Con este poema de Santa Teresa, el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, comenzó su tradicional felicitación navideña a los abulenses. En sus palabras no faltó una referencia al V Centenario e instó a los fieles «amarse mucho unos a otros, desasirse de todo y verdadera humildad», tal como La Santa recomendó «a sus hijas».
Los más perjudicados por la crisis fueron los protagonistas en todo momento. En sus palabras, el prelado recordó «los efectos de una crisis que dura demasiado tiempo, generando una realidad social marcada por la desesperanza», y a continuación tuvo unas palabras para los «vecinos nuestros que siguen sufriendo la falta de trabajo, de recursos económicos, la desestructuración de sus familias, que sufren carencias no sólo materiales, sino espirituales». Y a ellos se dirigió especialmente el obispo de Ávila para enviarles su «apoyo solidario y fraterno», además del «mensaje de esperanza que nos trae la luz de Jesús en la Navidad», destacó.
Precisamente, Jesús García Burillo propuso «una verdadera regeneración moral a escala personal y social para que esta situación cambie».
Para finalizar su mensaje navideño, el obispo de Ávila invitó a los fieles a seguir el ejemplo de Santa Teresa de Jesús y «abrir bien los ojos para poder contemplar la grandeza de la humildad y la belleza de la pobreza que nos muestra Jesús en el pesebre».
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