jueves, 6 de febrero de 2014

* ¡GRACIAS DE CORAZÓN, OS QUIERO!

Es lo que tiene la vida que un día te puedes levantar en un sitio y al siguiente en otro muy diferente.
 
Ayer amanecíamos en Jerez, hoy lo hacemos en Madrid. Nos fuimos de la vieja, eterna y querida Andalucía lloviendo a mares y nos encontramos con un Madrid frío y soleado. Como todavía no he salido a la calle no sé como estaremos hoy.
 
Las cosas hay que hacerlas según se planteen y os pongo un ejemplo; ayer antes de realizarme la prueba digestiva que me tuve que someter, de forma extraordinaria por el equipo médico, quería haber escrito un post y me dije: "Más tarde lo haré".
 
Después de la prueba, y todo lo que ella supuso, y llegar al hotel no podía escribir absolutamente nada pues me dolían las manos donde me fueron  puestos los goteros y el cansancio era atroz. Os puedo decir que actualizar ayer el blog supuso un sacrificio personal porque mi cuerpo se desvanecía entre el cansancio y el trastorno que tenía en esos momentos.
 
Necesitaba descansar, comer algo más fuerte que un simple bizcocho y dormir, dormir a pierna suelta.
 
En demasiadas ocasiones dejamos de hacer cosas, decir algo que las personas que quieres y te quieren necesitan escuchar de tus labios porque pensamos, egoístamente, que mejor más tarde y así demoramos por nuestros propios "cansancios", nuestros propios "miedos" el hacer o decir lo que de nuestro corazón sale y nuestra razón acalla.
 
La vida es tan larga o tan corta como Dios quiera. Él tiene en su particular libreta el día que nacemos y el día que ya volveremos a su morada que será cuando nuestra misión, el particular encargo que nuestro Padre Eterno nos hizo, habrá concluido.
 
Y si no sabemos ni el día ni la hora, ¿Por qué somos tan cicateros en hacer felices a los demás? ¿Nos cuesta tanto decir un "Te quiero", "¡Qué bien lo estás haciendo!", "¡Gracias por todo lo que haces!" "¡Gracias por estar siempre ahí!".
 
De ahora mismo no quiero que pase para daros las GRACIAS por todo vuestro apoyo, vuestros ánimos, tantos mensajes de cariño, llamadas o cualquier forma digital de poneros en contacto para hacerme saber que estáis conmigo en estos momentos complicados donde la salud se haya algo resquebrajada.
 
También me sale del alma deciros que OS QUIERO a todos y cada uno de vosotros, por ser como sois, por estar siempre, por vuestra verdadera amistad que llega a ser lo que Cristo siempre quiso de todos nosotros: ¡Qué fuéramos hermanos!
 
Hoy el día se presenta algo más complicado que ayer pues la prueba es mucho más desagradable y no me pueden poner anestesia, es decir, se tiene que hace en vivo y mantener la sonda que me van a instalar durante 24 horas.
 
Os pido que sigáis rezando por mí, porque lo necesito y porque notar ese mullido colchón de la oración en tus espaldas te hace estar más tranquilo, más sosegada, más alegre y optimista.
 
A todos os digo: ¡GRACIAS DE CORAZÓN, OS QUIERO MUCHO!
 
Jesús Rodríguez Arias

2 comentarios:

  1. Que bueno sentir este tipo de amor. Yo también os siento a ti y a la señora del bloguito, jeje, ni que decir que estamos unidos en la oración. Vi tu foto en fb y me acordé de las manos de Cristos perforadas, cada uno tenemos nuestro propio camino de subida al monte calvario ;)
    Animo y gracias por compartir tus batallas.
    Besitos para los dos.

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  2. La Santísima Trinidad y María Santísima siempre te llene de muchas bendiciones y a tu familia y amistades.

    me recuerdas al apóstol San Juan cuando nos enseña en el Evangelio y en sus epístolas ese amor tan limpio y santo; pues viene de Cristo, de una vida en Gracia de Dios. Y así lo explicas muy bien.

    Estas reflexiones espirituales, tan llenas del amor de Dios para todo nuestro bien. Porque nosotros como hijos e hijas de la Santa Madre Iglesia Católica, como amigos de Dios, ya no podemos vivir en la oscuridad, sino en la luz de Amor que es Cristo, Camino, Verdad y Vida.

    Los sentimientos de la Iglesia Católica nos debe envolver; son los sentimientos de Cristo Jesús. Pues esta es la ventaja del cristiano. Solo seremos reconocido por el Altísimo por el amor.

    Yo también os quiero mucho queridos amigos y hermanos, que ninguno de nosotros podemos despistarnos de orar unos con otros, ante el Señor en el Sagrario, a los pies de Jesús, cuando oremos el Santo Rosario: "Acuérdate Señor de.... y protégeles de todo mal, que siempre tengan la seguridad de estar en tu Divino Corazón, y que no salgan de ahí". "No consientas que el Tentador les moleste, ayúdales a superar sus problemas y enfermedades", Y la enfermedad se vuelve también como un importante camino de santificación personal.

    El Espíritu Santo nos enseñará a orar, cuando lo deseamos con toda nuestra alma.

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