miércoles, 5 de febrero de 2014

EN LA AUDIENCIA GENERAL EL PAPA HABLA DE LA EUCARISTÍA COMO FUENTE DE VIDA DE LA IGLESIA. -PALABRA Y PAN-.




En la audiencia general el Papa habla de la Eucaristía como fuente de vida de la Iglesia - Palabra y pan

2014-02-05 L’Osservatore Romano
«Es muy importante ir a misa el domingo» y «no sólo para rezar, sino para recibir la Comunión... ¡Es hermoso hacer esto!». El Papa Francisco añadió espontáneamente estas palabras al texto preparado para la audiencia general del miércoles 5 de febrero, para captar la atención de los fieles sobre el significado de la participación en la Eucaristía dominical, es decir, en el «día de la resurrección del Señor. Por ello —dijo— el domingo es tan importante para nosotros».
Un día, por lo tanto, para vivir y celebrar con la participación en la Eucaristía: un sacramento «que se sitúa —destacó el Pontífice— en el corazón de la iniciación cristiana, juntamente con el Bautismo y la Confirmación» y que «constituye la fuente de la vida misma de la Iglesia». El altar cubierto con el mantel como una mesa, la cruz del sacrificio de Cristo que se hace «alimento espiritual, bajo los signos del pan y del vino», el ambón desde el cual se proclama la Palabra representan la última cena, en la que palabra y pan «se convierten en una sola cosa» y se transforman «en la gran acción de gracias al Padre por su amor». Y «acción de gracias», explicó el Pontífice, «en griego se dice “Eucaristía”». De aquí la importancia para los cristianos de la participación en la misa dominical y en la comunión sacramental, que, entre otras cosas, es expresión, recordó, de la «comunión con el Padre» y con los hermanos.
Y también en nombre de esta comunión, el Papa Francisco, dirigiéndose a los grupos de fieles presentes en la plaza de San Pedro, hizo nuevamente un llamamiento a la solidaridad en favor de «nuestros hermanos y hermanas —dijo— que sufren las consecuencias de tantas lluvias en Toscana y aquí en Roma». Lluvia que, aún persistente en la capital, obligó a reunir a los numerosos enfermos —cuya presencia caracteriza la audiencia general— en el aula Pablo VI, desde donde siguieron al Pontífice a través de las pantallas gigantes. El Papa Francisco se entretuvo con ellos antes de ir al atrio de la basílica Vaticana y luego, al término del encuentro, les dirigió un saludo especial.

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