EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "El ángel les dijo: "No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo". (Evangelio del día). Desde anoche, en toda la Iglesia, se viene proclamando este mensaje. Es verdad que son días para estar alegres y gozosos y como diría el Papa Francisco, no es momento de poner "cara de vinagre". Este mensaje lo hemos venido oyendo desde pequeño y siempre nos evoca un portalito, el niño Jesús, unos pastores, con su pelliza (por el frío, menos el niño desnudito, pobre de Él), san José, la virgen María y el ángel. Y aquí, más de algunos, nos quedamos con buenas intenciones –que hoy en día "está muy cotizada"–, pero, quizás, teniendo que revisar nuestra aptitud. Esta "buena noticia", ¡si fuera buena para nosotros!, nos tendría que hacer saltar de nuestros "asientos". La noche Pascual y "resucitada" es fundamental para el cristiano, sin ella ¿qué razón tiene nuestra fe?, pero, si no hay "nacimiento", ¿qué noche Pascual puede haber? ¡Por eso es tan importante!, más que suficiente como para, además de estar alegres y gozosos, "removernos" de nuestras comodidades, costumbres y tradiciones y "contagiar" el canto del gloria de los ángeles. En fin, Señor, aquí nos tienes "alelaos y atomataos", pero con el fuerte y ardiente deseo de ser anunciadores y mensajeros del Evangelio. Santa María de Caná, ruega por nosotros.
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