miércoles, 7 de noviembre de 2012

LA TARJETITA; POR ALFONSO USSÍA.


La razón

 
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La tarjetita; por Alfonso Ussía
Diccionario Inteligente
6 Noviembre 12 - - Alfonso Ussía
La cabecilla etarra Izaskun Lesaca, trató de tragarse una tarjera SD al ser detenida en Francia. No me pregunten en qué consiste una tarjeta SD porque no me da la cabeza, pero intuyo que se trata de una tarjeta de almacenamiento informático con toda suerte de datos comprometedores. Ese frenesí por tragarse el chisme alertó a los agentes policiales franceses y españoles, pero el resultado de la investigación y posterior análisis no parece de importancia. Tan sólo contiene vídeos, fotografías y privacidades.
Me repugna el acceso público a grabaciones privadas o morbosas. No tuve el menor interés en ver lo de Pedro Jota, que tanta alegría produjo en sus adversarios, ni recientemente el de la concejala socialista. El primero se grabó con la financiación de un delincuente y el segundo se extendió por las redes sociales por una venganza o una ingenuidad. El Código Penal tiene que contemplar, desde ahora, la gravedad de estos abusos y elevarlos a la consideración de delito. 
Pero en toda actitud firme siempre surgen algunas grietas que delatan la inconsistencia de los principios. Y debo reconocer que en mi muralla contra la morbosidad malsana, se ha abierto una finísima grieta de curiosidad. He visto fotografías entrando y saliendo de los juzgados de la concejala socialista, y me ha parecido una mujer guapa, juncal y atractiva. Y he visto el documento gráfico de la detención de Izaskun Lesaca, y entiendo la expresión de susto de los embozados gendarmes que la detuvieron. No se puede ser más fea. Lloverán sobre mí toda suerte de insultos de las feministas que se callan cuando ejecutan a niñas en los países del Islam o lapidan a mujeres por adúlteras. Estoy preparado para todo y ese riesgo entra en el sueldo. Pero no me negarán que unos vídeos privados e íntimos de esa fiera capturada pueden ser tentadores para cualquier sociólogo o sexólogo con cierto prestigio. Como el que escribe no es una cosa ni la otra dejo abierta la puerta de la posibilidad, renunciando desde un principio a sufrir los mareos que su proyección pudieran causarme. Al escribir que estaba preparado para todo he caído en la exageración. Para casi todo. Y ver una grabación íntima de la etarra detenida forma parte importante del «casi», ese «casi» que tan hermosamente homenajeó Rubén Darío en su epigrama amoroso de la juventud en Metapa. «Casi, casi me quisiste;/ casi, casi te he querido./ Si no es por el casi, casi,/ casi me caso contigo».
Se entiende que la etarra quisiera tragarse su tarjeta SD. Hasta una terrorista es capaz de entender que «todo tiene su límite, hasta la provincia de Badajoz», como le escribió Jardiel Poncela a Miguel Mihura quejándose de algunas coincidencias literarias que Jardiel interpretó como plagios. Estoy seguro de que en toda mujer, por malvada que sea, hay un poso de sensibilidad y pudor que le marca la frontera de lo admisible y lo intolerable. Si alguien me sorprendiera desnudo y la fotografía o grabación tuvieran una posibilidad de hacerse públicas, me humillaría hasta profundas simas porque uno ya no está para nada. Sucede que entre Izaskun Lesaca y el servidor de ustedes se establecen tres diferencias. Que no soy terrorista, que no me han detenido y que, en el caso de hacerlo, no podría tragarme una tarjeta SD porque antes de ello tendría que saber en qué consiste esa tarjeta y llevarla encima en el momento de la captura.
En ocasiones, ser policía es durísimo.

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