Sinceramente no sé como estaré a los setenta y ocho años de edad si Dios me concede vivir de forma tan longeva. No sé si me encontraré activo o por el contrario pasaré el día disfrutando de otros placeres que no necesitan de dar pisadas a la tierra como puede ser la amena conversación, de los recuerdos, de las vivencias, consejos visto desde el prisma más personal, también la entregada meditación y profunda oración o si mi vista lo permite leer y escribir.
La verdad es no lo sé, no lo puedo saber, porque soy de esos que piensan y hacen lo que dicen el Señor cuando nos requiere que no pensemos en el futuro porque sólo Dios lo sabe.
Lo que si os puedo decir es que no estaré sometido a una frenética actividad, haciendo mil cosas, asistiendo a actos tanto de reducida asistencia o multitudinarios, ni estaré en las páginas de los periódicos, ni señalaré las directrices, que nos ha puesto Dios, para hacer que el mundo gire en torno al Bien, a la Caridad que se ve reflejado en el inmenso Amor a Cristo Resucitado.
Eso y mucho más hace todos los días Su Santidad el Papa Francisco que hoy ha cumplido setenta y ocho años de vida fructífera y entregada al Señor y a su Bendita Madre María.
El Papa Francisco es el Pontífice que necesita el mundo en la actualidad como antes lo fue el Papa Emérito Benedicto XVI, un extraordinario Papa que creo que se hará verdadera justicia y seremos conscientes de su auténtica dimensión dentro de unos años, así como San Juan Pablo II y así sucesivamente.
Francisco se ha convertido en la voz de los que no tienen voz, de los pobres, de los marginados, de los eternos olvidados, de los que un día si y otro también son víctimas de las injusticias de una sociedad que continuamente se mira al ombligo, de los cristianos que son perseguidos en todas las partes de un mundo demasiado ligado a intereses financieros que de impedir el genocidio cristiano que está llevando a cabo el islamismo con el permiso de unos poderes podridos de ruindad.
Francisco es esa mano abierta que nos habla con sencillez del amor, del perdón, del valor, de la misericordia, de la caridad, de la entrega, en definitiva, de lo que debe ser un auténtico y consecuente cristiano, un católico coherente con la fe en la que dice creer.
Francisco es el Papa bueno de sonrisa y ojos llenos de misericordia que se emociona ante la mirada de un niño, de un enfermo, de un preso y de tantos que sufren en silencio y soledad su particular existir.
Francisco es ese Papa que llama por teléfono a un Convento de Monjas o a alguien que está sufriendo, es el Papa cercano, amigo, que gana muchos enteros en las distancias cortas.
Francisco es el Papa que nos anima a todos a salir a la calle para "armar lío", para llevar el Mensaje de Cristo a todos sin condición, para que evangelicemos no solo con palabras sino también con obras.
Francisco es el Papa que habla claro y dice verdades que resquebrajan al poder interesado y es fuente de agua fresca para la inmensa mayoría de este mundo llamado Tierra.
Francisco es el Papa que nos anima a ser valientes y defendamos la Vida ante la cultura de la muerte que algunos quieren instalar como sea.
Francisco es el Papa que en muy poco tiempo ha hecho mucho y sobre todo ha acercado a muchos corazones a Dios y a la Santa Madre Iglesia.
Francisco es el Papa que hoy está celebrando su cumpleaños y con estas humildes líneas, desde "Sed Valientes" quiero felicitar con todo cariño, admiración y fidelidad.
¡Felicidades Santo Padre! ¡Felicidades Francisco!
Reciba un fraternal abrazo y que Dios le bendiga. Beso el Anillo de Su Santidad.
Jesús Rodríguez Arias
Nota: Debo reconocer que yo aprendí a querer al Papa Francisco de la mano de otro sacerdote argentino que colaboró con él cuando estaba en Buenos Aires y que este viernes a las ocho de la tarde en la gaditana iglesia de la Merced presenta su nuevo libro del que habla de Bergoglio, nuestro Papa Francisco, y que lleva como título: "SOY JESUÍTA, SOY HIJO DE LA IGLESIA".
Sí, os estoy hablando de mi querido y buen hermano el Padre José Antonio Medina Pellegrini con el cual me unen fraternos lazos de amistad correspondida y al que tanto Hetepheres como yo queremos de verdad.
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