viernes, 18 de abril de 2014

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER BERNAL.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Ante el cual se ocultan los rostros". (Lectura del día). Anoche, Cristo fue apresado, conducido al Sanedrin y hoy recorre el camino del Pretorio, Calvario y la cruz. Muere a la hora nona (3 de la tarde). La liturgia de hoy es larga y densa. Hubiera sido fácil tomar otra lectura pero me quedo, de momento, con esta. Como sabéis, Isaías se refiere a Cristo. Pero, ¿a cuantos rostros del mundo ocultamos hoy? ¿A cuantos marginamos hoy porque nos resulta desagradable su presencia? ¿Y cuantas situaciones humanas ocultamos o maquillamos?: la muerte, la pobreza, la injusticia, la desigualdad, la lacra del aborto, los enfermos, los ancianos... ¡Todo esto son presencia de Cristo Sufriente! y todo y todos serán sanados por las heridas de Cristo. Si quiero ser redimido por Cristo me tengo que hacer hermano existencial de todo esto y estos,  ¡tengo que poner mi rostro ahí donde Cristo coloca el suyo! Y no es una quimera, es una realidad prometida: "Mi siervo justificará a muchos". En sus últimos momentos, Jesús grita, «Tengo sed.». ¿Sed de agua?, como hombre posiblemente, pero como Redentor es sed del hombre, sed de mi y de ti, sed de la injusticia. De todo aquello que daña al hombre y que Jesús quiere sepultarlo con su muerte. "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena". Dame, mi Dios, entereza, vigor y valentía para seguir junto a ti, como estas mujeres, en el momento del dolor, de la cruz, de la incomprensión de tu muerte. El domingo me hablarás de resurrección pero hoy tengo que vivir tu pasión y la mía. Santa María del Dolor, ruega por nosotros.

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