miércoles, 26 de febrero de 2014

EVANGELIO DEL DÍA Y MEDITACIÓN.

Lectura de la carta del apóstol Santiago 4,13-17:

Vosotros decís: «Mañana o pasado iremos a esa ciudad y pasaremos allí el año negociando y ganando dinero». y ni siquiera sabéis qué pasará mañana. Pues, ¿qué es vuestra vida? Una nube que aparece un momento y en seguida desaparece. Debéis decir así: «Si el Señor lo quiere y vivimos, haremos esto o lo otro.» En vez de eso, no paráis de hacer grandes proyectos, fanfarroneando; y toda jactancia de ese estilo es mala cosa. Al fin y al cabo, quien conoce el bien que debe hacer y no lo hace es culpable.

Sal 48,2-3.6-7.8-10.11 R/. Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos

Oíd esto, todas las naciones;
escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres. R/.

¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y acechen los malvados,
que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas? R/.

Si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate.
Es tan caro el rescate de la vida,
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente sin bajar a la fosa. R/.

Mirad: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños. R/.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9,38-40:


En aquel tiempo,, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros».
Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mi. El que no está contra nosotros está a favor nuestro».

II. Compartimos la Palabra

  • Si el Señor quiere

El texto de Santiago surge a partir de la vida cotidiana de los cristianos de su época. Se, centra en los que viven con arrogancia sus proyectos personales de negocio prescindiendo del Señor de la vida y del tiempo, sólo se rigen a través de sus fuerzas, sus cálculos y su afán desmesurado para negociar y enriquecerse.
El autor interpela a los que se consideran discípulos de Jesús y en su vida concreta viven disociados, por un lado la fe y por otro lado sus acciones. La fe no puede quedarse en ideas, en bonitas palabras, ha de transformar a las personas y sus vidas. Es una tentación permanente y actual.
La autenticidad de vivir como discípulo, discípula de Jesús se pone en juego en nuestro estilo de vida cotidiana y nos lleva a vivir con armonía lo que se sabe –lo que se ha contemplado - y lo que se hace. Esto supone reconocer, acoger y aceptar las actitudes que nos “endiosan” y abrirse a la gracia de Dios confiándole nuestra vida y a la escucha de su proyecto para con-nosotros.
Que la interpelación de Santiago sea una invitación a vivir más a fondo y auténticamente nuestro discipulado.
  • Expulsaba demonios en tu nombre

Este texto muestra un dilema que tiene Juan “expulsaba demonios en tu nombre”. Esta acción ¿tendrá validez?, ¿será autentica?. Para Juan no es suficiente, su razón es que esta persona no participa en el grupo reducido de los Doce., no pertenece al círculo exclusivista de los “nuestros”. Esta actitud monopolizadora, de superioridad que busca afianzar privilegios, no tiene relación con el espíritu de Jesús.
La respuesta de Jesús no se hizo esperar. Para él, no hay contradicción, que alguien a quien no conoce haga el bien en su nombre, todo lo contrario, significa que actúa y vive en plena comunión con Él mismo. La persona, hombre o mujer, que trabaja a favor de la justicia, de la paz, de la libertad, el que opta por los otros, por colocarse al servicio del bien común está con él, esta a favor nuestro, está a favor del Reino de Dios que predica Jesús.
La libertad de Jesús que le lleva a aceptar y afirmar la acción de cualquier persona que está a favor del ser humano es una invitación a mirarnos con unos lentes que nos ayuden a apreciar y valorar todo lo que hay en los demás de bueno, independiente de su religión, ideología, raza, cultura….
Hna. Nélida Armas Tejera O.P. 
Congregación Romana de Santo Domingo 

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