martes, 4 de febrero de 2014

PARA MEDITAR.

Si consideras que tu aportación en algún asunto es tan nimia e insignificante que no merece la pena,  que pasará inadvertida a los demás y, por tanto, puedes ahorrártela, considera el doble daño que haces: A los demás, pues les privas de antemano de conocer, valorar y agradecer tu aportación; a ti mismo, pues estás minando tu autoestima y frenando tu voluntad. Piensa, por el contrario, que tu aportación, por nimia e insignificante que pueda parecerte, es infinitamente valiosa, pues sin ella tú no estarías donde estás. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario