nos puede venir otros ángeles –en formas de amigo, familia, acompañante, sacerdote, etc– que nos pongan "en la verdad", y ahí hace falta docilidad. La respuesta del Ángel, cuanto menos, sorprende: "La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo" y San José se va tan "pancho", al menos, eso pensamos y, más aún, hubiéramos pensado: "No me cuentes milongas". Entonces, ¿a qué jugamos? ¿No pensamos que para Dios no hay nada imposible? Pues, a orar, tener confianza en Dios y mucha paciencia. Santa María de Caná, ruega por nosotros. Una Antífona Mayor de Adviento: "Oh, Sapientia".

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