viernes, 15 de febrero de 2013

LAS ZARPAS DEL MAL.


Este tiempo de conversión, de búsqueda interior, de perfeccionamiento espiritual, de oración entregada, este tiempo de privaciones voluntarias en favor y por encomienda a los demás, este tiempo cuaresmal que estamos viviendo con intensidad debe reflejarse, no sólo en cuarenta días sino en el resto de nuestras vidas. No quiero, ni entiendo la Cuaresma como un tiempo de profunda tristeza, de preparación hacia el luto de un atroz padecimiento así como una consabida muerte de cruz. Para mí la Cuaresma puede convertirse en eterna porque vivo en esa oración, en esa búsqueda permanente, en ese perfeccionamiento espiritual que tanto bien me hace y me prepara para intentar ser un digno aspirante a discípulo de Cristo Nuestro Señor.

Para aquel que ha sido tocado por los luminosos rayos de Dios, los que hemos sentido su Bondad y Misericordia infinita, los que hemos logrado ser depositarios de Su Gracia y de Ella no queremos, ni podemos, separarnos ni un segundo, los que hemos tenido la oportunidad de conocer lo que es el bien, el amor del Padre que es verdad y vida, sentimos nítidamente cuando el Mal se hace presente y quiere organizarlo todo según su insidiosa condición.

El Maligno existe, es un peligro evidente y cotidiano en el cual podemos caer todos en sus despreciables garras que llenan la vida de podredumbre, maledicencias, ignominia y sed de venganza. Muchos quieren, prefieren, mirar para otro lado como si la historia no quisiera ir con ellos, quieren anular al Mal ignorándolo y así se consigue justo lo contrario a lo pretendido. El Maligno se apodera de esos corazones vacíos de amor, presos a los vicios y a las cadenas que someten al hombre a un relativismo que desemboca en la despiadada nueva religión llamada: Laicismo donde se venera a otros dioses efímeros y crueles y se quiere aniquilar a Dios que es Misercordioso, todo Bondad y Amor absoluto. El Mal se aprovecha de los corazones débiles para perpetrar su ruindad y sus víctimas, mayoritariamente, son personas que no tienen una condición perversa sino que se han dejado embuir por las falsa promesas de quien es Falsedad.

Los “poderes del mal” llevan mucho tiempo intentando dirigir el devenir diario del mundo. La crisis que estamos soportando, hace ya algunos años, no lo es simplemente en el campo económico sino que podemos calificarlo de un cambio radical del modelo de Sociedad: En lo económico, en lo social y en lo moral. Si analizamos con detenimiento los diversos aspectos que estoy desarrollando podremos observar como se está produciendo dicho cambio de modelo de vida. Todo esto está dirigido por los llamados “poderes del mundo” que representan al Mal y las marionetas son los poderes políticos, sociales y económicos que están instalados en toda la humanidad.

Pero no podemos ni asustarnos, ni venirnos abajo, ni escondernos, ni mirar para otro lado porque, nosotros, tenemos a nuestro lado a Dios que es el Poder sobre todo poder, es el mejor aliado y punto de apoyo ante los insidiosos ataques que recibimos a diario y que se están manifestando con toda crudeza por las campañas de despretigio y de ataque a la Santa Madre Iglesia así como nuestro Santo Padre como representante máximo de la Iglesia Católica en el mundo.

Contra Dios, contra Su Iglesia, no han podido por mucho que lo hayan intentando, por mucho que hayan enseñado las “zarpas del Mal” y hayan intentado contrarrestar o aniquilar a todos cuantos profesamos, defendemos y evangelizamos por todo el orbe mundial.

Para que gane el mal solo se tiene que dejar de hacer el bien. Nosotros no podemos entrar en la vorágine que nos marca el mundo, no podemos entregarnos a los “placeres” terrenos que son muchos y apetecibles, no debemos girar nuestra vida en esa cadena de críticas, murmuraciones, hastíos, deslealtades, corruptulas, envidias, zafiedades...

Aunque cuesta, y mucho, cuando nos hagan un mal les debemos responder con el bien. Cuando nos hieran, insulten, mofen, humillen, persigan, critiquen, cuando nos hagan un mal, debemos responder con perdón, mansedumbre, sencillez, alabanza, entrega, servicio, amor, oración y ofrecimiento a Dios Nuestro Señor para que todos esos que están intentando maltratarnos gocen del conocimiento de todo lo que nos dejó dicho Cristo Jesús y así salvarlos de esas zarpas que tiene el mal y cuyo único antídoto se llama: DIOS.

Las zarpas del mal son vencidas con la fuerza invencible de acoger y sentir el Abrazo Nuestro Padre Celestial.

Bien y mal son dos monedas muy diferentes. La primera tiene validez eterna y la segunda es efímera y siempre suele estar “fuera de curso legal”.

Mis queridos hermanos: PAZ Y BIEN.

Jesús Rodríguez Arias


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