domingo, 21 de diciembre de 2014

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra". (Evangelio del día). A María, el Ángel le anuncia el misterio de la concepción de su hijo, de Jesús. María es agraciada por Dios para dar a su Hijo al mundo, para que, por Él, todos los hombres alcancen la salvación. ¿Qué afinidad podríamos tener con María? Nosotros, también y por el bautismo, nos llenamos del Espíritu Santo y, por ello, estamos capacitado para "engendrar" a Jesús. Pero, no sólo con libertad tenemos que "dejarnos hacer", sino que –como uno no engendrar solo para "quedárselo"– debemos, como María, darlo al mundo. Hasta aquí todo muy idílico, ¿verdad? ¿Pero que hay detrás de todo esto? ¡Detrás está el SÍ de María! Y aquí, nosotros, derrapamos. Por ello necesitamos, por un lado "alegrarnos y llenarnos" de gracia («Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo»). Y, por otro, dar el "salto al vacío" («Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»). Por ello necesitamos, en primer lugar, conversión –pero de verdad, reconociendo nuestra faltas, limitaciones y pecados y acudir al Sacramento de la reconciliación– y luego una confianza ciega en el Señor. ¡Pues ya tenemos tarea para Navidad! Santa María de Caná, ruega por nosotros. 

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